Por Vitalia González (nota) y Mónica Araus (fotos), Dirección de Comunicaciones

En el contexto de las acciones que lleva adelante el Área de Acompañamiento al Estudiante y Egresado del Departamento de Educación y Humanidades de la Universidad de Magallanes (UMAG) y con apoyo de la Fundación Plagio y Magallanes en 100 palabras, recientemente, se dictó el taller “Creando en 100 palabras”, dirigido a estudiantes de primer año de las carreras de Pedagogía.

La instancia, que se desarrolló en dos tandas, estuvo a cargo del profesor de Castellano egresado de la UMAG, Robinson Vega y tuvo como objetivo, promover la lectura y escritura creativa entre las y los alumnos que se están formando como docentes, a fin de que éstos puedan usar, en el futuro, este tipo de herramientas con sus propios estudiantes.

En la oportunidad, la docente y encargada del Área de Acompañamiento al Estudiante y Egresado, Alejandra García Riquelme comentó la actividad fue posible gracias al interés de la fundación en colaborar con la UMAG.  “La verdad es que accedimos porque es una oportunidad única que promueve el gusto por la lectura y escritura. Hoy a través de una actividad muy lúdica se les está entregando herramientas a todas y todos los alumnos de primer año de las distintas pedagogías”, informó.

Agregó, al respecto, que “la idea es que puedan aprender algunas técnicas de escritura y ser creativos promoviendo esto a través de sus prácticas y para cuando ya estén ejerciendo en las aulas. Además, queremos promover la participación de las y los estudiantes en la convocatoria del concurso “Magallanes en 100 palabras” que cierra ahora el 9 de septiembre, para que puedan presentar sus escritos”, puntualizó.

En tanto, el profesor Robinson Vega señaló que talleres de este tipo estaban dirigidos a todas las personas que cumplen roles en docencia y mediación, poniendo énfasis en la creatividad de la escritura. “Es un taller que está pensado para entregar herramientas concretas a personas que van a cumplir roles de mediadores con niños desde los 9 años en adelante, que ya saben leer y escribir para que desarrollen relatos breves en 100 palabras”, explicó.

Según detalló Vega, “durante el taller unificamos criterios respecto a qué es un relato breve, un microcuento. Aquí hay estudiantes de distintas pedagogías y, por lo tanto, no todos tienen que saber lo mismo. Partimos con eso leyendo algunos textos que han ganado concursos y otros también que hemos aportado. A partir de eso, la idea era aplicar el juego de ‘Creando en 100 palabras’ el cual tiene un soporte teórico. El juego busca entregar herramientas a las personas que van a empezar a escribir para que logren un relato breve”.

El juego “Creando en 100 palabras” es un sencillo juego de cartas ilustradas que ayudan a comprender como se articula un relato. A partir de estas imágenes, se trabaja la metodología del Story Grammar, que invita a las y los estudiantes a escribir un cuento con un máximo de 100 palabras. El Story Grammar es fundamental para entender y estructurar la macroestructura del discurso narrativo. Ayuda a descomponer las historias en sus componentes esenciales, lo que facilita la comprensión y la producción de narrativas coherentes. Al trabajar con esta metodología los estudiantes pueden identificar elementos clave como personajes, configuraciones, eventos, problemas y resoluciones, lo que les permite construir narrativas más ricas y organizadas.

En ese sentido, el relator agregó que el juego estaba compuesto por ocho naipes que son los destinos elementos que componen el microrrelato. “Los personajes, el título, el desenlace, los acontecimientos, etc., que lo que busca, en el fondo, es que las personas que van a escribir tengan conciencia de esa estructura y la puedan aplicar en el proceso creativo”, manifestó.

La estudiante de Pedagogía en Inglés, Josefina Herrera manifestó que le había gustado mucho el taller porque fue muy interactivo y divertido. “Aprendimos que, como profesores, es importante tener claras nuestras ideas antes de iniciar una clase, de lo contrario, se corre el riesgo de que los alumnos no sean capaces de interpretar nuestras instrucciones. A mí me gustó mucho la actividad final de crear un cuento utilizando las cartas, aprendimos como organizar un relato y fue entretenido”, precisó.

En tanto, Constanza Villarroel, de la misma carrera comentó que el taller le pareció muy entretenido. “Es una buena instancia para desarrollar habilidades creativas de escritura. A mí me gustó mucho, sobre todo el trabajo grupal que realizamos con mis compañeros”, finalizó.