
El seminario cerró con la reflexión colectiva de que la educación sexual integral debe ser entendida como un derecho garantizado para todas las personas, independiente de su situación de discapacidad, y que requiere voluntad política, recursos pedagógicos accesibles y participación comunitaria para lograrlo.
El viernes 5 de septiembre, en dependencias del Centro Asistencial Docente e Investigación (CADI) de la Universidad de Magallanes, se llevó a cabo el Seminario “Educación Sexual Integral Accesible para Personas con Discapacidad”, organizado por la carrera de Terapia Ocupacional en conjunto con la organización comunitaria Red de Protección en Derechos e Inclusión Social (REPRODIS) y financiado por el Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS).

La actividad reunió a académicos, especialistas y monitoras con el propósito de visibilizar experiencias y aportar enfoques concretos, para garantizar el derecho a una educación sexual integral inclusiva en Chile.
Durante la jornada, la académica de Terapia Ocupacional Daniela Mandiola Godoy destacó que la implementación del programa ESIADIS ha demostrado que “la educación sexual integral transforma la vida de las personas con discapacidad cuando se diseña desde un enfoque comunitario, de derechos y anticapacitista, con metodologías accesibles y participativas validadas junto a ellas mismas”. A su vez, su colega Melissa Hichins Arismendi enfatizó la necesidad de visibilizar las experiencias de las mujeres en este ámbito: “trabajar en salud sexual y reproductiva implica enfrentar barreras y resistencias, pero también acompañar a las mujeres con discapacidad en sus capacidades parentales, promoviendo apoyos adecuados para que ejerzan plenamente la maternidad y la crianza”.
Voces desde la experiencia comunitaria
En la apertura, las monitoras del programa ESIADIS compartieron aprendizajes desde el Taller Laboral Hermanos del Viento. Para Tamara Ázua Martínez, el eje de su trabajo como monitora ha estado en “actividades sobre el autocuidado, la prevención de violencia, menstruación, entre otras cosas”. Según explicó, lo más valorado por las y los asistentes es que “todas las personas con discapacidad tengan acceso a hablar de temas que se hablan en nuestros talleres”.

Rocío Barrientos Pérez remarcó el valor de esta alianza. “Que los chicos tengan estos talleres ha sido súper beneficioso para todos. Sin embargo, igual en un principio fue más difícil, tal vez para los papás. Pero después como que se empezaron a adaptar a la idea de que, en fin, es educación”.
En la misma línea, Bárbara Mansilla Alessandri apuntó al desafío de superar prejuicios. “Como se habla de discapacidad y más encima de sexualidad, hay mucha sobreprotección. Y eso es como lo que nosotros igual hemos ido trabajando de la mano con Reprodis, de cómo quitar estos tabús de que la sexualidad es para todos, y va cambiando a lo largo de nuestras vidas”.
El marco normativo en Chile

La jornada de la mañana contó con la exposición del profesor y especialista en derechos humanos Richard Quinteros Pino, quien presentó el marco legal vigente en torno a los derechos sexuales y reproductivos. “Aquí me invitaron a participar específicamente a dar todo lo que es el marco normativo. Cuáles son las leyes en nuestro país que buscan garantizar y proteger los derechos sexuales reproductivos”, explicó.
Quinteros detalló que, aunque la ley 20.418 de 2010 obliga a los centros de educación media a contar con programas de afectividad, sexualidad y género, su implementación es parcial. “Muchas veces sí lo tienen, casi como por cumplir, pero no es una mirada integral, sino que más bien es como una actividad cada cierto tiempo, que se enfoca mucho en la prevención de embarazos e infección de transmisión sexual, pero que no aborda las otras temáticas o dimensiones de la sexualidad”.
Sobre la situación en Magallanes, agregó que “hay iniciativas, pero siguen siendo pocas. (…) La mayoría recordaba la charla del año de prevención de ITS y embarazo. Pero algo así como más sistemático, algo mucho más profundo en el tiempo, la verdad es que no”.
Perspectivas internacionales y desafíos regionales

Durante la tarde, la profesora argentina Solana Baisburd, coautora del libro Los besos después por favor. Historias amores disca, expuso sobre la necesidad de hablar del deseo en contextos de discapacidad. “Muchas veces sucede como si las personas con discapacidad tuvieran que pedir permiso para desear, como si hubiese un impedimento por cuestiones físicas o intelectuales que no lo permitieran, cuando el deseo es algo propio del ser humano”.
Respecto de la ley de Educación Sexual Integral sancionada en Argentina en 2006, Baisburd advirtió que, si bien representa un avance al establecer la obligatoriedad de estos contenidos, “primero no abarca a las personas con discapacidad, es una ley que es general para todo el mundo. (…) Tenemos que ir rebuscándonos para encontrar materiales. La ley está buenísima y lo importante es que no es si el docente tiene ganas o no, es obligación”.
Sin embargo, reconoció dificultades actuales. “Estamos en un contexto donde tenemos un gobierno que no acompaña estas políticas, no acompaña estas políticas de derechos humanos, no acompaña políticas que son de derechos hacia las personas con discapacidad y donde busca vulnerar un montón de cuestiones”.
