Universidad de Magallanes homenajeó a Cristina Calderón, Tesoro Vivo de la Humanidad
2014/10/24Boletín Normal, noticiasSe trata de un reconocimiento al legado histórico y cultural del pueblo yagán en el contexto de un nuevo aniversario de la casa de estudios regional.
En su tarea de rescatar la memoria e identidad de Magallanes a lo largo de sus 53 años de presencia regional, la Universidad de Magallanes quiso reconocer públicamente este jueves a Cristina Calderón, última hablante yagán y además considerada Tesoro Humano Vivo por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes el 2009, en el marco de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
La “Abuela Cristina” como es comúnmente llamada por sus vecinos de Puerto Williams, donde reside junto a su familia, fue protagonista de una sencilla ceremonia que se realizó en el Instituto de la Patagonia de la UMAG, lugar característico del estudio de la identidad y parte del patrimonio regional como Museo del Recuerdo.
Allí, el rector Juan Oyarzo, acompañado de las demás autoridades académicas, el intendente regional Jorge Flies y el comandante de la III Zona Naval, contraalmirante, Felipe García-Huidobro, refrendó en la figura de Cristina, la riqueza cultural del pueblo yagán y la importancia del desafío que como sociedad chilena y magallánica debemos tener para contribuir a preservar una lengua indígena que está en peligro de extinción, la del pueblo canoero más austral del mundo.
Así, visiblemente emocionada, la abuela Cristina recibió de manos del rector una medalla y un echarpe, a lo que respondió en su lengua nativa: “estoy muy contenta”.
“Perdiéndose una lengua, se muere un pueblo”
“Me sorprendió y mi familia está muy contenta que este reconocimiento se le haga en vida, creo que es muy importante que se reconozcan a personas como ella. Me emocioné al ver que estaba emocionada porque es muy serena, muy tranquila y se nota que está muy contenta con esto”, contó Lidia González Calderón, hija de Cristina y además concejala de la comuna de Cabo de Hornos.
Desde su perspectiva esto da pie para que se abran conversaciones y mesas de diálogo en lo que a ella y su familia más les importa perpetuar: la lengua. “Como se decía en el discurso, perdiéndose una lengua se muere un pueblo, entonces yo creo que es lo más importante de abarcar hoy día”, manifestó.
Al respecto piensa que lo mejor es comenzar a trabajar con un lingüista y seguir insistiendo en los colegios, porque según afirmó “los niños son el fuerte, con ellos podríamos lograr mucho más que con los adultos”.