Investigador de la Universidad de Magallanes lidera equipo que estudia Cordillera Darwin para indagar en pasado climático
2014/10/21noticiasEn un artículo aparecido en Diario El Mercurio (20-10-2014) se destaca investigación liderada por Juan Carlos Aravena, quién acompañado por un equipo d de científicos se introducen en la Cordillera Darwin para conocer el pasado climático.
Tierra del Fuego:
Cordillera Darwin ayuda a dilucidar clima de los últimos 3 mil años en la zona austral
Investigación de los avances y retrocesos de los glaciares entrega pistas para entender fluctuaciones climáticas en ese período y lo que podría deparar el futuro.
Richard García
Bosques olvidados y masas de hielo que se extendieron por sobre los canales australes, incluyendo el estrecho de Magallanes, están saliendo a la luz gracias al estudio que realiza en la cordillera Darwin el profesor Esteban Sagredo, del Instituto de Geografía de la Universidad Católica.
Él es geomorfólogo glacial; es decir, a través del análisis del terreno es capaz de reconstruir los avances y retrocesos que experimentaron los glaciares de ese cordón montañoso de Tierra del Fuego en los últimos tres mil años.
Llegó a la zona por una invitación del profesor Juan Carlos Aravena, de la Universidad de Magallanes, quien lidera una investigación sobre el pasado climático de la zona. “Mediante la lectura del terreno, reconstruimos dónde estuvo situado un glaciar y con técnicas de datación determinamos cuándo estuvo allí”, explica este investigador, quien el próximo mes parte a una nueva campaña de investigación a la zona.
La cordillera Darwin es muy interesante, dice, porque es el territorio emergido más austral antes que la Antártica y en su zona alta está completamente cubierta por un campo de hielo. Su estudio permite entender mejor fenómenos como el cambio climático. “Lo que ocurra en la cordillera Darwin nos puede dar claves de lo que eventualmente ocurrirá en la zona continental también”, precisa.
Los ciclos glaciares contemplan 100 mil años de glaciación o períodos fríos, y otros 10 mil de períodos cálidos, como el que estamos viviendo ahora. “Sabemos que la cordillera estuvo muy congelada durante la última glaciación, pero después los hielos retrocedieron a una posición incluso más atrás que a la que están hoy. Luego volvieron a avanzar, alcanzando una extensión 2 a 3 kilómetros mayor que la actual. Después vino un nuevo retroceso, que se ha ido acrecentando en los últimos cientos de años hasta llegar a su presente posición”.
Una prueba de que los glaciares se replegaron incluso más atrás de su posición actual la encontraron hace dos años en el glaciar Schiaparelli, en torno al monte Sarmiento.
“Hallamos evidencia de depósitos glaciares; es decir, material que el glaciar transportó, que estaban aplastando un bosque. Se hicieron las dataciones radiocarbónicas y se determinó que el hielo pasó por sobre esos árboles hace apróximadamente 2 mil años”. En ese período, el glaciar era al menos 2 km más extenso que en la actualidad. Tan solo en los últimos 70 años ha retrocedido más de 400 metros.
Según los análisis, se trataba de un bosque de Nothofagus (familia que agrupa a lengas, coigües y robles, entre otras especies), que habrían crecido al menos durante unos 200 años. Ahora que el hielo retrocedió nuevamente esas capas de la tierra quedaron expuestas.
No descarta que exista evidencia de otros avances glaciares e incluso puede estar bajo los canales australes. “Sabemos que hubo grandes lenguas glaciares que cubrieron gran parte del Estrecho de Magallanes, toda la zona de Bahía Inútil, casi frente a Punta Arenas. Y también la zona del seno Almirantazgo, aunque no existe evidencia de que hallan cubierto toda la isla, al menos no durante el último ciclo glacial”.
La cordillera Darwin actuó como el principal centro dispersor del hielo, ya que desde sus cumbres se desprendieron los glaciares que se extendieron hacia el norte, centro y sur de la isla.
Hoy los hielos de la cordillera Darwin, al igual que los de la mayoría del planeta, están en retroceso. Afortunadamente, dice Sagredo, su impacto no es tan grande en la disponiblidad de agua como en otras zonas más áridas, ya que las precipitaciones son abundantes.
Investigación
La investigación en la cordillera Darwin forma parte de varias iniciativas relacionadas con el estudio del paleoclima y que también involucran análisis en la zona de Chiloé y el Campo de Hielo Sur. Los trabajos son financiados a través de un proyecto Fondecyt y del núcleo milenio de Paleoclima del Hemisferio Sur.
(Fuente: El Mercurio)