Como una forma de aportar al análisis social de esta contingencia sanitaria que ha desatado, en nuestro país, la pandemia del COVID-19, la Dirección de Género, Equidad y Diversidad de la Universidad de Magallanes (UMAG), redactó la declaración “Coronavirus desde la Perspectiva de Género”, una reflexión que aborda las brechas de género que se pueden evidenciar, en esta compleja crisis que hoy enfrenta el mundo y también nuestra sociedad chilena.

Según consigna el texto, “son las mujeres las que están siendo afectadas, mayormente, por las medidas de resguardo, específicamente, las llamadas “cuarentenas”, puesto que son ellas, las que, en la mayoría de los casos, asumen las labores de cuidado, tanto de las niñas y niños, como de las personas de la tercera edad, es decir, los grupos de riesgo”. Esto implica, a juicio de las profesionales de la Dirección que, frente a esta emergencia, son las mujeres, las primeras en asumir “un compromiso y desgaste emocional que suele ser invisibilizado, dado que nuestra cultura patriarcal establece estereotipos de género que implican que, socialmente, son las mujeres, quienes deben hacerse responsables de las labores de cuidado de sus seres queridos”.

A partir de ello, señalan que “nos emerge la necesidad de hacer visibles las precarias condiciones laborales que enfrentan numerosas mujeres en nuestro país, porque alrededor de un 30,9 % de las chilenas, según el Enfoque Estadístico de octubre de 2018 “Género e informalidad laboral” del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), trabajan en labores informales, tales como, labores de cuidado, aseo doméstico e industrial, mujeres que trabajan bajo la modalidad contractual de honorarios, mujeres con pequeños emprendimientos, etc.”, enfatizando así que “la mayoría de estas mujeres (…) no pueden tomar la opción de quedarse en sus hogares, puesto que el no realizar actividades laborales, las coloca en mayor riesgo, siendo gravemente perjudicadas en el ámbito económico”.

El rol de esta “doble presencia” de la mujer en la sociedad (trabajo y hogar) justamente, se vuelve un punto relevante en la mirada que aporta al tema, la unidad universitaria, cuyo ejemplo se centra en el papel que cumplen las mujeres en los equipos de salud. “Asumen una gran responsabilidad y sobre todo, un preocupante desgaste emocional, dado que deben luchar con todas estas emociones que emergen frente a una “doble presencia”, elevándose los niveles de estrés y desgaste de los equipos de trabajo”, agregan.

Por último, concluyen que “los Estados son responsables de desarrollar políticas de intervención equitativas e igualitarias entre hombres y mujeres, que nos permitan, comprender como, eventos tan complejos y dolorosos como esta pandemia, afectan las distintas vivencias y roles de hombres y mujeres, deconstruyendo así, los estereotipos de Género, que lo único que hacen es reproducir las desigualdades de Género”.

Lee la declaración aquí.