-El proyecto es posible gracias al financiamiento del fondo “Conocimientos 2030” de la ANID.
-Con una inversión superior a $1.200 millones, la iniciativa promoverá y potenciará el aprendizaje práctico, la formación integral y la cooperación interdisciplinaria en las áreas de las ciencias sociales y el desarrollo humano.
En un contexto donde los desafíos humanos demandan respuestas cada vez más integrales, un grupo de investigadores y académicos de la Universidad de Magallanes (UMAG) impulsó el proyecto institucional TELARES (Transformación Educativa y Lugares Abiertos para Redes y Encuentros de Saberes), el cual nació con la idea de instalar la interdisciplinariedad en estudiantes de pre y postgrado de las ciencias sociales como motor de transformación educativa y territorial, mediante la actualización curricular, el desarrollo de capacidades académicas e investigativas y la implementación de una gobernanza inclusiva.
La iniciativa, que se articula con el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional (PEDI) 2024–2031,se acaba de adjudicar los fondos de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a través del concurso “Conocimientos 2030 – Etapa 2″, donde alcanzó el segundo lugar nacional con el puntaje más alto entre las instituciones que postularon de manera individual. De esta forma y en un plazo de seis años, la UMAG se comprometió a implementar un plan estratégico que se propone articular saberes entre las carreras de Psicología, Trabajo Social y Derecho, y los programas de magíster en Ciencias Sociales y Psicobiología del Desarrollo Humano.
El académico del Departamento de Psicología y director alterno del proyecto, Herman Elgueta Sepúlveda, comentó que el diagnóstico institucional que da origen al plan da cuenta justamente de una brecha en la articulación interdisciplinaria y, por ello, la necesidad de consolidar espacios colaborativos de formación y práctica profesional.
“Algo que no siempre ocurre, pero que hemos visto en varias ocasiones, es que nuestros egresados —de Psicología, Trabajo Social y Derecho— terminan coincidiendo en sus primeros trabajos en el sistema judicial o en equipos interdisciplinarios. Lo interesante es que muchas veces son excompañeros de generación que cursaron cinco años en la universidad sin conocerse, y recién en el ejercicio profesional se encuentran trabajando juntos. Eso también refleja una brecha formativa: los estudiantes de Derecho o de Trabajo Social no siempre saben cuál es el rol del psicólogo, y viceversa. Tenemos egresados con buenas competencias para sumarse a estos equipos desde su propia disciplina, pero sin comprender del todo qué hace el resto, y ese es precisamente uno de los desafíos que queremos abordar”, señaló.
Tejiendo vínculos
El plan TELARES se estructura en siete ejes que incluyen actualización curricular con metodologías activas y enfoque interdisciplinario; equidad de género, con diagnósticos institucionales y redes de liderazgo femenino; desarrollo de capacidades académicas, incorporando nuevos perfiles interdisciplinarios y promoviendo la investigación aplicada; gobernanza inclusiva, mediante modelos triestamentales participativos; ciencia abierta y democratización del conocimiento; sinergia institucional para garantizar la sostenibilidad del proyecto y ;vinculación con el entorno, a través de alianzas y proyectos con enfoque comunitario.
Según plantea el proyecto, el rediseño de los planes de estudio, la implementación de metodologías activas y la generación de espacios de práctica profesional abren oportunidades de colaboración con la comunidad, potenciando a los futuros egresados como agentes de cambio que aportan soluciones a las demandas del entorno. Junto con ello, los aspectos de equidad de género, gobernanza triestamental y ciencia abierta buscarán, en paralelo, fortalecer una cultura universitaria que proyecte los valores de inclusión y transparencia y logre ampliar la investigación aplicada a estas necesidades concretas del territorio. En esta línea, una de las principales apuestas de TELARES será la creación de un Centro Psico-Socio-Jurídico, espacio colaborativo que se propone fomentar alianzas con actores clave del territorio para co-crear soluciones adaptadas a las necesidades locales.
“Si el proyecto resulta exitoso —y creo que así será—, debiera generar un impacto positivo en nuestros estudiantes, en la institución, en su camino hacia una mayor madurez institucional. Además, debería tener efectos significativos en el entorno: desde aspectos sencillos, como la imagen de la universidad, hasta la vida de personas y comunidades a través de la atención directa o la integración con grupos y organizaciones que se vinculen a nuestros proyectos. Esto es posible porque contaremos con recursos para apoyar esas instancias, facilitando, entre muchas otras cosas, la colaboración con organizaciones de la sociedad civil, el desarrollo de investigaciones, el trabajo con estudiantes y con la misma comunidad universitaria”, cerró el académico.