Estudiante de postgrado realizó especialización internacional en la Universidad de Vigo

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Entre el 16 y el 25 de septiembre, Taryn Sepúlveda Cifuentes, bióloga marina y estudiante de primer año del Magíster en Ciencias con mención en Manejo y Conservación de Recursos Naturales en Ambientes Subantárticos, realizó una especialización transitoria internacional en el Centro de Apoyo Científico-Tecnológico a la Investigación (CACTI) de la Universidad de Vigo, España. Esta pasantía fue supervisada por el Dr. Jesús Troncoso, miembro del grupo ECOCOST y del Centro de Investigación Marina (CIM), en el marco de la colaboración entre la Universidad de Vigo (UVIGO) y la Universidad de Magallanes (UMAG), a través del proyecto consorciado “Sistema Articulado de Investigación en Cambio Climático y Sustentabilidad de Zonas Costeras de Chile” (MAG21992 RISUE), coordinado por el Dr. Cristian Aldea de la UMAG. Taryn actualmente se desempeña como asistente de investigación en el Laboratorio de Ecología Funcional, bajo la dirección de la Dra. Claudia Andrade, quien ha participado en la gestión de la pasantía y coordina los estudios de ecología trófica.

Según comentó Sepúlveda, existía una estrecha colaboración con la Universidad de Vigo, especialmente con el Dr. Troncoso, académico y ecólogo con amplia experiencia en el estudio de ecosistemas de altas latitudes. “Gracias a esta colaboración, se me brindó la oportunidad de realizar una estancia en su laboratorio. El Dr. Troncoso forma parte del grupo ECOCOST, dedicado a investigaciones marinas, centradas en tres áreas principales: ecología de recursos marisqueros, ecotoxicología marina y ecología bentónica. Él facilitó mi contacto con el CACTI, el centro de apoyo a la investigación de la UVIGO”, expresó.

El CACTI, creado en 1991, es una iniciativa de la Universidad de Vigo para promover la investigación básica y aplicada de alta calidad, tanto a nivel nacional como internacional. Sus áreas de especialización incluyen: teledetección, redes de observación, equipos y sensores, genética y genómica aplicada a la acuicultura. Además, el CACTI cuenta con equipos de última generación, como espectrómetros de masas, resonancia magnética nuclear, difractómetros de rayos X, entre otros.

Manejo de muestras

Sepúlveda indicó que, gracias al proyecto MAG21992 RISUE, tuvo la oportunidad de trasladar muestras biológicas de sedimentos, flora, fauna bentónica, invertebrados marinos y peces a España para recibir capacitación intensiva en el manejo de estas muestras. “Durante mi estancia, recibí formación en el proceso de pesaje, encapsulación y acidificación de muestras, así como en el uso del espectrómetro de masas para analizar isótopos estables de carbono y nitrógeno. Esta capacitación fue crucial para cumplir con los objetivos del proyecto y fue complementada por el apoyo técnico de Jesús Estévez, encargado del Laboratorio del Servicio de Seguridad Alimentaria”, explicó.

La bióloga marina detalló el proceso de análisis de las muestras: “Lo que hacemos es tomar músculo de los organismos, o tejido vegetal en el caso de las algas, y para los sedimentos, simplemente los secamos en una estufa a 60º durante dos días. Luego, los molimos hasta obtener un polvo fino, que es donde llegamos en el laboratorio de la UMAG. En España, tomamos ese polvo y lo pesamos en una microbalanza, que tiene una precisión a nivel de miligramos. Con aproximadamente dos miligramos, podemos inyectar la muestra en el espectrómetro de masas, que mide la relación de isótopos estables de carbono y nitrógeno”.

En ese sentido, destacó lo enriquecedor que fue ver y realizar tareas que no se llevan a cabo en el laboratorio de la UMAG debido a la falta de equipos, o porque se envían al exterior o se realizan en colaboración. “Esta experiencia es muy positiva porque si en el futuro logramos adquirir algún equipo similar, podríamos formar a los estudiantes de la UMAG en técnicas como estas. Los análisis de isótopos nos ayudan a estudiar la estructura trófica, las fuentes de carbono que utilizan los organismos y su posición en la cadena trófica. Estos datos son clave para entender cómo las variaciones ambientales y el cambio climático afectan la estructura trófica y la resiliencia de las comunidades marinas”, agregó.

Sobre los objetivos del proyecto RISUE, Sepúlveda indicó que éste buscaba recopilar información actualizada sobre los sistemas naturales y construidos de las zonas costeras, con el objetivo de ayudar a la gestión y abordar los problemas ambientales asociados al cambio climático. “El proyecto aborda varias matrices como  la caracterización de la flora costera, el análisis oceanográfico de la columna de agua y la evaluación de la contaminación costera por microplásticos. En el Laboratorio de Ecología Funcional hemos estado analizando el contenido estomacal de organismos marinos y filtrando agua para encontrar fibras de acrílico y polipropileno. También incluye el análisis de la biodiversidad, los procesos ecológicos y la caracterización criosférica, considerando los glaciares y el arrastre de sedimentos desde los fiordos”, explicó.

Investigación y colaboración internacional

Finalmente, Sepúlveda señaló que esta especialización fue fundamental no solo para su formación académica, sino también para fortalecer los lazos de colaboración entre la Universidad de Magallanes y la Universidad de Vigo. “Este intercambio académico y científico refuerza el compromiso de ambas instituciones para abordar los desafíos globales del cambio climático. El acceso a tecnología de punta y la colaboración con expertos como el Dr. Troncoso impulsan el avance del proyecto y sientan las bases para futuras investigaciones conjuntas. Estas experiencias enriquecen el intercambio de conocimientos, el desarrollo de nuevas metodologías y la formación de estudiantes en un entorno internacional, abriendo oportunidades para futuras publicaciones y proyectos colaborativos”, concluyó.