Dra. Amarales por tabaquismo: “Chile tiene una deuda pendiente porque no se ha hecho una política de cesación”
2021/06/02Facultad de Ciencias de la Salud, Portada UMAG, noticiasEsta semana tuvo lugar la conmemoración del Día Mundial sin Tabaco y, en atención a ello, la Dra. Lidia Amarales, médica magallánica y coordinadora de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes (UMAG), nuevamente alzó la voz en torno al problema del tabaquismo en Chile, algo en lo que ha venido trabajando de manera incesante desde el ejercicio de su profesión con el objetivo de contribuir a la reducción efectiva de los niveles de prevalencia en nuestro país.
Es así que, para relevar la importancia de avanzar en este tema, la ex subsecretaria de Salud Pública expuso en un webinar organizado por la Mesa Ciudadana Tabaco o Salud, la que, en colaboración con diferentes entidades, quiso poner sobre la mesa la discusión acerca de cómo avanzar en políticas públicas de cesación tabáquica, donde el Estado adopte un rol más protagónico y permanente, dando a conocer, en paralelo, diferentes experiencias de programas de cesación tabáquica en Chile.
De esta forma y en su rol de directora de la organización Respira Libre, la Dra. Amarales, a través de la presentación de un programa piloto del Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de Salud (OPS), ejecutada por dicha fundación, en 6 comunas del país –entre ellas Puerto Natales- hizo ver la necesidad de que el Estado pueda resguardar el derecho a la salud, promoviendo el abandono del tabaco y el tratamiento de la dependencia como una política permanente en la atención primaria de nuestro país.
En una entrevista más profunda, la reconocida salubrista, compartió su mirada y sus reflexiones respecto al manejo de este problema de salud a nivel nacional:
Dra. Amarales, a esta presentación del día lunes, el título que se le dio fue “Abandonar el tabaquismo, una deuda pendiente”…
“Como país tenemos una deuda pendiente, sin ninguna duda. La OMS para poder controlar la pandemia del tabaquismo hace un tratado de salud pública que se llama Convenio Marco, donde Chile ha realizado leyes que han ido regulando el consumo con diferentes medidas: espacio libres de tabaco, advertencias, eliminación de la publicidad, etc. Pero hay una deuda pendiente que es el artículo 14 del Convenio Marco, donde los países tienen que implementar una política de cesación o tratamiento de tabaquismo en toda su red primaria y Chile no lo ha hecho, por ende, es una deuda pendiente. Y no solo por eso, además, en los objetivos sanitarios para la década 2010-2020, la estrategia era implementar el programa de Cesación en los centros de salud primaria, y esa es la razón, que, a pesar que hemos disminuido, significativamente, la prevalencia del tabaquismo en Chile, no hemos logrado bajar los gastos en salud, porque la masa crítica de la población fumadora no ha tenido ninguna posibilidad de poder tener un tratamiento de tabaquismo, siendo esto una triple adicción porque solo entre el 3 y el 5% de las personas fumadoras logran abandonar el tabaquismo. El resto tiene que tener un tratamiento integral.
El 50% de nuestra población fumadora, quiere abandonar el tabaquismo, pero no lo puede hacer por esta triple adicción. Entonces Chile tiene una deuda pendiente, porque no ha hecho una política de cesación como debería haberlo hecho por el Convenio Marco, por los objetivos sanitarios, pero, por sobre todo, por las personas que quieren dejar de fumar y no lo pueden hacer porque no tienen posibilidad de tratamiento”.
En relación a lo desarrollado con RespiraLibre y su experiencia ¿cómo evalúa este trabajo y los beneficios que tiene para la salud pública?
Desde la Mesa de Salud en que participan la sociedad civil, las universidades, las sociedades científicas, entre otras, hemos impulsado que el Ministerio de Salud, haga una política de Cesación en la atención primaria, que es un compromiso.
Así, hace un programa piloto, que es implementado por Respira Libre y lo realizamos en tres comunas de Santiago: Peñalolen, Lo Prado y Macul, lo que se realizó en 2018. El programa consiste en dejar capacidad instalada, haciendo clínicas de cesación en esos centros de salud y el piloto incluía a 400 pacientes. El resultado fue muy exitoso, logramos un 57 % de abandono de tabaquismo en esa población que fue tratada al tercer mes que terminó el programa de manera formal.
Nosotros no solo capacitamos a los profesionales de cesación, sino que realizamos seguimiento a los pacientes, pero no hemos logrado que el Ministerio de Salud implemente esa política en el resto del país y por eso sigue siendo una deuda pendiente.
No obstante ello, Respira Libre hace un convenio con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para repetir este programa, pero ahora en un formato online, dada la situación de pandemia que vivimos. Hacemos el mismo modelo, es decir capacitamos a los profesionales del centro de salud, hacemos acompañamiento en los programas pilotos vía remota. Ya partimos y las comunas elegidas fueron Natales, de la Región de Magallanes; Doñihue, de la región de O’Higgins; e Independencia, de la región Metropolitana. En estos momentos, en estas comunas, están captando a los pacientes fumadores que deseen abandonar el tabaquismo.
En Natales vamos a partir con 15 pacientes, pero con la idea de, como queda la capacidad instalada, ellos podrán tener una oferta permanente, y en el tiempo, cualquier natalino que quiera abandonar el tabaquismo, podrá tener tratamiento en su centro de salud familiar.
¿Cuáles son los beneficios económicos que tiene tanto para el paciente cómo para el Estado disminuir el consumo de tabaco en la población?
“Hay muchos estudios de costo con respecto de lo que significa el tabaquismo para el Estado. Por un lado, los costos de Chile en salud son alrededor de 2.5 billones de pesos anuales a causa del tabaco, ya sea por enfermedad, por muerte prematura, etc. Hay que tener en cuenta que más de 16 mil personas se mueren al año en Chile a causa del tabaco, es decir, similar a la cantidad de fallecidos productos del Covid, se mueren 45 personas diarias productos del consumo de tabaco.
Y esos números tienen un costo para las personas, un costo por enfermedad, porque es un factor de riesgo para todas las enfermedades crónicas, como las patologías cardiovasculares, los cánceres, la diabetes, etc. Es decir, prácticamente, no hay ningún organismo que no esté afectado por el tabaco.
Una persona fumadora gasta entre 800 mil a un millón 200 mil pesos anuales solo por la compra de cigarros. Si a eso le sumamos que una persona al ser fumadora tiene más morbilidad (mayor enfermedad), genera mayor gasto por compra de medicamentos o atención profesional. Esto significa que se produce un empobrecimiento de las personas a causa de ser fumadora, más aún si puedes comparar los niveles socioeconómicos altos versus los niveles socios económicos bajos, estos últimos tienen mayor prevalencia, más severidad en tabaquismo, fuman el doble que los niveles socioeconómicos altos, gastan alrededor del 25% de su ingreso en tabaco, por lo tanto, es un factor de empobrecimiento de las personas. Entonces el Estado gasta más, las personas gastan más, es decir aquí nadie gana, solo las tabacaleras.
Como Respira Libre hicimos un estudio de costo efectividad de implementar un programa de cesación tabáquica en los centros de salud de atención primaria y demostramos, científicamente, que un tratamiento es efectivo. Es decir, lo que gasta el Estado en implementar un tratamiento, es muy por debajo en lo que gasta en tratar a las personas que son fumadoras. Por eso la importancia de implementar y extender ésta experiencia que hubo en las tres comunas de Santiago y que ahora estamos haciendo en otras tres comunas.
¿Hay algún estudio que indique que ha aumentado el consumo de tabaco producto de la pandemia? y ¿cuáles son las cifras en Chile que hay en torno a los fumadores?
“No hay ningún estudio que demuestre que haya aumentado el consumo del tabaco a causa de la pandemia. Lo que sí puedo decir en estos momentos y que es importante, es que las personas abandonen el consumo de tabaco en este momento de pandemia, porque el ser fumador aumenta la incidencia que la persona se enferme y que las personas enfermas por Covid aumenten la gravedad y la mortalidad. Claramente, es un factor de riesgo más ser fumador para poder enfermarse, agravarse o morir producto del Covid. Por eso la OMS hace este llamado a abandonar el tabaquismo, sobretodo, en época de pandemia.
Yo quiero decir, que independiente, que las personas estén con un nivel de estrés, éste no se combate con el cigarro, eso es parte de la dependencia. Hay que combatir el estrés con otro tipo de tratamientos, como son las actividades alternativas como las deportivas, salir a andar en bicicleta, pasear a los perros, salir a caminar, bailar o tomar mucho líquido, que libera endorfina que produce sensación de placer.
Una persona fumadora elimina el humo del tabaco en conjunto con los virus, puede llegar hasta dos metros, por lo tanto es un factor de contagio para las personas que están alrededor de un fumador que puede estar infectado y esté eliminando los virus conducidos por el humo del tabaco”.