Programa POEMA da un nuevo paso gracias a proyecto FIC

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“Difusión del territorio kawésqar: cuatro puntos cardinales” se llama el proyecto liderado por el botánico Juan Marcos Henríquez, ganador del Fondo de Innovación para la Competitividad 2012, que desarrolla un equipo de investigadores de la Universidad de Magallanes y algunos miembros de la comunidad kawésqar de Puerto Edén. Acaba de realizarse el primero de dos viajes, cuyo objetivo nació del propio pueblo, interesado en definir su territorio para, a partir de allí, ejercer sus derechos.

Viajaron desde Punta Arenas Juan Carlos Tonko, Nelson Aguilera, Juan Marcos Henríquez, Luis Vásquez, Leopoldo Pizarro, Paula Viano, Rubén Sillard, Victoria Hein, Matías Álvarez y Jaime Cárcamo.

La experiencia contempló un viaje de ida y vuelta en el ferry Amadeo, y 4 días en Edén. El equipo de la Universidad de Magallanes estaba compuesto por tres investigadores, una estudiante de Trabajo Social que está haciendo su tesis acerca de identidad cultural kawésqar, un fotógrafo profesional y un equipo de UMAG TV. Por parte de la comunidad participaron Francisco Arroyo y Juan Carlos Tonko, con la colaboración de la hermana de este último, María Isabel.

Francisco Arroyo teje una canasta con junquillo

Lo anterior es parte de un desafío mayor, iniciado el año 2011 con la firma de un convenio científico, técnico y cultural entre la Universidad de Magallanes y los habitantes de esta etnia en Puerto Edén, denominado POEMA: Pueblos Originarios y su Evolución en Magallanes. Los últimos kawésqar todavía recuerdan parte de sus tradiciones, y no quieren que mueran con ellos. Por eso invitaron al Instituto de la Patagonia, a rescatar juntos su cultura. Y por eso los científicos involucrados comprometieron proyectos; los cuatro puntos cardinales y el Inventario de Bienes Culturales, son los primeros en concretarse.

Territorio y persona: una sola cosa

Puerto Edén suele hacer noticia por sus necesidades insatisfechas, como los perjuicios económicos de la marea roja, la falta de luz eléctrica, las carencias sanitarias y otras. Pero la comunidad kawésqar priorizó el reconocimiento del territorio antes que cualquier otra cosa. La explicación es parte de uno de las constataciones que han surgido gracias a este POEMA, y dice relación con que, para ellos, ser humano y lugar de nacimiento son una sola cosa.

Vista de Puerto Edén

El antropólogo Nelson Aguilera afirma que “los kawésqar no ven el territorio con la mirada occidental reflejada en los mapas, sino como aquel conjunto de significados que cada lugar tiene, en función de las experiencias que allí se han vivido. La relación, entonces, es de virtual identidad; las personas son el territorio, por lo tanto, recorrerlo es recorrer su cultura y su tradición”.

Por eso este proyecto contempla identificar el territorio kawésqar, a través del testimonio de personas nacidas en cada uno de los cuatro puntos cardinales. Gabriela Paterito, madre de los hermanos Tonko, hablará de su experiencia habitando la zona oriental. Francisco Arroyo del norte. César Tonko del sur, y su hermano Juan Carlos, del centro, correspondiente a Puerto Edén. Pero navegando, pues la naturaleza canoera estimula la memoria, y aumenta la locuacidad de este pueblo originario.

La aventura ya comenzó

Este axásqe fue elaborado por Raúl Edén

Los cuatro puntos cardinales considera dos viajes. El primero se acaba de realizar, y sirvió para realizar registros piloto con el más antiguo de la comunidad – Francisco Arroyo – y con su representante – Juan Carlos, presidente de su comunidad en ese pueblo. Cómo fue su infancia, qué aprendieron de sus padres, por qué se trasladaban de un punto a otro, qué relación tenían con los recursos naturales y otras preguntas, fueron parte de las conversaciones, que en el segundo viaje se realizarán navegando.

El traslado también sirvió para conocer el grado de avance del Inventario de Bienes Culturales, proyecto del POEMA que persigue el rescate de aquellos artefactos que cayeron en desuso, y que algunos miembros de la comunidad aún saben hacer. Raúl Edén, Francisco Arroyo y Gabriela Paterito elaboraron implementos que se suponían desaparecidos, como arpones de ciprés con huesos de ballena, canastos que se usaban como bolsos, cestos para mariscar y hasta un axásqe, utensilio hecho con cuero de lobo y cosido con boqui, que servía para sacar el agua de las canoas. Todo esto será parte de una exposición, que valora el patrimonio material de la cultura kawésqar.

Otro viaje dentro del viaje

Cometocino - Foto Jaime Cárcamo

El experto en aves e integrante del laboratorio de Zoología, Jaime Cárcamo, y el realizador audiovisual, Matías Álvarez, en tanto, acompañaron a personal de CONAF a cambiar la dotación de los refugios Témpano y Bernardo O’ Higgins, ubicados en los fiordos del mismo nombre, al norte de la región de Magallanes y al sur de Aysén. El viaje en la lancha Yepayek sirvió captar imágenes de un sector que es parte del territorio kawésqar, y de otros cohabitantes, como delfines australes, cormoranes, gaviotas dominicanas, jotes de cabeza colorada y hasta cóndores.

Yepayek de CONAF en los fiordos de la zona norte kawésqar - Foto Matías Álvarez

Para Juan Carlos Tonko, “es urgente hacer estos registros, para que en el futuro quede como información para la ciencia y la educación”. Y agrega que “los que están involucrados son los más idóneos, por su bagaje en investigaciones del entorno geográfico, porque están integrando diversas disciplinas, y porque todo lo han hecho con respeto”.