La Universidad de Magallanes es vista como una aliada de importancia estratégica para el desarrollo de más investigaciones en torno a la transición energética a partir del potencial de las energías renovables.
Así lo destacó la delegación que visitó la UMAG en el marco del cierre del proyecto EULAC for Energy Transition (Energytran), sosteniendo una reunión en Rectoría y recorriendo unidades académicas para conocer el trabajo regional vinculado a la transición energética.
La visita ocurrió luego del evento final del proyecto realizado el 26 y 27 de noviembre en la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, instancia que reunió a investigadores de Europa, América Latina y el Caribe para compartir los principales resultados obtenidos en dos años de cooperación científica.


Energytran, financiado por la Comisión Europea a través del programa Horizon, ha impulsado la colaboración entre universidades e instituciones de ambos continentes para abordar, desde una mirada integral, los desafíos de los sistemas energéticos actuales.
Su trabajo se ha centrado en tres ejes: el desarrollo tecnológico para integrar energías limpias como el hidrógeno verde y el litio; la sostenibilidad ambiental ante el cambio climático; y el impacto social de una transición energética justa, apoyada en una metodología de “cuádruple hélice” que involucra academia, empresas, gobiernos y sociedad civil.
Durante la visita a Magallanes, la delegación destacó el rol estratégico de la región como laboratorio natural y polo emergente de energías renovables, particularmente en hidrógeno verde, así como la participación activa de la UMAG como institución asociada del proyecto.
UMAG como aliado estratégico en transición energética
Para Paula Sánchez Carretero, coordinadora de proyectos de ciencia de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la presencia del consorcio en Magallanes responde al valor científico y territorial que la región aporta al desarrollo energético.
“La UMAG es una institución aliada estratégica, en concreto en esta área regional de Magallanes. Es un referente en hidrógeno verde y ha sido un aporte importantísimo para el proyecto, no solo en esta temática, sino también en cultura oceánica y antártica”, señaló.
Además, resaltó la importancia de la formación de capital humano y las alianzas demostradas por la universidad, especialmente tras conocer la planta “Haru Oni” de HIF. “Para otros países ha sido un ejemplo ver cómo, a través del trabajo conjunto entre distintos actores, se pueden desarrollar iniciativas de esta magnitud”, comentó.


Aportes desde el territorio y proyección futura
El decano de la Facultad de Ingeniería, Claudio Gómez, valoró la oportunidad de intercambio y coincidencias identificadas con los investigadores visitantes. “Nos hemos dado cuenta de que tenemos muchos más puntos en común de los que imaginábamos. Esto abre puertas para realizar proyectos en conjunto y buscar financiamiento internacional para resolver problemas reales de la Patagonia”, afirmó.
Respecto al aporte de la institución al ecosistema de cooperación impulsado por la OEI, Gómez subrayó que la transición energética es un desafío global compartido. “Somos un hotspot en nuevas energías, lo que nos permite aportar desde nuestra realidad y aprender de otras regiones donde ocurren procesos similares. Somos absolutamente complementarios”, añadió.
Andrés Azócar, director de la Oficina Nacional de la OEI en Chile, el cierre del proyecto en Santiago y la posterior visita a Magallanes reflejan el rol que Chile ha adquirido en energías renovables. “La Universidad de Magallanes ha sido una entidad asociada que ha adquirido un tremendo protagonismo durante todo el desarrollo del proyecto. Esta visita es muestra de ello”, expresó.
También destacó que el proyecto dejó publicaciones, movilidad académica y materiales con alto potencial de proyección, pero señaló que el desafío ahora es avanzar hacia nuevas fuentes de financiamiento y colaboración. “Esto recién comienza, y entre todos tenemos que empujar para que siga desarrollándose”, afirmó.

El rector José Maripani valoró especialmente el encuentro, recordando que la UMAG conoció esta iniciativa hace algunos años durante una visita a la OEI en Madrid, cuando se discutía cómo articular una transición energética desde miradas europeas y latinoamericanas.
“El cierre del proyecto muestra que se consideraron ámbitos claves como los procesos químicos y el agua, la bioeconomía y el medio ambiente, la energía para zonas aisladas, el impacto social y la gobernanza. Son experiencias valiosas”, señaló.
Maripani destacó que la UMAG accederá a todo el material generado por el consorcio y que la visita dejó abiertas puertas para futuras colaboraciones. “Ellos mostraron interés en seguir trabajando con nuestras académicas y académicos, y recibimos invitaciones para conocer otros espacios donde se desarrollan estas actividades”, comentó.
Finalmente, subrayó el valor que estas redes pueden tener para el desarrollo regional: “Este proyecto impulsa la transición energética, contribuye a una mirada sostenible y justa, y los conocimientos generados pueden ser transferidos para mover lo que nuestra región necesita”
