El próximo viernes 26 de agosto, entre las 10.00 y 11.30 horas, se llevará a cabo el conversatorio “Efectos del consumo problemático de alcohol en la juventud: alteraciones biológicas e impacto en nuestra región”, que será efectuado en el auditorio del Centro Asistencial Docente y de Investigación de la Universidad de Magallanes (CADI).

La instancia contará con la exposición de la directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), Lorena Guala; la Dra. Daniela Rebolledo, investigadora del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (CEBIMA) y el Dr. Waldo Cerpa, subdirector del mismo centro.

Si bien la actividad está dirigida a estudiantes, profesionales e investigadores del área de la salud, será abierta a todo público. Las inscripciones, en tanto, se pueden realizar en el correo comunicacionescadi@umag.cl.

Daños provocados por el alcohol

El daño que provoca el consumo de alcohol y otras drogas sigue siendo un desafío en las actividades de vinculación con la comunidad escolar. En este sentido, el motivo de esta instancia es establecer estrategias de diálogo con los adolescentes, con el objetivo de generar interés de parte de ellos, y así captar su atención.

De acuerdo con el Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (ENPG, 2018), la prevalencia en el consumo de alcohol es de un 43,3%. De este porcentaje, el 56,3% declara haber tenido al menos un episodio de embriaguez, el cual se puede alcanzar a través de un patrón de consumo en atracón (o “binge drinking” en inglés).

Los resultados del mismo estudio elaborado el 2020, muestran una estabilización de la prevalencia del consumo de alcohol, que llegó a un 44,3% en 2020, mientras que los episodios de embriaguez mostraron una disminución significativa respecto de la muestra de 2018, y se fijó en 50,2%.

Este patrón de consumo, que está relacionado al consumo de fin de semana, es un tipo de consumo problemático, y los adolescentes son quienes mayoritariamente manifiestan esta conducta.

“En un modelo de consumo en atracón, hemos determinado que, a nivel cerebral, los procesos de estrés oxidativo y neuroinflamación son persistentes, incluso semanas después del consumo, afectando la conducta y la conectividad neuronal, entre otros eventos”, expresaron desde “Elige vivir sin drogas” de Senda.

Por otro lado, agregaron que “a nivel muscular, la pérdida de funcionalidad, una o dos semanas después de detener el consumo, con efectos en la fisiología muscular (disminución de fuerza y aumento de la fatiga), van acompañados de un aumento en marcadores de daño tisular (fibrosis)”.

Todos estos tópicos serán abordados en el conversatorio impulsado por el CEBIMA y el CADI UMAG.