Académicas de Educación Parvularia participaron en seminario “Comparte Educación” de la Fundación Integra
2024/10/08Facultad de Educación y Ciencias Sociales, Portada UMAG, noticiasPor Vitalia González (nota) y Mónica Araus (fotos), Dirección de Comunicaciones
“Niñas y niños protagonistas, ciudadanos sujetos de derecho”, fue la temática escogida este año por la Fundación Integra para la XII versión de su seminario “Comparte Educación”, el que por primera vez se realizó en forma simultánea en todas las regiones de Chile. La instancia reunió a los diversos departamentos y áreas de la Dirección Regional del organismo, a representantes de los distintos equipos educativos de jardines infantiles y salas cuna de la región, además de representantes de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad de Magallanes encabezadas por la jefa de carrera Aracely Parada Martínez; y la vicerrectora académica de la institución, Anahí Cárcamo Águila.
El objetivo de este seminario es reconocer, socializar, evidenciar el trabajo que desarrollan los equipos educativos de jardines infantiles, salas cunas y modalidades no convencionales a lo largo del país. En la oportunidad, las educadoras de párvulos Aracely Parada, Alejandra García y Carola Ulloa, expusieron el tema: “La ciudad de los niños y niñas” de Francesco Tonucci: Desafíos actuales para la educación parvularia en la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena
“La ciudad de los niños” es un proyecto internacional del Instituto de Ciencias y Tecnología del Conocimiento, dependiente del Centro Nacional de Investigación de Roma (Italia), nacido en la ciudad Fano en los años 90 y cuyo máximo responsable es el psicopedagogo y dibujante Francesco Tonucci. Su objetivo es ayudar a la infancia a desarrollar sus capacidades y aptitudes por lo que las escuelas debieran ser el lugar idóneo para que el niño pueda encontrar su naturaleza y luego desarrollarla; además de promover la autonomía, participación ciudadana y el juego; es necesario que el niño/a vuelva a caminar por las calles de sus barrios sin miedo. Actualmente, esta iniciativa está presente en más de 300 ciudades en 15 países del mundo: Italia, España, Suiza, Francia, Portugal, Líbano, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, República Dominicana, Costa Rica y México.
Según explica Parada, Francesco Tonutti plantea que, a pesar de que existe la Convención Internacional de los Derechos del Niños y Niñas, las ciudades han sido pensadas, proyectadas y valoradas tomando como parámetro un ciudadano medio con las características de adulto, varón, trabajador y que corresponde al elector pleno.
“A pesar de que existe la convención, muchos de sus artículos se vulneran y que las calles están hechas principalmente para los vehículos, para los estacionamientos y que cada vez le quitan más espacio a la infancia; también señala que los niños no son futuros ciudadanos, ellos ya son ciudadanos. Plantea que tener a los niños en las calles es una necesidad que tiene la ciudad para ser un lugar seguro. Tonucci entiende que no es que los niños no salen porque la ciudad no es segura, sino al revés: la ciudad ya no es un lugar seguro porque no hay niños en la calle”, expresó.
La jefa de carrera agrega que los niños también tienen derecho a utilizar los espacios públicos. “Este proyecto no es un proyecto educativo, sino es un proyecto político, que pretende hacer conciencia de considerar a estos niños y niñas ciudadanas y que ellos también tienen derecho a hacer uso de los espacios públicos, de participar en temáticas que les conciernen y opinar en todo lo que a ellos les cause interés, cómo les gustaría que fuera su ciudad, sus parques, sus establecimiento y no sólo que participen que opinen con temáticas de educación, sino en todos aquellos espacios que ellos habitan y que habitamos nosotros, los museos, hospitales, los supermercados todos los lugares que ellos pueden utilizar porque ellos también son habitantes”, apuntó.
La educadora explicó que, el objetivo de esta ponencia era crear conciencia para que las personas entiendan que es necesario respetar la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y Niñas. “Es fundamental que cada vez les demos más espacios de participación y que exista esta escucha activa para saber cuáles son sus reales intereses, respetar su opinión y que esta no sea una extensión de la opinión de los adultos, porque saben que esa va a ser la respuesta esperada. A lo mejor lo que digan para nosotros no va a ser lo más coherente, pero hay que respetarlos porque lo que ocurre normalmente es que se tiende a descalificar lo que dicen”, expresó.
En tanto Carola Ulloa se refirió al proyecto, “A la escuela vamos solos”, indicando que las ciudades en los últimos años se han convertido en un lugar pensado y proyectado sólo para las personas adulta olvidándose de las diversidades, jóvenes, ancianos y sobre todo niños. “El automóvil ha adquirido en nuestra sociedad una importancia, condicionando parámetros estructurales y funcionales de la ciudad. La desaparición de los niños y niñas que se desplazan solos por la ciudad priva a ésta de su aporte a la sociedad. La desaparición de la autonomía trae consecuencias como la imposibilidad de vivir la experiencia fundamental del juego, de realizar una actividad física adecuada, adquirir reglas y enfrentar riesgos. Este proyecto impulsado por Daniel Macenlle Díaz, director general del área de Protección Ciudadano, en Pontevedra, España tiene como objetivo que todos los niños de los colegios del centro urbano vayan caminando solos al colegio, fomentar desde la infancia hábitos y valores relacionados con la nueva movilidad ciudadana y el respeto por el medio ambiente. La autonomía personal de los niños, ofrecerles un espacio propio, que lo sientan suyo, para relacionarse entre ellos y resolver los problemas que se les presenten; entregar modelos alternativos a la movilidad sostenible desde la infancia y fomento de las relaciones sociales y crear hábitos saludables”, señaló.
Por su parte Alejandra García expuso sobre el consejo de los niños planteado por Tonucci. “Éste presenta la idea de involucrar a los niños en decisiones políticas y urbanas. Los niños están liberados de algunos condicionantes que esclavizan a los adultos como el dinero, el poder y prejuicios de la opinión pública, escucharlos enriquece la democracia. Tonucci plantea la creación de un consejo infantil donde los niños se transformen en actores sociales, resaltando la importancia de la autonomía, responsabilidad y juego y los valores de la justicia, bienestar común y equidad. Las principales características que debe tener este Consejo de los Niños y Niñas son: la representación infantil, la elección de los miembros debe ser hecha por sorteo, debe regirse por el calendario escolar, deben tener la posibilidad de reunirse con los alcaldes, deben contar con un adulto guía, reuniones periódicas, reuniones con compañeros y escuela, resolución de problemas urbanos de manera innovadora y creativa”, manifestó.