Reflexionan y buscan propuestas para prevenir la inasistencia y desvinculación escolar

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-El ciclo de talleres está a cargo de la Universidad de Magallanes en el marco del Plan de Reactivación del Ministerio de Educación (Mineduc).

La jornada se llevó a cabo en el salón de El Arriero y tuvo como base la metodología de la Pedagogía Emocional.

Por Ángela Molina Videla, Dirección de Comunicaciones UMAG.

La pedagogía y la revinculación están estrechamente relacionadas, y se refieren a enfoques y prácticas que buscan fortalecer la conexión entre los estudiantes y el proceso de aprendizaje.  En los últimos años, la pandemia por el COVID-19 afectó fuertemente esta conexión y, es por ello, que, entre sus medidas, el Mineduc lo incluyó dentro de su Plan de Reactivación Educativa en el eje III denominado “asistencia y revinculación”, buscando y co-diseñando estrategias para combatir este problema dentro del sistema escolar.

En Magallanes la misión fue encomendada a la UMAG como parte del trabajo con las comunidades educativas desde el 2022; fruto de lo cual, recientemente, puso en marcha un ciclo de talleres en la región dirigidos a docentes, asistentes de la educación , profesionales de apoyo y directivos, cuyo objetivo apunta, justamente, a sensibilizar a los agentes educativos en los problemas sociales que están a la base de la inasistencia y deserción o desvinculación y, a reflexionar, colaborativamente, en propuestas para asegurar las trayectorias educativas en los casos que se identifiquen como críticos en la escuelas.

La instancia fue inaugurada con una veintena de participantes de establecimientos educacionales de Punta Arenas, quienes se hicieron parte de la dinámica propuesta por los académicos y relatores del taller, Paulina Aliaga y Roberto Vásquez del Departamento de Educación y Humanidades de la UMAG. De esta forma, y desde el enfoque de la Pedagogía Emocional, pudieron compartir sus experiencias y miradas de la educación y el quehacer en el aula, poniendo de relieve las brechas, falencias y retos que evidencian en torno al proceso educativo de las y los estudiantes.

Reforzando el vínculo pedagógico

A mediados de noviembre, el Mineduc dio a conocer cifras oficiales de asistencia y desvinculación por el año 2023. Entre los datos principales informaron que se observan 50.814 estudiantes desvinculados representando una tasa del 1,66%. Esto significa un aumento de 0,2% con respecto al 2022. Por otra parte, de los estudiantes desvinculados del sistema escolar del año 2022, se logró revincular 17.069 estudiantes, lo que representa una tasa de revinculación del 38%.

La inasistencia grave, en tanto, disminuyó en 4 puntos porcentuales con relación al 2022, lo que equivale a que 140 mil estudiantes aproximadamente salen de esta situación. Aun así, no alcanza a la cifra prepandémica.

A la luz de estos números, Rodrigo Troncoso, profesional del Área de Formación Continua del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) señaló que “el Gobierno se hace cargo y establece éste eje como una de las muchas acciones paralelas que se están desarrollando en todo el territorio para reflexionar sobre este tema, buscar puntos de conexión entre la sociedad y también los docentes, los directivos, asistentes de la educación quienes están en el aula para hacer una detección temprana, poder abordarlo y poder entender por qué la o el alumno no están asistiendo. En definitiva, poder generar el vínculo entre la escuela y la familia que, a veces, por diferentes motivos, se ve truncado, y reflexionar sobre esta corresponsabilidad para que nuestros estudiantes se eduquen”.

En esa misma línea, para la académica UMAG, Paulina Aliaga, la política de revinculación y asistencia toma sentido, toda vez que “se preocupa de reconocer el problema posterior a la pandemia de la desvinculación y desconexión, no solamente en términos físicos, es decir, estudiantes que han dejado de estar en nuestros colegios, sino también en términos emocionales y de aprendizaje que también, de cierta manera, han dejado de estar o de vivir el disfrute de la educación, que es participar de los procesos de aprendizaje y de conexión con la comunidad”.

Aliaga resaltó, por ende, la metodología en torno a la Pedagogía emocional, que, además de la empatía, permite, a su juicio “relevar la importancia del vínculo pedagógico y las herramientas psico y socioemocionales para reconectar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, generando sentidos, con distintos ejercicios  que van desde la experiencia de ellos y ellas como estudiantes proyectando a la identificación de sus estudiantes hasta dinámicas que nos permiten movernos y reconocernos en el espacio físico”.

Participantes

María Cristina Ojeda, profesora de Historia y apoyo de la Unidad Técnico-Pedagógica (UTP) del Liceo Luis Alberto Barrera, valoró la instancia y manifestó que la iniciativa “es muy importante, porque yo en la función que cumplo, estoy en ese rol, apoyar a los alumnos en este proceso de aprendizaje, también en la relación con los padres, en la cual nosotros proyectamos que los alumnos se reintegren a este sistema educativo, que aprovechen lo que está dispuesto para ellos y sí hay varias alternativas que podemos proponer y plantear a partir de este taller”.

El psicopedagogo de la escuela Padre Alberto Hurtado, Nicolás Barría, también reflexionó al respecto y señaló: “Creo que cuando el estudiante es consciente de lo que está viviendo tanto de un proceso negativo como positivo ayuda al poder crear ambiente, poder crear herramientas para que el profesor y los demás actores educativos, te pueda guiar de cierta manera. No somos dueños de la verdad, pero sí podemos entregar estas herramientas para el desarrollo y para que los estudiantes quieran ir, quieran estar en la escuela, quieran aprender de una manera más dinámica tal vez, contentos y felices”.