UMAG incorpora a Centro Subantártico Cabo de Hornos para medir huella de carbono

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La investigadora Claudia Mac-Lean (al centro) junto a las y los estudiantes universitarios planificando el trabajo de medición de huella de carbono para el edificio ubicado en Puerto Williams.

Fuente: Comunicaciones CHIC

Ocupar una camioneta, generación de desechos y el desplazamiento de cada persona son parámetros que sirven para medir cuánta emisión de gases de efecto invernadero puede estar generando una institución, empresa o centro de investigación como el mismo Centro Subantártico Cabo de Hornos en Puerto Williams, como entidad de la Universidad de Magallanes (UMAG), que está preocupada de su compromiso de sustentabilidad ambiental.

Por ello recientemente la ingeniera civil industrial y académica del Centro de Investigación GAIA Antártica de la UMAG, Claudia Mac-Lean viajó a Puerto Williams junto a dos alumnos de pregrado de la carrera de Ingeniería en Química y Medio Ambiente de la universidad magallánica y otros cuatro alumnos de ingeniería de la Universidad de Chile, para desarrollar un trabajo colaborativo con el Centro Subantártico Cabo de Hornos en temas de infraestructura sustentable.

El primer objetivo es calcular la huella de carbono, medición que la casa de estudios, mediante su Unidad de Sustentabilidad Ambiental “UMAG Sustentable”, ya realiza en lugares como el Campus Norte, en su sede en Puerto Natales y se sumarán el edificio de Vinculación con el Medio y el Centro de Asistencial Docente y de Investigación, CADI.

“Como UMAG no estamos ajenos a la emergencia climática del cambio global que han firmado en carta numerosas instituciones educativas comprometiéndose aún más con el cambio climático y adoptar acciones. Eso se refuerza con este compromiso institucional y se fortalece la necesidad de medir la huella de carbono de la universidad completa”, explica la académica.

Para ello en Puerto Williams se reunió con el gerente de Operaciones del Centro Subantártico, Camilo Quidel, con quien abordó la línea base de información que se requerirá para hacer el cálculo de la huella de carbono y que parte con la plataforma Huella Chile del Ministerio de Medio Ambiente.

¿Cómo se mide la huella de carbono?

Ya existe la plataforma antes mencionada y se calcula en base anual. Lo que se busca hacer ahora es identificar cuáles son las fuentes de emisión, fuentes fijas o fuentes móviles, de gases efecto invernadero.

A través de la plataforma virtual de Medio Ambiente se pueden ingresar los datos que normalmente se organizan en tres alcances: emisión directa (vehículos, maquinarias in situ); emisiones de sistema eléctrico y el tercer alcance es otros, que resulta más complejo, según explica Claudia Mac-Lean, porque este alcance puede ser infinito fijándose en interrogantes como cuál es la huella de carbono de la silla, del teléfono que ocupa una persona o del computador que se usa. Allí hay que colocar determinados estándares y límites.

“En las universidades normalmente se incluye el traslado de la comunidad. Todo lo que son los viajes aéreos, terrestres o marítimos de académicos y académicas es importante considerar, las compras de papel se incluyen y las emisiones asociadas a los residuos”, advierte Mac-Lean.

Estudiantes UMAG y UChile en las afueras del Centro Subantártico Cabo de Hornos con vista al canal Beagle.

Un segundo objetivo del viaje fue trabajar en torno al Fondo de Fortalecimiento de Investigación en Cambio Climático y Conservación Antártica y Subantártica, entre lo que desarrolla el Centro GAIA y el Centro Subantártico. Para ello hasta fines de 2022 hay plazo para desarrollar un plan de mejoramiento en la infraestructura y equipamiento para la investigación y la docencia. Así se busca sistematizar proyectos nuevos y en desarrollo y ver cómo se puede fortalecer la infraestructura de la universidad para hacer mejor ciencia en zonas remotas.

Además, se vio el programa de operación sustentable de esta infraestructura y cómo acordar lineamientos para que la acción sea efectiva. Para ello se recogió información en términos de cómo cuidar la biodiversidad de los campus, cómo llevar líneas base y sistemas de gestión de consumos de agua y energía, cómo instaurar reciclaje y políticas de compras verdes, entre otros.