La Antártida en 3D: Conectando a las y los niños con el continente blanco

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Sofía Doberti Herrera, responsable del FABLAB (Laboratorio de Fabricación y Prototipos especializado en Innovación) de la Universidad de Magallanes, lideró un proyecto innovador: la creación de una maqueta interactiva de la Antártida, diseñada para facilitar el aprendizaje sobre el continente blanco a niños y niñas. Esta iniciativa nació a partir de una solicitud de Alfredo Soto, profesor del Centro de Investigación GAIA Antártica (CIGA-UMAG), quien busca desarrollar una herramienta didáctica que permita entender de manera accesible los aspectos geográficos, ecológicos y científicos de la Antártida, especialmente en el contexto de las clases del Sello Antártico.

Doberti explicó que el principal objetivo de la maqueta era crear un instrumento educativo, visual e interactivo, que permitiera a los niños explorar y aprender sobre la Antártida de manera sencilla y divertida. “La idea era desarrollar una maqueta que fuera entretenida para los niños, con un diseño adecuado a su edad”, señaló. La ejecución del proyecto duró aproximadamente seis meses, desde el inicio hasta la entrega final de la maqueta. Uno de los mayores desafíos fue la recolección de la información necesaria para crear un modelo 3D preciso de la Antártida. Para ello, utilizaron un archivo especializado denominado QANTARTICA, que incluye una colección de datos geográficos sobre el continente, como mapas base, imágenes satelitales y datos sobre glaciología y geofísica. Este archivo, preparado para su visualización en QGIS, permitió generar una representación precisa de la topografía de la Antártida.

La maqueta, impresa en 3D, representa la elevación del continente, pero su verdadero valor radica en el uso de un proyector interactivo que permite a los niños explorar diversas capas de información sobre la región. “A través de este proyector, los estudiantes pueden aprender sobre las rutas migratorias de las ballenas, las concentraciones de krill, las placas tectónicas de la zona, las rutas de las expediciones históricas y muchos otros fenómenos naturales, como las colonias de pingüinos y la variación del hielo marino”, detalló Doberti. Cada proyección permite a los niños obtener una visión más completa y dinámica del continente y sus ecosistemas, lo que facilita la comprensión de conceptos complejos de manera clara y atractiva. Además, la maqueta fue diseñada para ser transportable, desarmable y fácil de llevar a diferentes colegios, lo que permite que sea utilizada de forma itinerante, llegando a más estudiantes de distintas localidades.

Innovando para el aprendizaje

Para la profesional, este proyecto no solo significó un gran aprendizaje sobre la Antártida y sus características geográficas, sino que también le permitió adquirir nuevas habilidades técnicas. “Aprendí mucho sobre el comportamiento de la Antártida, sus estaciones y ecosistemas. Además, el proceso de crear mapas en 3D fue una experiencia increíble que me permitió conocer nuevas herramientas y procesos que podríamos aplicar en futuros proyectos. Este tipo de tecnología abre nuevas posibilidades para desarrollar mapas interactivos de otras regiones del planeta, ampliando el potencial educativo de estos recursos”, comentó.

Alfredo Soto, coordinador de Vinculación con el Medio del CIGA-UMAG, destacó que esta idea surgió en los inicios del Programa Antártico en la casa de estudios cuando el Dr. Gino Casassa era su director. “Siempre tuvimos la visión de conectar a los estudiantes con el continente blanco, utilizando herramientas que facilitaran la enseñanza de sus distintas facetas, como la geología, la criósfera y la biodiversidad”, comentó Soto. En este contexto, el FABLAB se presenta como una tecnología clave que apoya las actividades del Centro de Investigación GAIA Antártica, permitiendo desarrollar proyectos interactivos y didácticos. Soto explicó que la maqueta no solo ofrece una experiencia visual enriquecedora, sino que también promueve una comprensión global de la importancia de la Antártida, especialmente en el marco del cambio climático.

“Con estas herramientas -señaló Soto- los estudiantes pueden explorar la interconexión entre diversos ecosistemas, como la relación entre la Antártida, el Amazonas y el Sahara, ampliando su visión del mundo y comprendiendo la responsabilidad colectiva de cuidar el planeta”. Este enfoque, basado en la frase “conocer para cuidar”, permite que las y los niños accedan a una educación interactiva sobre la Antártida, superando las barreras físicas y logísticas de visitar el continente. Además, se plantea la posibilidad de hacer itinerante esta herramienta, llevándola a colegios y centros educativos mediante una planificación adecuada que maximice su impacto didáctico y pedagógico.