El Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación realizó en Punta Arenas un taller regional que reunió a investigadores e investigadoras, con el propósito de aportar desde la ciencia territorial a los informes temáticos que orientarán las políticas públicas frente al cambio climático en Chile.
Con la mirada puesta en fortalecer el vínculo entre conocimiento científico y toma de decisiones, el Comité Científico Asesor de Cambio Climático y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación realizaron en Punta Arenas el taller regional de los Diálogos Científicos por la Acción Climática 2025.
La actividad, llevada a cabo el jueves 23 de octubre en la biblioteca del Instituto Sagrada Familia, convocó a la comunidad investigadora de Magallanes para reflexionar en torno a cuatro ejes temáticos: Salud y Clima, Nexo Océanos-Clima-Biodiversidad, Economía Circular y Nexo Agua-Energía-Alimentación. El objetivo fue recoger evidencia y perspectivas locales que alimenten los informes nacionales que el comité presentará como insumo, para el diseño de políticas públicas en materia climática.

“Estos diálogos fueron cinco actividades en cinco distintas regiones, y hoy estamos cerrando en Magallanes”, explicó Carlos Morales Quiroz, secretario técnico del Comité Científico Asesor de Cambio Climático. “Nos hemos encontrado con distintos grupos —escolares, divulgadores, profesores e investigadores— y la idea es que el comité tenga insumos, y conozca la realidad de los distintos territorios, para hacer más y mejor asesoramiento científico a la política pública”, añadió.
El ciclo de encuentros —realizado previamente en Concepción, Valparaíso, Valdivia y Antofagasta— culminó en Magallanes con una jornada que destacó por la alta participación de investigadoras e investigadores locales, principalmente, provenientes de la Universidad de Magallanes (UMAG).
Hacia una incidencia efectiva en las políticas públicas

El Comité Científico Asesor de Cambio Climático —segundo en Chile establecido por ley, después del comité de pesca— tiene el mandato legal de asesorar con evidencia científica a los ministerios en la elaboración de políticas y estrategias climáticas. “Eso es lo más interesante que tiene este comité”, subrayó Morales. “Los ministerios están mandatados a recibir informes del comité. De hecho, más de la mitad de los cambios entre el borrador y la versión definitiva de las NDC (Contribución Determinada a Nivel Nacional a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) estuvieron alineados con las sugerencias que hicimos”.
El secretario técnico destacó además que los informes temáticos que surgen de estos talleres serán presentados en la próxima Conferencia de las Partes (COP), y que sus resultados finales estarán disponibles en enero. “Nunca se puede garantizar la incidencia total, pero hoy tenemos muchos más y mejores espacios para lograr que esa incidencia ocurra”, indicó.
La mirada magallánica
Entre quienes participaron del taller se contó el Dr. Juan Carlos Aravena Donaire, director del Instituto de la Patagonia y del Centro de Investigación Gaia Antártica (CIGA) de la UMAG, quien valoró la oportunidad de incidir desde el territorio austral en documentos de alcance nacional.

“Lo interesante de esta reunión es que es una iniciativa más vinculante, en el sentido de que las cosas que opinamos aquí deberían quedar refrendadas en los documentos de gobernanza climática para el país”, comentó. “Siempre tratamos de hacer ver las peculiaridades regionales, porque no pueden existir normas estándares para todo el país. Las cosas acá tienen su forma especial y deben ser consideradas”.
Durante el trabajo en grupos temáticos, los participantes definieron ideas de fuerza y propusieron ajustes a los preinformes revisados. “Cada grupo pudo definir dos o tres ideas principales, recogiendo elementos que no estaban siendo considerados en los documentos base”, explicó Aravena. “La idea es que esto se alimente con las opiniones que entregamos aquí y se traduzca en un efecto sobre el documento final”.
Una red científica que crece

A lo largo de los últimos años, el comité ha consolidado una red de colaboración científica que incluye a cientos de investigadores del país. “El comité anterior, que no estaba en la ley, trabajó con unas 600 personas entre 2019 y 2022. Nosotros recuperamos esos contactos y hoy manejamos una base de datos de cerca de 1.200”, detalló Morales.
Esa continuidad, sumada al compromiso de la comunidad científica, ha permitido sostener el diálogo en el tiempo. “Los investigadores que trabajan en cambio climático tienen una motivación auténtica y propia”, destacó. “En realidad, uno los llama y de inmediato se sienten convocados, participan, y eso mantiene viva esta red de trabajo”.
El taller regional de Magallanes concluyó con una sensación compartida. Como expresó el Dr. Aravena, “esperamos que esta vez las voces regionales tengan un efecto real en la toma de decisiones climáticas de Chile”.




























