Por Vitalia González (nota) y Mónica Araus (fotos), Dirección de Comunicaciones

Acompañados por sus padres, familiares y amigos en dependencias del Centro Asistencial Docente e Investigación de la Universidad de Magallanes (CADI-UMAG) un total de 12 alumnos y (as) de segundo año de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial vivieron su ceremonia de investidura, hito que marca el inicio de sus prácticas pedagógicas en las aulas. En la oportunidad, las y los estudiantes recibieron de manos de sus acompañantes el tradicional delantal color burdeo que los identifica como un referente de inclusión, símbolo de su vocación y compromiso con su futura labor docente.

En la ocasión, la jefa de carrera Patricia Henríquez Concha destacó que la Investidura, “marca una etapa en la que pondrán en práctica los conocimientos y las habilidades adquiridos durante su trayectoria académica y en la que se sumergirán en el apasionante mundo de la docencia”. Según expresó la académica, “hoy se embarcan en una travesía que los llevará a transformar vidas, a sembrar semillas de esperanza y a construir un mundo más inclusivo. La diversidad lejos de ser una barrera es nuestra mayor riqueza. Como educadores diferenciales, ustedes tienen la responsabilidad de abrazar esta diversidad, creando ambientes de aprendizaje inclusivos donde todos los estudiantes se sientan valorados y puedan alcanzar su máximo potencial”.

Las y los estudiantes Fabián Esteban Aguilar Arriagada, Romina Valeria Belén Barrientos Marzán, Scarlet Belén de los Ángeles Caba Serey, Javiera Aurora Guenuman Nain, Mariela Paz Pallacar Backamann, Ángelly Nicole Levill Maldonado, Martina Constanza Espinoza Barrientos, Konstanza Abisag Vargas Guentelicán, Loreto Belén Ruiz Aguilar, Dafne Samara Guerrero Silva, Noemí Danitza Mansilla Millaldeo y Fabiana Araceli Soto Barría, recibieron así su delantal junto con un recuerdo de la carrera.

Para finalizar, las estudiantes de segundo año Ángelly Levill Maldonado y Lorena Ruiz Aguilar les dirigieron unas palabras a sus compañeros y compañeras: “Nos estamos preparando para una misión noble y al mismo tiempo desafiante. Porque la pedagogía no es sólo una profesión, es un compromiso profundo con la comunidad, ya que tenemos el poder de marcar la diferencia en la vida de nuestros estudiantes, de inspirarlos, motivarlos, entregarles herramientas para un óptimo desarrollo dentro de la sociedad y ayudarlos a ejercer su autonomía para alcanzar sus metas y sueños”, señalaron.

Las estudiantes también se tomaron un minuto para agradecer a los y las profesionales que les han servido de guía, en especial, a sus jefas de carrera Patricia Henríquez y Magnolia Chaparro y, asimismo, al Centro Asistencial Docente e Investigación “por abrirnos sus puertas -indicaron- y permitirnos llevar a cabo nuestra práctica profesional, especialmente a las fonoaudiólogas y docentes Mizzina Alvarado e Isidora Riquelme”.

Por último, su compañera, Mariela Pallacar concluyó que lo vivido era un paso muy importante. “Esto marca un antes y un después en nuestra formación como futuros docentes, para poder atender a la diversidad y ojalá poder conseguir una mayor inclusión en nuestra sociedad. Creo que es fundamental visibilizar las distintas necesidades que hay al interior del aula de clases, y si bien esto ha ido en aumento, todavía nos queda harto camino por recorrer”, cerró.