Investigadoras de la casa de estudios aplicaron metodologías creativas en un conversatorio con estudiantes de la escuela de Río Seco, quienes rescataron recuerdos de su niñez y los plasmaron en una obra artística. El ejercicio revela el valor patrimonial de las trayectorias de vida de las personas.

Por Paula Viano Santana

Infancias del segundo ciclo básico de la escuela Elba Ojeda Gómez de Río Seco, participaron recientemente del “Conversatorio Educación Patrimonial en Magallanes, Historias Genealógicas 2023”. En la actividad, organizada por la Universidad de Magallanes (UMAG), las y los escolares desarrollaron ejercicios de memoria y de conexión sensorial. “Tuvimos que cerrar los ojos y escuchar la música para imaginar nuestros recuerdos. Me dio curiosidad”, contó Antonella González Salgado, estudiante de 7° básico. Con el sonido de la lluvia, Yemeri Sporman Peña, de 5° año, se acordó “de un día cuando estaba en Osorno y empezó a llover, y yo estaba comiendo helado”.

Antonella y Yemeri integran el Taller de Patrimonio Cultural de su escuela, a cargo de la profesora Camila Oliva. “Camila me expresó que los niños necesitan salir, y también aires nuevos para pensar las ideas de patrimonio. Y como yo tenía que organizar un conversatorio, decidí realizarlo con las infancias en vez de hacer una conversación con adulteces”, explicó Andrea Lira Muñoz, profesora adjunta del Instituto de la Patagonia, refiriéndose a uno de los compromisos del proyecto Inclusión del Patrimonio Biocultural Magallánico en el Sistema Educativo Regional: una aproximación desde las perspectivas de género e interculturalidad.

La Dra. Lira Muñoz investiga, entre otros temas, procesos de formación docente, políticas educativas, currículum y enseñanza. El financiamiento de la iniciativa patrimonial que dirige actualmente, se lo adjudicó postulando al programa Subvención a la Instalación de la Academia de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), y complementa la labor que realiza el Instituto, pues pese a trabajar históricamente en temas de patrimonio regional, este centro no tenía un área de educación patrimonial escolar.

La Doctora en Educación contó que este año ha trabajado con las asistentes de investigación Andrea Barría Villegas y Consuelo Tardones Villanueva, “en una revisión bibliográfica buscando qué es y cómo se entiende la educación patrimonial, qué es lo biocultural, cuáles son los distintos debates acerca de las ideas de patrimonio de historia, de herencia, de genealogías, de identidad”. Aún faltan las entrevistas en profundidad a docentes del área, pero ya tienen avances en el ámbito de las formas de investigar. De hecho, anunció que próximamente se publicará un artículo sobre metodologías creativas.

La memoria como patrimonio

Andrea Barría, metodóloga del conversatorio escolar, comentó que “en un principio, trabajamos la evocación de recuerdos de los y las estudiantes, a partir de caminatas sensoriales, con un par de estímulos que, en este caso, fueron luces y sonidos, como buscando alguna chispita que les prendiera la memoria. Y luego, por medio de preguntas que yo les iba haciendo, podían ir profundizando en esos recuerdos. Hicimos un mix entre metodologías más escénicas, para terminar plasmando todo en un ejercicio creativo”, consistente en sus manos trabajadas en yeso.

Andrea agregó que la metodología creativa “te abre sentidos que no siempre se abren desde la conversación únicamente, y menos desde el trabajo expositivo, sobre todo en patrimonio. Despierta otros aspectos más emocionales, incluso a veces fantasiosos, que no están en la realidad concreta. Además, con la niñez fluye más el tema lúdico, porque para ellos es mucho más cotidiano. Por eso nosotras trabajamos siempre este tipo de metodología, entendiendo que la investigación también puede ser creativa”.

La conversación que estas investigadoras están planteando, concibe al patrimonio también como la construcción de las memorias de cada ser humano. “Por lo tanto”, afirma Barría “partimos de la base que todas las infancias que asistieron hoy día son portadoras de una memoria, por lo tanto, de un patrimonio, que tiene que ver con trayectorias de vida, con historias de ancestros o de relaciones, de contextos, de territorios, de identidades”.

Por último, la Dra. Lira valoró la visita de las infancias de Río Seco al campus de la UMAG. “La Universidad”, declaró, “debería ser un espacio abierto a la comunidad, y las infancias, las niñeces, las adolescencias, deberían sentir que es un espacio donde son bienvenidos siempre”.