Patrimonio geológico en discusión: qué se conserva, por qué y cómo

Patrimonio geológico en discusión: qué se conserva, por qué y cómo

Por primera vez se realizó en la Patagonia austral un encuentro dedicado exclusivamente a las Ciencias de la Tierra; una instancia orientada a articular investigación científica y administración del Estado, y a discutir cómo la conservación del patrimonio geológico se integra en la toma de decisiones sobre el territorio.

El Simposio de Ciencias de la Tierra, desarrollado los días 18 y 19 de diciembre en Punta Arenas, fue organizado por la Universidad de Magallanes, el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y la Corporación Nacional Forestal (CONAF); y contó con el impulso de la Red Paleontológica Austral, que ha promovido la vinculación entre investigadores, servicios públicos y gestores del territorio.

Durante dos jornadas se presentaron más de veinte exposiciones, presenciales y en formato audiovisual, organizadas en sesiones temáticas de paleoambiente y geología, glaciología, edafología y atmósfera, y geopatrimonio y geoturismo; además de salidas a terreno vinculadas a geositios de la Reserva Nacional Magallanes. Las presentaciones abordaron investigaciones desarrolladas principalmente en áreas protegidas de la región, y en territorios de alto valor científico y ambiental.

Desde la organización académica, la paleontóloga Judith Pardo Pérez explicó que uno de los objetivos centrales del simposio fue generar un espacio de articulación entre investigaciones que hoy se desarrollan de manera fragmentada. “En Magallanes nos falta juntarnos todos; hay gente que investiga de formas dispersas, y sentimos que es necesario conocernos, apoyarnos y fortalecer investigaciones transdisciplinarias y multidisciplinarias”, señaló.

Sven Nielsen habló del Mioceno marino del Pacífico en áreas protegidas de Aysén.

Pardo subrayó que el aporte de las Ciencias de la Tierra va más allá del ámbito académico. “La geología, la paleontología y las ciencias ambientales no solamente protegen vidas; también fortalecen la economía y apoyan decisiones claves para el desarrollo regional”, afirmó; destacando además el creciente impulso que ha tomado la geoconservación en la región, tanto en áreas protegidas como en zonas que aún no cuentan con esa categoría.

Desde la administración del Estado, la directora regional de CONAF Magallanes, Alejandra Silva Garay, relevó el valor práctico de la información presentada. “Gran parte de las investigaciones que se expusieron están centradas en áreas protegidas, y esa información nos sirve directamente para los planes de manejo y para fortalecer nuestras líneas base”, indicó; agregando que estos antecedentes son fundamentales para definir usos, restricciones y medidas de conservación en cada territorio.

Director del Instituto de la Patagonia y del CIGA, Dr. Juan Carlos Aravena

Silva advirtió además sobre desafíos pendientes en materia de protección del patrimonio. “Una tarea que nos queda es cómo protegemos los recursos que se van descubriendo; por ejemplo, los recursos paleontológicos o arqueológicos que no se pueden extraer del terreno. ¿Qué hacemos con ellos?, ¿cómo los conservamos?, ¿se permite o no el turismo científico?”, planteó, enfatizando la necesidad de contar con información técnica sólida para abordar estas decisiones.

Desde el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), se puso énfasis en la dimensión estructural del conocimiento científico para la gestión pública. Eduardo Barros, director ejecutivo de la Fundación Omora y encargado de políticas públicas del CHIC, señaló que sin información actualizada resulta inviable una planificación territorial adecuada. “Si no tenemos cartografía actualizada, es imposible que los planes de manejo reconozcan los geositios y el valor geológico del territorio”, afirmó.

Barros destacó que la información producida por las Ciencias de la Tierra constituye un bien público. “Para poder planificar, ordenar el territorio y ejercer decisiones informadas desde el Estado, se requiere la información que entregan las investigaciones científicas”, señaló; agregando que estos procesos demandan tiempo, coordinación interinstitucional y participación.