Por Vitalia González Sánchez (Nota) y Mónica Araus Sieber (Fotos)

El Doctorado en Ciencias, Mención Química de Productos Naturales o mención Biología Molecular de la Universidad de Magallanes (UMAG) fue uno de los 27 programas de doctorado a nivel nacional en adjudicarse a finales del 2022 el concurso Fondo de Fortalecimiento de Programas de Doctorado de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). El monto asciende a $258.618.360 y su ejecución tendrá una duración de 3 años

El principal objetivo de este fondo es contribuir al incremento de las capacidades institucionales de las universidades chilenas, promoviendo la generación de conocimiento o el I+D+i, a través del fortalecimiento de programas de doctorado recientemente creados que promuevan el desarrollo de áreas de frontera y/o desafíos país con el propósito de lograr una oportuna acreditación ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). El desarrollo de los nuevos programas de doctorado debe aportar a la descentralización, equidad y diversidad, igualdad de género e inclusión dentro del sistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de nuestro país.

En el proyecto presentado por la UMAG y de acuerdo con las bases del concursos se plantea la necesidad de fortalecer el programa de doctorado el cual fue creado con el objetivo de aportar al robustecimiento de la investigación en Ciencia en Patagonia, Tierra del Fuego y Antártica y generar especialistas en las áreas de la Química de Productos Naturales y la Biología Molecular ampliamente ligadas a la ciencia que se desarrolla en la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

La coordinadora del doctorado, la Dra. Marisel Araya comentó que dentro de los ámbitos que se requerían fortalecer estaba el claustro, ya que se necesitaba dotar de un mayor número de profesores con la experiencia necesaria para dirigir las tesis doctorales, pudiendo así aumentar el número de postulantes. “Otra de las áreas que requeríamos robustecer es la internacionalización, la que todavía es incipiente, aun cuando contacto con académicos e investigadores dentro y fuera del país nuestra principal dificultad estaba en el financiamiento y el hecho de habernos adjudicado este proyecto nos va a permitir que nuestros alumnos puedan realizar pasantías en el extranjero o traer investigadores a trabajar en el doctorado o a dictar seminarios no sólo para los alumnos de postgrado, sino también para los de pregrado y a lo mejor en el futuro poder captarlos como futuros estudiantes”, puntualizó.

Araya agregó que actualmente tenían a la alumna Inés Cid Fariña realizando una pasantía en la Universidad de Uppsala, Suecia a esto se suma la solicitud de apoyo de otra alumna para hacer una pasantía en Barcelona y otros que quieren ir a Málaga. “Hay interés por parte de los alumnos y de los profesores que los van a recibir en cada una de las instituciones. Si bien es cierto que nosotros los apoyamos en cuanto a pasajes y estadía cuando llegan allá el laboratorio ellos nos aportan con el conocimiento, la infraestructura y los materiales, realmente las redes son muy importantes”, precisó.

La académica comentó que gracias a este proyecto también iban a poder contratar al menos a un investigador que cumpla con las orientaciones de productividad de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). “Este doctorado tiene dos menciones y estábamos un poco débiles en la de Productos Naturales, entonces el contrato va dirigido a un profesor que tenga experiencia en el área Química de Productos Naturales. También estos recursos nos van a permitir realizar una mejor difusión del programa ya sea preparando cápsulas, hacer difusión en medios de comunicación, aunque debo decir que siempre la universidad nos ha estado apoyando”, precisó.

Asimismo, expresó que una de las dificultades que debieron sortear como programa tenía relación con la obligatoriedad de las orientaciones de productividad de los claustros. “Antes la Comisión Nacional de Acreditación te entregaba ciertas orientaciones de productividad que los programas debíamos cumplir, pero no era obligatorio, pero en septiembre de 2019 esas orientaciones se hicieron obligatorias, lo que se transformó en una dificultad para nosotros, y creo que no sólo para nosotros, ya que de ahí nace el concepto de consorcio. Los consorcios se crean para que las universidades puedan tener los claustros que la CNA hoy nos solicita, sobre todo en la parte química es bastante alto donde 7 profesores con productividad es el mínimo, nosotros actualmente tenemos 9. Este doctorado una de las características que tiene es que trasciende la química y la biología y lo que fomenta es que esas dos áreas interactúen”, puntualizó.

Primera defensa de tesis

Marisel dijo que el programa que coordinaba era relativamente nuevo ya que habían partido recién el 2019, y que este año iban a tener su primera defensa de tesis. “Tenemos un alumno que está escribiendo su tesis y otros que la están terminando. Sin embargo, este doctorado es experimental y una de las cosas que nos retrasó fue la pandemia porque hubo etapas donde no se pudo trabajar en los laboratorios y además los insumos no llegaban lo que no sólo nos afectó a nosotros sino a todas las personas que trabajan en investigación en la universidad. Hay alumnos que todavía están realizando la parte experimental de sus proyectos, pero hay varios que están cerca de terminar y comenzar a escribir”, manifestó.

Finalmente, señaló que uno de los objetivos del doctorado era formar recurso humano especializado en las áreas que atañen en la Patagonia. “De hecho de acuerdo con las líneas de investigación prioritarias de la universidad  por un lado estamos relacionados con la  Ciencia Antártica y Subantártica estudiando compuestos que sean bioactivos y que se dan dentro de la naturaleza de esta región y por otro tributamos al Desarrollo Humano estudiando enfermedades prevalentes como el cáncer gástrico que es de alta incidencia en Magallanes, los chicos también hacen estudios con algunos compuestos que puedan tener incidencia en algunas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer”, enfatizó.