Comisión de Zonas Extremas. Foto: Senado.

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Este mes de septiembre, la UMAG recibió dos invitaciones para participar de Comisiones del Senado. Una para tratar las particularidades y problemas que aquejan a las Universidades de Tarapacá y de Magallanes, atendidas su condición de universidades de zonas extremas, en la Especial de Zonas Extremas y Territorios Especiales, y otra para asesorar a los parlamentarios de Relaciones Exteriores en la renovación del Estatuto Antártico.

En la primera, la institución participó a través de su rector, Dr. Juan Oyarzo Pérez, la vicerrectora de Administración y Finanzas, Elizabeth Jeldres Molina, y el vicerrector de Investigación y Postgrado, Dr. Andrés Mansilla Muñoz, quienes explicaron que lo que hace la Universidad de Magallanes no es sólo investigación de importancia regional, sino también mundial, posicionando al país en áreas que son estratégicas, todo lo cual se ve refrendado con la decisión del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología que reconoce a esta región como un laboratorio natural, considerándolo dentro de las macrozonas.

Según el Dr. Mansilla, lo anterior se reforzó con la participación institucional en la Comisión de RREE del Senado, donde fueron invitados a exponer su visión acerca de las modificaciones del Estatuto Antártico. Allí, la Universidad de Magallanes afirmó que este importante documento, “también tiene que considerar los ecosistemas adyacentes, es decir, lo subantártico, tal como lo indica el Tratado de Madrid”, afirmó el vicerrector. En este sentido, a su juicio, “la investigación subantártica no está siendo financiada como se requiere, y pierde mucho el Estado, porque si nosotros estamos hablando de un laboratorio natural para estudio de cambios globales, y vamos a ser sede de la COP 25, debemos estudiar este laboratorio natural como un continuo subantártico – antártico, y hacer ciencia, innovación y patentamiento con muchas de las especies antárticas que habitan en la zona subantártica”, aseveró.

En este sentido, los integrantes de la Comisión de Zonas Extremas – con quienes se reunieron para continuar con las conversaciones iniciadas el año pasado con las Universidades estatales de los extremos del territorio nacional – acordaron enviar una modificación para incrementar los presupuestos de estas Universidades, porque buena parte de sus ingresos se destinan a temas externos al sostenimiento de la institución, por ejemplo, a cumplir con el pago de los bonos de zonas extremas para sus funcionarios y académicos. En el caso de la UMAG, el problema es mayor, pues su presupuesto surgió debilitado en 1981, al ser la única de institución superior en la región, mientras en las restantes fusionaban los montos de operación de la sedes de la Universidad Técnica del Estado y de la Universidad de Chile (esta última no estuvo presente en Magallanes; sólo la UTE).

La Universidad de Magallanes confía, entonces, en el acuerdo de esta Comisión para enviar a la discusión de la Ley de Presupuesto 2020, la posibilidad de financiamiento basal mayor para las Universidades de Zonas Extremas.