“A Convivir se Aprende” despliega trabajo en 8 establecimientos de tres comunas de la región

Boletín Normal, Facultad de Educación y Ciencias Sociales, Portada UMAG, noticias

A fines de julio se llevó a cabo la tecera sesión de redes de convivencia en la comuna de Natales, que agrupa a la Escuela Juan Ladrilleros, Liceo Gabriela Mistral y Escuela Baudilia Avendaño.

El académico de la Universidad de Magallanes (UMAG), Sergio Saldivia Córdova es el investigador responsable, a nivel regional, del programa “A Convivir se Aprende” del Ministerio de Educación (Mineduc). En el inicio de este segundo semestre escolar, el psicólogo y doctor en Liderazgo Educativo, se refirió a diversos temas relativos al despliegue del trabajo en fortalecimiento de convivencia escolar que desarrolla la iniciativa en ocho establecimientos de las comunas de Natales, Porvenir y Cabo de Hornos.

A modo de contexto, Saldivia comentó que se trataba de una prioridad ministerial en el marco de una política llamada “Plan de Reactivación Educativa”. “Esto se potencia con el término de la pandemia por COVID-19, donde las comunidades escolares se encuentran con la necesidad de contar con mayor apoyo para enfrentar el retorno a la presencialidad, pero también me parece importante recalcar que hay una continuidad de un proceso anterior y que tiene que ver con una preocupación de generar ambientes más saludables en las escuelas, ambientes más inclusivos”, dijo.

En esa línea, agregó que el programa se impulsa en forma coordinada entre el Ministerio de Educación, la Secretaría Regional (Secreduc), los Departamentos Provinciales (Deprov), el Servicio Local de Educación Pública (SLEP), las universidades regionales y los establecimientos que participan. “El programa se ejecuta actualmente en 100 comunas de Chile, de las cuales, actualmente, trabajamos con 3 en Natales, 3 en Porvenir y 2 en Cabo de Hornos. Anteriormente, trabajamos con 5 escuelas en Punta Arenas. Éste consta de tres componentes: fortalecimiento de las redes territoriales de convivencia escolar en la comuna; acompañamiento para aquellos establecimientos que requieran mayor apoyo y; formación a través de talleres u otras instancias para abordar temáticas asociadas a la convivencia escolar y bienestar”, aseveró

En relación con el modelo que propone la iniciativa el investigador explicó que es el de “Escuela Total” que, lo que propone, es mirar la escuela en los distintos niveles en los que opera. “Tiene que ver con identificar las acciones que se hacen en los distintos niveles, entonces en el ámbito de la convivencia escolar sabemos que una de las dimensiones en las que operan las escuelas dice relación con los casos individuales que les preocupan, ya sea de estudiantes, familias o situaciones emergentes que ocurran en el día a día, pero también hay otros niveles de trabajo a los que invitamos a las comunidades a mirar y que tienen que ver con grupos de estudiantes que a veces necesitan más apoyo y hay otras acciones que también se hacen y que son preventivas y formativas con toda la comunidad”, señaló.

A nivel regional y como parte de las herramientas que caracterizan su trabajo profesional junto con el equipo de liderazgo educativo que han venido formando al alero de la Universidad, Saldivia destacó el hecho de poder complementar las orientaciones técnicas del Programa con un modelo conceptual llamado “Justicia Restaurativa”, a través del cual invitan a las comunidades a hacerse preguntas, mirar lo que están haciendo y proponerse acciones. “Es un enfoque transformador para resolver conflictos que busca promover la reparación y la reconciliación entre las partes. En el caso de la violencia escolar siempre se ve cómo reparar al niño que ha sido víctima, pero qué se hace con el niño que agrede. Este modelo abre espacios de diálogo y ya se ha aplicado con éxito en la escuela Croacia en Punta Arenas”, comentó.

“El conflicto no necesariamente es violencia”

Para Saldivia, el trabajo en convivencia escolar debe ser hecho en las escuelas de una forma coherente con el modelo que se tiene de comunidad. “Actualmente, hay una política de convivencia escolar que ya está en su tercera versión y que pone algunos ejes importantes en el día a día de las comunidades, el cuidado entre las distintas personas que la integran, cómo se manejan los conflictos, cómo conversamos unos con otros, la participación, la escucha, la inclusión, etc. son ejes fundamentales que están inscritos en la política educativa. Lo que nosotros intentamos hacer es generar espacios de diálogo participativos junto con profesores, educadores, directivos que permitan mirarse y generar objetivos de manera conjunta que sean coherente con estos principios”, puntualizó.

Por último, el académico quiso referirse a la diferencia existente entre los conceptos de violencia y conflicto, dada la connotación pública y, por ende, mediática que han tenido casos recientes de violencia escolar a nivel nacional. “El conflicto emerge de forma tan simple como cuando hay dos o tres personas que tienen múltiples miradas e intereses respecto de una misma situación. Ahora conflicto no necesariamente implica violencia, el mal manejo de un conflicto puede llevar a la violencia. Lo que nos interesa es poder identificar el conflicto, ver cómo manejarlo y evitar que se termine en un acto de violencia”, explicó.

Agregó, a renglón seguido que “el término violencia también es un concepto que hay que mirar con cuidado”. A su juicio, “estamos acostumbrados a pensar en ciertos tipos de violencia y a no ver otros como la exclusión o la invisibilización de ciertos actores, o la ridiculización o banalización de lo que hacen ciertos grupos o personas”. En ese sentido, enfatizó que “como equipo, nos interesa identificar los distintos tipos de violencia y los actores que puedan estar ejecutando acciones que son percibidas como violentas al interior de las comunidades. Esto es parte de la conversación que llevamos a las escuelas y que tiene que ver con identificar estos espacios, los conflictos que son comunes y cómo evitamos que éstos pasen al terreno de la violencia, y también distinguir las formas de violencia que están ocurriendo para así tomar decisiones destinadas a prevenir y formar”, cerró.

Junto con valorar la ampliación del alcance territorial de este Programa, el seremi de Educación, Valentín Aguilera Gómez, destacó que “esta medida se suma a la ampliación territorial del programa Habilidades para la Vida, a las acciones formativas en materia de convivencia escolar que ha implementado el Ministerio de Educación, a la actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa y a la activación de la estrategia Comunidades Educativas Protegidas, manifestando la preocupación de nuestro Ministerio por el acompañamiento en materia de Convivencia Escolar en todo el territorio”.

El programa “A Convivir se Aprende” forma parte del Plan de Reactivación Educativa y tiene como objetivo fortalecer los equipos de gestión y de convivencia escolar a nivel de sostenedores y escuelas de comunas focalizadas, las competencias y habilidades para enfrentar situaciones de violencia escolar, prevenir dicha violencia y fortalecer la convivencia. Durante el 2023 se implementó en 91 comunas de 14 regiones del país, apoyando a cerca de 1.400 comunidades educativas y con una participación de más de 3 mil profesionales.