Estudiantes de Agronomía se capacitaron sobre producción y comercialización de hongos

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-En el marco del proyecto Business Camp 2, el tallerista Alejandro Navarrete, cofundador y gerente de “Micosecha”, empresa biotecnológica dedicada a promover la fugicultura, visitó la UMAG.

El proyecto de investigación denominado “Producción de hongos con fines alimenticios y medicinales” de los alumnos de quinto año de la carrera de Agronomía, Milenka Seguich López y Bruno Montecinos Velásquez fue una de las iniciativas seleccionadas por el concurso interno Business Camp 2, realizado por la Dirección de Innovación.  Éste se adjudicó 3 millones de pesos y de acuerdo con las bases, el dinero debía ser destinado a actividades de formación y especialización transitoria para el fortalecimiento de competencias y capacidades que permitan profundizar en el desarrollo e investigación.

En este contexto es que, a mediados de noviembre, se llevó a cabo una capacitación en producción de hongos comestibles a cargo del tallerista Alejandro Navarrete, cofundador y gerente “Micosecha”, empresa biotecnológica dedicada a promover la fungicultura profesional y el cultivo comercial de hongos comestibles y medicinales y cualquier otra aplicación que utilice hongos para generar un beneficio a la sociedad.

Navarrete indicó que la académica Loreto Manosalva se había puesto en contacto con “Mi cosecha” hace unos seis meses y contando que quería capacitar a estudiantes del área de agronomía en fungicultura productiva, desarrollar cultivos de hongos con fines comestibles y ver la posibilidad de que en Magallanes se pueda iniciar un proceso de producción de hongos aprovechando algunas especies nativas que crecen en forma silvestre.

“Para esto se requiere -agregó- por un lado, realizar algunas capacitaciones para poder probar esos hongos, ver cuáles son los más apropiados, ver los sustratos que uno podría aprovechar ya que, en la zona, son abundantes porque es importante señalar que el cultivo de éstos tiene la ventaja que se aprovecha de los desechos de la industria agroforestal, esa también es una de las razones por las cuales yo vine a Punta Arenas”.

El empresario agregó que en la zona había abundancia en la industria de la lenga. “El aserrín de lenga podría ser una buena oportunidad por ejemplo también hay algunos hongos como el Agaricus campestris, que son comestibles y crecen de forma silvestre, pero que también podrían cultivarse, entonces en esta primera etapa lo que estamos haciendo es capacitar a los chicos, enseñarles técnicas básica, luego desarrollar estos trabajos y experimentos y de esa manera poder generar información valiosa para seguir avanzando en este proceso de domesticar algunos hongos que pudieran incorporarse a la dieta de las personas en Magallanes. Creo que el tema fúngico tiene varias oportunidades importantes que podrían generar un aporte significativo. La soberanía alimentaria acá es un tema por el clima, por la distancia, entonces los hongos que tienen tantas ventajas son una comida sana, aportan nutrientes que no son tan abundantes, son un excelente sustituto de la carne también; es una industria que se ha desarrollado en otras partes y acá perfectamente podría tomar vuelo”, precisó.

Con relación a cómo ha sido la experiencia de trabajo con los alumnos Navarrete señaló que los notaba muy motivados. “Me parece que tienen una excelente formación básica, poseen los conocimientos generales que uno espera de un profesional o de un estudiante que está en proceso de terminar su formación universitaria, la experiencia ha sido bastante agradable y sencillo no he tenido ni un problema para que incorporen y entiendan los conceptos y además tienen excelente disposición”, expresó.

Milenka Seguich dijo que la capacitación había sido muy positiva e innovadora. “Yo tenía algunos conocimientos previos, pero ahora he podido profundizar los aprendizajes y con ganas de aplicarlos cuando salga de la carrera. Ojalá que la experiencia se pudiera replicar o agregar a la malla de Agronomía. Creo que la fungicultura es importantísima ahora, lo que he aprendido es a producir todo desde lo que es el micelio (estructura de los hongos de apariencia similar a una raíz, consistente en una masa de hifas ramificadas y de textura como de hilo,  que forman la parte vegetativa de los hongos pluricelulares como las setas y los mohos), hasta el sustrato para que pueda crecer y desarrollarse y también sobre la producción de éstos y también las condiciones que necesita, los materiales  e instrumentos. El Business Camp fue un gran apoyo, ojalá hubiera sabido de esto antes y no en mi 5 año porque es una tremenda posibilidad para todos los estudiantes”, sentenció.

En tanto, Bruno Montesinos dijo que para él lo más significativo del taller había sido el trabajo práctico. “Hay bastante bibliografía, cursos online y material, pero nada muy confiable, pero el hecho de traer un profesor y que podamos practicar técnicas ha sido súper relevante. Siento que con esto pudimos aterrizar de mejor forma lo que planteamos en el Business Camp, conociendo la parte comercial o cómo guiar la idea, plantear de verdad la innovación ya que requiere de un proceso previo. Me gustaría continuar con el mismo proyecto porque se abren aristas nuevas”, comentó.

Participación externa

Finalmente, Daniel Miranda Clerck ingeniero agrónomo de la UMAG y actualmente alumno del Magíster en Bioinformática comentó que él no tenía pensando trabajar con hongos, sino más bien con bacterias ya que igual eran microorganismos, pero que la académica Loreto Manosalva se había puesto en contacto con él a través de Sergio Radic, su profesor guía de tesis y había decidido participar en el taller. “A mí me gusta más el lado genético entonces me gustaría llevar los hongos al laboratorio para investigarlos y hacer secuenciaciones”, sentenció.