Gte. de operaciones de Methanex: “La industria química debe cumplir más allá de la normativa ambiental”
2022/08/17Facultad de Ingeniería, Portada UMAG, noticias- La Asociación Gremial de Industriales Químicos de Chile, a través de su asociada Methanex, está brindando por cuarta vez un curso de conducta responsable, destinado a apoyar la formación de estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Magallanes, en gestión de factores humanos y medioambientales.
El desastre del Exxon Valdez fue un derrame de petróleo provocado por un buque del mismo nombre, que encalló en 1989 con una carga de 41 millones de litros de crudo en Alaska, vertiendo 37.000 toneladas de hidrocarburo sobre más de 2000 kilómetros de costa. Fue la peor tragedia ecológica en la historia de este estado, pues la contaminación y los daños que se produjeron, aún se siguen estudiando.
Este hecho condujo a la aprobación de una nueva legislación medioambiental en Estados Unidos, y recordó lo altamente dañinos que son los accidentes con compuestos químicos para la vida humana y no humana, así como también para el prestigio y sustentabilidad financiera de las empresas que los provocan.
Conscientes de lo anterior, la Asociación Gremial de Industriales Químicos de Chile – que agrupa a más del 90% de las empresas del rubro en nuestro país – destina parte de sus esfuerzos de vinculación con el medio a los procesos formativos de nuevas generaciones de profesionales en responsabilidad socioambiental, a través de una certificación en “Sistema de Gestión de Conducta Responsable” en diversas instituciones de Educación Superior para estudiantes del área.
Este mes de agosto, 29 estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Magallanes iniciaron la cuarta versión de este curso, por el cual ya se han certificado más de 80 jóvenes de dicha Facultad. La iniciativa es ejecutada por Methanex, con 35 años de experiencia en la región. Rodrigo Lago, Gerente de Operaciones titulado el ‘87 en la UMAG, afirmó en la inauguración que esta vinculación es parte de su responsabilidad empresarial, pues la idea es “aportar a los procesos formativos e instalar una conducta responsable, que es una forma en que la industria química se comporta con el medio ambiente con las personas y con la seguridad, así que traspasar nuestra experiencia a los y las estudiantes nos parece fundamental”.
Los químicos que produce la industria, agrega, sirven para la producción de celulares, vehículos, madera aglomerada y un sinfín de elementos que se han incorporado a nuestros sistemas de vida, por lo que su incidencia en las personas que trabajan en el área, la contaminación, los procesos de seguimiento y el control del medio ambiente, es fundamental. Por eso explica que “la industria química tiene una responsabilidad, y es cumplir con las regulaciones que dictan los gobiernos, más allá de las normativas de exigencia ambiental”.
En tanto, el decano de la Facultad de Ingeniería, Dr. Claudio Gómez, valoró el éxito de la convocatoria, pues permite entregar un certificado de valor en sus currículos a los y las estudiantes. “La conducta responsable es un criterio que se transversaliza a todas las carreras de Ingeniería. Tiene que ver con seguridad, con medio ambiente, con cómo hacemos nuestro trabajo de ingenieros, pero de la forma correcta, cuidando a las personas y al medio ambiente.
La industria química en Magallanes
A fines de la década de los ‘80, estaban en carpeta dos industrias químicas para instalar en la región, aparte de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). Una era para producir metanol y la otra para amonio, pero sólo se concretó la primera. “De la mano de los hidrocarburos llegó Greymouth, Geopark, y hoy estamos viendo un renacer de la industria, con futuros proyectos asociados al hidrógeno verde como HIF, que ya pronto va a entrar su planta prototipo en operación, como Total Eren y Austria Energy”, informó Lago. “Veo un futuro para el desarrollo de la región interesante, un futuro para los profesionales de la Universidad y de otras instituciones de educación superior puedan desarrollarse a futuro y crecer profesionalmente, y esto representa un auge para toda la región”, reflexionó.
Respecto de los desafíos para estas producciones en medio de un escenario de cambio climático y calentamiento global, el decano Gómez aclaró que “hay químicos persistentes en el ambiente girando por el planeta, y no tenemos muy claro qué va a pasar. Por eso, este tipo de cursos contribuye localmente a tener una industria que sea reconocida por cuidar el medio ambiente local y cuidar a las personas que trabajan en este medioambiente. Ahora si extrapolamos este impacto local a un impacto global, esto nos lleva a pensar en el diseño de nuevos productos que sean ambientalmente más amistosos”. Para la Facultad que dirige, este tipo de cursos también sirven para despertar conciencias, pues no se trata sólo de producir cualquier químico a cualquier precio, sino considerar también el contexto en el cual se trabaja.