La comisión del MOP en el acto de apertura de las ofertas económicas para el diseño del centro en Puerto Williams.

A paso firme avanza el proyecto del futuro centro de investigación, educación y conservación de la Universidad de Magallanes en Puerto Williams, porque se cumplió una etapa más en el proceso de licitación de la iniciativa que, además de dotar de centro de formación técnica a la provincia Antártica, aportará un espacio para la ciencia y el turismo en el punto continental más austral del mundo, con el respaldo del Programa de Conservación Biocultural Subantártica que sostienen la Umag con la Universidad de North Texas y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

El acto de apertura de las ofertas económicas se llevó a cabo en el Ministerio de Obras Públicas, y previa aprobación de las propuestas técnicas, calificaron cuatro de las siete empresas postulantes a la consultoría. La elegida tendrá que elaborar el diseño arquitectónico en un plazo de 160 días, con un presupuesto de 215 millones 900 mil pesos del Fondo de Desarrollo de Magallanes (FONDEMA).

En enero pasado, el vicerrector académico, José Maripani, recibió de manos de la propia Presidenta Michelle Bachelet, el comodato del terreno para edificar el Centro Subantártico.

El director regional de Arquitectura, Jorge Cortés, informó que las cuatro propuestas están bajo el presupuesto oficial, y que ahora sólo resta evaluarlas, económicamente, para generar un informe de adjudicación que deberá ser autorizado por el intendente Jorge Flies como mandante de la iniciativa, y así dar pie al contrato. “Una vez recibida esta autorización, por los montos, no sería un contrato que quede exento del ingreso a Contraloría, pero la intención es iniciar la consultoría dentro del mes de junio”, precisó Cortés.

Para Rodrigo Vera, director del proyecto Centro Subantártico Cabo de Hornos, “fue un acto significativo porque hubo muchos interesados, lo cual demuestra que el proyecto es atractivo, interesante y, además, fue bien difundido”. Recalcó, además, que en la ponderación final vaya a primar el requisito técnico por sobre el económico, lo que es indicativo, a su juicio, de la calidad que se le quiere dar a esta iniciativa que pretende ser un ícono mundial. “Esperamos, ahora que se confirmen las muy buenas voluntades que han tenido las autoridades y el rector, para que sigamos en este camino, y obtener los recursos para la construcción de este centro de excelencia, que queremos inaugurar en 2017”, agregó.

Referente arquitectónico de conservación

El Centro Subantártico Cabo de Hornos contempla 1.500 metros cuadrados de superficie, emplazados en plena Reserva Mundial de la Biosfera Cabo de Hornos. Sus futuras instalaciones contemplan oficinas, salas de clases, laboratorios de docencia e investigación, un anfiteatro y otros espacios públicos acordes con un centro de excelencia en interpretación para el ecoturismo subantártico.

Puerto Williams, capital de la Provincia Antártica.

Además, dado que una de las principales tareas que allí se desarrollan es generar experiencias científicas y turísticas sobre la base de la ética ambiental, la construcción también debe ser un referente del uso eficiente y amigable de la energía.

Desde la perspectiva técnica, el director del Centro de Estudios de los Recursos Energéticos de la Umag (CERE), Humberto Vidal, dijo que los proyectos arquitectónicos actuales deben a apuntar a la sustentabilidad de las construcciones con el objeto de mantener controlados los gastos operacionales de los edificios, sobre todo, cuando tienen gran cantidad de superficie. En este sentido, a su juicio, es primordial que se  introduzcan acciones de uso racional de la energía para poder evitar que estas grandes edificaciones “no se conviertan en ‘elefantes blancos’ imposibles de mantener en el tiempo”.

El seremi del MOP, Ricardo Haro, en tanto,  dijo que hoy día, hay un componente de eficiencia energética que comenzará a ser incorporado en los proyectos de edificación pública. Esto se traduce en criterios de ahorro de energía,  inclusión de sistemas de energías alternativas (eólica o fotovoltaica, por ejemplo), mejoramiento del confort ambiental y de habitabilidad en proyectos de diseño para la conservación,  construcción,  ampliación y mejoramiento de la edificación que sea financiada con recursos estatales.