Muchos no lo conocían, otros hace varios meses que no salían de su casa producto de la pandemia. Ése fue el contexto de la llegada de un grupo de ocho adultos mayores al Museo Salesiano Maggiorino Borgatello de Punta Arenas, una experiencia que les brindaron docentes y estudiantes de la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad de Magallanes en el marco del Programa de Apoyo Comunitario al Adulto Mayor que ejecutan en dependencias del Centro Asistencial Docente y de Investigación, CADI UMAG.

“Esta una actividad socio comunitaria que tiene como objetivo principal favorecer la participación social de las personas mayores que asisten a nuestro programa”, cuenta la docente y terapeuta ocupacional, Paola Muñoz mientras acompaña a los usuarios en el recorrido. “Y es muy importante -agrega- para poder favorecer que puedan comunicarse, interactuar con sus pares, después de tanto tiempo encerrados. Además, hace que se integren en la comunidad y puedan mantener su funcionalidad”.

De esta forma, sorprendidos y curiosos, las personas mayores se sumergieron en la historia de Magallanes a través de los objetos y piezas arqueológicas naturales que exhibe el recinto a un costado del Santuario María Auxiliadora, en pleno centro de Punta Arenas. Visitaron la sala extraterritorial, con objetos donados del resto Chile y el mundo, las salas de fauna menor y mayor, la sala de aves y el pasillo donde se observan los hitos regionales y los sacerdotes salesianos destacados por su aporte al desarrollo del territorio.

“Me pareció precioso, todas cosas bonitas, entretenidas y muy bien ordenadas. Son cosas que uno no ha visto, y ahora las aprovecha de ver, conocer, y aunque estudió aquí mi marido y todo nunca uno en esos años se dedicaba a ver estas cosas”, opina Elba Vivar, de 88 años, quien además valoró la oportunidad de poder realizar actividades como ésta de la mano de las y profesionales y estudiantes universitarias. “Agradezco la instancia y también la organización, porque por la edad no puedo salir mucho ya que las piernas se me cansan”, comentó.

Al respecto, la estudiante de quinto año, Camila Vera, calificó de “enriquecedora” la experiencia, toda vez que les otorga, a los usuarios y usuarias, un beneficio integral a su calidad de vida. “Cuando uno llega a esta edad suele dejar un poco de lado ciertas actividades que antiguamente realizaba, entonces la Terapia Ocupacional y nosotros intentamos básicamente generar actividades basadas en ocupaciones que son significativas para ellos, que participen en la comunidad y que también puedan generar vínculos con sus pares y con la comunidad”, explicó.

Apoyo Comunitario

Según comenta la docente Paola Muñoz, el Programa de Apoyo Comunitario ha funcionado con éxito en el CADI UMAG, donde atienden alrededor de 25 adultos mayores. “Hacemos intervenciones individuales, talleres grupales, visitas domiciliarias y, en ocasiones telesalud. Allí, los adultos mayores llegan a través de interconsulta o por consulta espontánea, donde atendemos en conjunto con las alumnas en práctica de la carrera de Terapia Ocupacional”, puntualizó.

Para la futura profesional, Camila Vera, en tanto, el programa ha significado un gran aprendizaje ya que, a su juicio “es super gratificante ver como los usuarios agradecen la labor que nosotros hacemos, cómo a través de cada intervención ellos pueden mejorar o mantener ciertas habilidades que pueden verse un poco afectadas por el mismo proceso de envejecimiento, es decir, la experiencia hace que uno pueda, al fin y al cabo, lograr resultados muy positivos tanto para ellos como para nosotras”.