UMAG unió el Arte y la Arqueología para explorar la Prehistoria de Magallanes
2024/12/03Portada UMAG, noticiasUna exploración de las primeras manifestaciones culturales en la región de Magallanes fue lo que vivieron durante una semana quienes participaron en la nueva residencia de Arte y Ciencia de la Universidad de Magallanes. Esta se denominó “HUELLAS ATÁVICAS: ARTE Y ARQUEOLOGÍA AUSTRAL” y reunió a estudiantes de las carreras de Pedagogía en Educación Parvularia, Terapia Ocupacional, Derecho y Magister en Ciencias Sociales junto a las arqueólogas Flavia Morello y Fabiana Martin y el arqueólogo Luis Borrero, la artista plástica Andrea Araneda y la maestra orfebre Marcela Alcaíno. La residencia, que se desarrollará también durante Junio y Noviembre de 2025, tendrá puesto su foco en temas como el poblamiento temprano en la Patagonia, el trabajo arqueológico en Magallanes y el Arte Rupestre.
Las y los residentes pudieron participar de dos salidas a terreno, la primera a la Cueva “La Leona” y la segunda al Parque Nacional “Pali Aike”, donde pudieron estudiar pinturas rupestres y los entonos en que se han desarrollado investigaciones arqueológicas. Además, se contó con charlas online de la arqueóloga Camila Muñoz (Universidad de Castilla – La Mancha), el artista visual investigador étnico Eugenio Salas (Universidad de la Frontera) y el etnomusicólogo Rafael Díaz Silva (Instituto Ambrosiano, Italia). También las artistas locales participantes Andrea Araneda y Marcela Alcaino brindaron exposiciones sobre como la estética de los pueblos originarios australes ha influido en su propio trabajo.
Esta residencia es la cuarta de su tipo realizada por la casa de estudios y sucede a “TIEMPO PROFUNDO”, que durante 2023 y parte del 2024 se centró en la Geología y Paleontología y que contempló salidas a terreno a Porvenir y a Puerto Yartou, esta última gracias al trabajo conjunto con la Casa Museo “Alberto Baeriswyl”. Según explica Rodrigo González, coordinador del Área de Artes, Culturas y Patrimonios de la Vicerectoría de Vinculación con el Medio de la UMAG, se trata una iniciativa única en la Educación Superior en el país. “Partiendo desde las residencias artísticas realizadas por la UMAG en el marco del programa Magallanes 2020, realizada en conjunto con el Goethe Institut y que trajo a artistas alemanes y chilenos a trabajar a nuestra región, se desarrolló a partir del 2021 un modelo propio que incorporó a los alumnos y a los artistas locales, desde una perspectiva interdisciplinaria”, explicó. La realización de la residencia estuvo a cargo de un equipo conformado por los artistas y profesionales de apoyo Nitzamé Mayorga, Juan Tapia y Rafael Cheuquelaf, que además contó con la asesoría de la arqueóloga del CEHA Jimena Torres.
Creando una comunidad en torno al patrimonio arqueológico regional
Para los estudiantes se trató de una experiencia significativa, que los acercó a un tema que no les era familiar y que les permitió cultivar una mirada multidiscliplinaria. “Esta residencia es sumamente importante para comenzar a generar diálogos entre distintos miembros de la comunidad universitaria, para pensar distintos temas que involucran la realidad de Magallanes, tanto presente como pasada y futura. Desafía la noción de que la Ciencia es meramente conocimiento y el Arte expresión de la creatividad, mostrando que entre ellos hay diálogos, que interactúan y se complementan, y que su separación es arbitraria y discursiva más que real”, reflexionó el estudiante de Magister en Ciencias Sociales Felipe Rodríguez.
Eduardo Cáceres valoró la residencia desde su punto de vista como estudiante de la carrera de Derecho “Mi carrera se ha caracterizado por su énfasis en la razón, la lógica formal y lo tangible, desconectándose, muchas veces, de la profundidad simbólica, mística o intuitiva, que es la función sagrada del arte. Con todo, el Derecho como disciplina al servicio de la justicia para reconstruir nuevas semióticas jurídicas capaces de producir otros mundos posibles y prácticas éticas que, desde una verdadera Filosofía del Derecho Ambiental, reaccionen ante los desequilibrios ecológicos asociados a la conservación y protección ambiental de sitios con valor arqueológico y ancestral como los visitados junto a esta comunidad llena de diversidad y sabiduría”, reflexionó. Paulina Fernández, estudiante de Terapia Ocupacional, también valoró positivamente la experiencia. “Es una excelente iniciativa que le permite al alumnado desarrollar el pensamiento crítico, invitando a la reflexión sobre la naturaleza humana y el mundo que nos rodea y a intentar comprender la experiencia de nuestros ancestros en una época precaria, imaginando sus pensamientos y comportamientos a través de los indicios que ha descubierto la Arqueología”, destacó.
La artista plástica Andrea Araneda destacó la oportunidad que la residencia “Huellas Atávicas” ofreció para tomar conciencia de nuestra conexión con el pasado de nuestro territorio. “Reflexionar junto a los participantes sobre las pinturas rupestres permitió conectar con la esencia del ser humano primitivo, enfrentado al caos del mundo. En estas expresiones ancestrales encuentro un paralelismo con el arte como un acto de alivio y orden, frente a nuestra antagónica y misteriosa existencia. Compartir mi perspectiva, donde el arte ha sido mi salvación, me permitió invitar a los estudiantes a cuestionarse también: ¿Cuál es su propósito? ¿Qué huella desean dejar en este mundo que, aunque transformado tecnológicamente, sigue habitado por el mismo caos esencial?”, reflexionó.
La arqueóloga del Instituto de la Patagonia Flavia Morello celebró la participación activa de los estudiantes residentes. “Lo que más me gustó fue con se incentivaron las distintas miradas en los participantes y me quedo con la riqueza de maneras de construir información, que no solo proviene de especialistas, sino también del quehacer del artista y del artesano”, opinó. Por su parte, la arqueóloga Fabiana Martin destacó lo grato que fue el regresar a un paraje en que ha desarrollado gran parte de su vida profesional, el Parque Nacional “Pali Aike”. “Acompañé a un variado grupo de personas que compartía mi fascinación por ese maravilloso paisaje volcánico. Disfruté con las expresiones de asombro de quienes veían ese lugar por primera vez y con las siempre renovadas percepciones de quienes ya lo conocían. Además, me encantó el entusiasmo con que el grupo recibió la información que le entregamos junto al arqueólogo Luis Borrero y la guardaparque Millaray Berrios”, contó.
La residencia “HUELLAS ATÁVICAS” continuará durante el próximo año 2025 y ya se están proyectando diversas actividades tanto para sus residentes como otras abiertas a la comunidad.