Tomografía al fósil de Fiona, un avance crucial para la ciencia y la conservación

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Equipo científico y técnico que participó en la tomografía de Fiona.

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-Una colaboración científica inédita permitió realizar estudios de alta precisión al fósil más importante de Magallanes.

-El escaneo, realizado en Punta Arenas con apoyo de la Clínica IMET, marca un hito en la paleontología chilena, y refuerza la preservación de este fósil único en el mundo.

El fósil de Fiona, una ictiosauria hembra preñada de 131 millones de años hallada en el glaciar Tyndall en Torres del Paine, ha sido objeto de uno de los estudios más avanzados en la paleontología de la región de Magallanes. En octubre de 2024, un equipo internacional liderado por su descubridora, la Dra. Judith Pardo Pérez, logró realizar una tomografía computarizada al fósil, un procedimiento fundamental para mejorar su preservación y permitir un análisis más detallado de su estructura ósea.

Las imágenes de alta resolución facilitan su estudio.

La aplicación de esta herramienta médica, habitualmente utilizada en la salud humana, fue posible gracias a una colaboración con la Clínica IMET de Punta Arenas, que puso a disposición del equipo liderado por la paleontóloga, su laboratorio y su equipo de Imagenología.

“Este análisis es crucial para avanzar en la preparación y conservación de Fiona, especialmente, porque su estado fósil y las condiciones del material presentaban grandes desafíos”, explicó Pardo. Las imágenes de alta resolución que se pudieron obtener, facilitan su estudio, y permiten mejorar las técnicas de restauración, aportando tanto a la investigación científica como a su adecuada conservación.

Un trabajo en equipo para proteger a Fiona

El escaneo fue realizado en la Clínica Imet.

El coordinador de Imagenología de Clínica IMET, Edgardo González Velásquez, lideró la logística para realizar el estudio. “Como profesional de la salud, es gratificante ver cómo los conocimientos aplicables a seres humanos, pueden ser extrapolados a especies que habitaron la Tierra hace millones de años. Además, me enorgullece pertenecer a un equipo y a una clínica que abren sus puertas a iniciativas de investigación de gran valor científico”, afirmó González.

Desde su traslado en 2022 al Museo de Historia Natural Río Seco, el fósil ha sido centro de múltiples estudios, así como también de actividades de divulgación que han llegado a más de 2 mil personas. Al día de hoy, cada vez son más especialistas internacionales sumándose al esfuerzo conjunto por preservarlo. Una de ellas es la restauradora Cristina Gascó Martín, especialista en conservación paleontológica del Museo de Historia Natural de Stuttgart que participó en la excavación, y que trabajó junto a su colega del Museo de la Ciencia de Barcelona, Irene Viscor-Pagués, en la reducción y preparación de los bloques fósiles.

De izquierda a derecha, Irene Viscor Pagès y Cristina Gascó preparan el fósil en el Museo de Historia Natural de Río Seco.

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Para ella, el escaneo ha sido fundamental en el manejo de los bloques de fósil, algunos de los cuales son extremadamente pesados y frágiles. “Antes de venir a Punta Arenas, le pedí a Judith que se realizara este procedimiento, para evaluar la mejor manera de preparar el fósil sin dañarlo. La tomografía no sólo aporta datos científicos; también reduce los riesgos en el manejo del fósil. Ahora podemos organizar mejor los materiales para que sean accesibles y conservados correctamente”, explicó Gascó.

Como afirmó la Dra. Pardo, “este hallazgo es un símbolo de lo que Magallanes puede ofrecer al mundo científico, y gracias a la colaboración de muchos profesionales, estamos logrando avances cruciales para la conservación de nuestra historia natural”.

Una formación pionera en restauración paleontológica

Parte de una aleta de ictiosaurio.

En Chile no existen carreras profesionales ni técnicas de restauración paleontológica. Quienes se dedican a ella, aprenden de manera autodidacta o con colegas oriundos de Argentina. A raíz de esta brecha, el equipo complementó los avances científicos con la implementación de un curso pionero en este tema. La formación incluyó módulos prácticos y teóricos, como moldeado, restauración y conservación preventiva, sentando las bases para futuros especialistas en Magallanes.

“Este curso tiene una tremenda importancia, porque es el primero que se ofrece certificado por una universidad en Chile. Tuvimos una gran convocatoria, más de 60 inscritos. Esperamos que, a futuro, lo podamos seguir haciendo”, afirmó Judith Pardo. A su juicio, es un plus para la región de Magallanes contar con personas formadas en estas técnicas, “sobre todo ahora que se vienen trabajos relacionados con líneas de base para la región, que necesitan profesionales trabajando con los investigadores”.

El uso de tomografía computarizada en el estudio de fósiles representa un hito para la paleontología en Chile, destacando el potencial de la región de Magallanes como referente científico y patrimonial. Como concluyó Pardo, “cada paso que damos en este proyecto refuerza nuestro compromiso con la ciencia, el patrimonio y las comunidades. Fiona es un legado único, y estamos trabajando para protegerla para las generaciones futuras”.

Fiona antes de ingresar al escáner de tomografía computarizada.