Punta Arenas, (Corresponsal).- La facultad siempre había sido liderada en el cargo de decano por varones.

Pero Anahí, primera mujer que lo hace, tiene además otra condición, es hija de un gran hombre de radio, comunicador nato, fallecido hace ya años aunque su recuerdo sigue muy latente, y no sólo en los medios de comunicación, sino en la población magallánica en general. Alfonso (Corcho) Cárcamo Díaz, su padre, fue un hombre querido. Se entregó por entero a la radio e incluso incursionó en política con éxito. Elegido en votación popular logró un escaño en el Municipio de Punta Arenas e hizo sentir su voz.

Anahí tiene bastante de él en cuanto a la fortaleza y decisión, y también la dulzura de su madre, que la acompaña desde siempre.

Para el decanato votaron 33 de sus pares, todos los cuales le dieron su preferencia.

Con La Opinión Austral habló de la carrera parvularia que conoce muy bien ya que fue jefa de ella largo, muy largo tiempo. También de las pedagogías.

En lo primero, toca un tema muy sensible: la disminución de jóvenes en las carreras –en general- para ser profesores: “ha sido un descenso importante en el ingreso de alumnos a los cursos y creo que se debe a varias cosas. A nivel de país no existe una política clara sobre cómo incentivarlas, dándoles una solución apropiada y ahora, además, hay un corte de selección que son 500 puntos. Los alumnos en general que estudian estas carreras (de pedagogía) no tienen puntaje muy alto, y muchas familias cuando sus hijos logran sobre 600 puntos deciden otra profesión que no es justamente educación. Significa también un costo-beneficio económico, porque finalmente las carreras en el sistema y en el modelo en que estamos, se estudia, pensando en lo que digo, cuánto se gasta pero cuanto también recibo. No es por vocación, dice, como debiera ser. Este es un problema en el país, admite, y no sólo en lo que concierne a las pedagogías para serte clara”.

El incentivo económico entonces…

“Es importante, sin duda, te repito. Todas estas cosas han hecho que las pedagogías se noten de baja y algo más, apunta. Lo conversé con el jefe de la Educación Superior en su oficina del Ministerio de Educación (en Santiago) indicándole que nosotros como zonas extremas debemos tener a lo mejor una mirada distinta, que no es homogénea en el plano nacional”.

“Estamos lejos donde el número de habitantes es mucho menor, donde la tasa de natalidad ha ido decreciendo de manera importante. Entonces existe un número más bajo que postula a la educación superior. Todo esto va en desmedro de las carreras de pedagogía”.

Insiste el periodista que el ingreso una vez recibido el título, es gravitante. Los jóvenes con el diploma bajo el brazo quieren recibir una buena renta. Y hay más, agregamos, ya el estudiante que sale de 4º de la Educación Media con 18 o 19 años desea y pide una buena remuneración, y el que ingresa a la universidad con mayor razón.

“La gente que estudia hoy día tiene vocación y le agrada la pedagogía. Sin embargo, hay que decirlo, ser profesor o postular a serlo me parece que hay que ser valiente y tener bastante coraje” dice Anahí Cárcamo.

“Si un joven alcanza 700 puntos existen carreras que se valoran mucho más, la ingeniería, la salud en general y medicina en particular, derecho, estudiar para ser profesor y tener ese puntaje es como derrochar esa capacidad. Hay una construcción social que se va haciendo”.

Los párvulos

Respecto a la carrera de párvulos (0 a 6 años) en que fue jefe durante muchos años, señala que “lo importante es que la educadora tenga un compromiso, una responsabilidad social, que crea que la educación y la formación de los niños menores de 6 años es muy importante y fundamental en la vida de cualquier persona. Desde ahí se originan todas las transformaciones en el desarrollo del ser humano y también de una sociedad. Creo que el trabajo educativo, formativo de las expresiones artísticas, el desarrollo del lenguaje, de la inteligencia, es muy gravitante. Una educadora que es capaz de dar esa mayor oportunidad para el desarrollo del ser humano a los niños es realmente de gran necesidad”.

¿Y la educadora, entonces, insistimos?

“Aquella que es capaz de entregar mayor oportunidad para el desarrollo del ser humano a los niños es realmente algo importante, por usar una palabra, la más adecuada”.

“El desarrollo de la capacidad del niño como protagonista es otro elemento a tener muy en cuenta. El jardín infantil no es la proyección de una escuela tradicional. Los niños no van a prepararse para ingresar al primero básico, sino a desarrollar sus capacidades y su potencial, que es bastante más que realizar un apresto para entrar a la educación básica”.

La verdad –le señalamos- la gente cree que el parvulario es para preparar al niño en el ingreso al primero básico.

“Pero nunca ha sido así”, responde con rapidez. “Tiene el objetivo de lograr el desarrollo de las capacidades de los pequeños desde todas sus áreas. Es un poco dejar que la naturaleza del niño y del ser tal se exprese en ese espacio que es el jardín infantil. Uno de los problemas que vemos en la actualidad, por ejemplo, es que los jardines infantiles no le dan mucho tiempo a los pequeños para jugar y para desarrollarse a través de él, y eso es fundamental para cualquier habilidad, por ejemplo, cita, del lenguaje, del pensamiento lógico matemático, del científico. De pronto, sentimos que se hacen sólo algunas áreas en el jardín. Se le da más importancia al trabajo manual a través de libros en desmedro, por ejemplo, de expresiones musicales, del apunte matemático, del lenguaje, del trabajo de la lectura de cuentos, poesías, que están presentes cotidianamente y que abren el mundo de las letras. La dimensión tan destacable que son los libros, como te decía”.

Hace una crítica: “esta cosa de estar preparando al niño para que aprenda a leer y escribir como algo de lo más importante en el jardín, me parece que juega en contra. Bastante en contra”, enfatiza.

Fuente: Diario La Opinión Austral (Argentina)

http://www.laopinionaustral.com.ar/diario.asp?Modo=Noticia&NId=56299&texto=&A=2015&M=3&D=8