Profesores de Umag exponen en Santiago por trabajo en Omora

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La Reserva de Biosfera Cabo de Hornos incluye dos parques nacionales

El programa El Hombre y la Biosfera de UNESCO, ha declarado más de 560 reservas mundiales en 110 países. La única que tiene habitantes humanos, de las 9 que existen en Chile, es la Reserva Cabo de Hornos.

No es lo único que la distingue. Al sur del Beagle están las reservas de agua dulce más limpias del planeta, y las más abundantes después de la Antártica y los Campos de Hielo. Son las áreas más extensas de bosques templados en el hemisferio sur, y su reserva de musgos y líquenes es la más diversa del mundo. “Chile tiene la suerte de tenerla, pero también la responsabilidad de cuidarla”, dice el ecólogo y filósofo chileno Ricardo Rozzi, que desde que conoció este rincón del mundo, ha trabajado por conservarlo.

Rozzi y su pareja, la doctora Francisca Massardo, fundaron el Parque Etnobotánico Omora junto a las Universidades de Magallanes y de North Texas el año 1999, tras lo cual lideraron las investigaciones que llevaron a este maritorio, a ser declarado Reserva Mundial de Biosfera en 2005. Antes habían logrado cambiar el nombre de la comuna – primero Navarino – por Cabo de Hornos, y a lo largo de estos años, han logrado instalar el término “subantártico”, para un territorio conocido con un nombre más asociado a Argentina: la Patagonia.

Francisca Massardo, directora del Centro Universitario Puerto Williams, expone en Santiago

Respeto por el prójimo

Hay una visión que se remonta a los inicios de la revolución industrial, donde la naturaleza es vista como un bien al servicio del ser humano. Dicho paradigma explica buena parte de la explotación indiscriminada de los recursos, que tiene al planeta viviendo el calentamiento más acelerado de su historia. Pese a ello, la ciudadanía aún no le toma el peso a sus efectos, hasta que no tiene un tornado destruyendo su hogar. Eduardo Viola, Coordinador de la Red Brasileña de Cambio Climático y Relaciones Internacionales, dice que en parte es porque los científicos escépticos en esta materia, representan menos del 5% del total, pero en la prensa tienen una figuración mayor sólo por el afán periodístico de buscar la contraparte. Flavio Berchez, director del Proyecto Ecosistemas Costeros de la Universidad de Sao Paulo, agrega que todavía falta mucha información científica al respecto y difusión de la ya existente. Por eso, ambos especialistas afirman que el Programa de Conservación del parque Omora, actúa como un pilar fundamental en la etapa de transición que vive este mundo, hacia una sociedad y economía sustentables de bajo carbono.

Al sur del canal Beagle están las reservas de agua dulce más limpias del planeta.

“La naturaleza no es distinta de nosotros; somos parte de ella”, dice la profesora de Biología Nicza Alveal, cuando se le pregunta cuál fue su principal descubrimiento en el curso internacional de posgrado Biodiversidad y Conservación, que ofrecieron la Umag, UNT y el Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile en Puerto Natales, durante el mes de marzo. Su reflexión es la misma que fundó el posterior Encuentro Latino e Interamericano de Pensamiento Ambiental en la misma ciudad, donde se destacó el aporte de Omora a la conformación de una ética planetaria, acorde a un medioambiente globalizado.

Porque en isla Navarino se está innovando en forma concreta. Con los monitoreos de largo plazo, que incorporan a este punto del planeta en la evaluación del cambio climático, después de haber sido sistemáticamente omitido. Con los programas de intercambio de estudiantes y profesores con las Universidades de Alaska Fairbanks, Monterrey México o Sao Paulo Brasil, para desarrollar ciencia y ética. O con el Magíster en Ciencias, mención manejo y conservación de recursos antárticos y subantárticos, donde el estudio se lleva a cabo de un modo respetuoso, y en forma paralela a la creación de un proyecto que permita compartirlo con la comunidad de Puerto Williams y sus visitantes. Es la filosofía ambiental de campo, metodología que ha dado a luz ideas tan productivas y reconocidas, como los talleres de medioambiente para escolares, o el ecoturismo con lupa de los bosques en miniatura. Esa cosmovisión propia de pueblos originarios es la que rescata y promueve el Programa de Conservación Biocultural Subantártica, y lo convierte en líder mundial de la ética ambiental.

Profesor Ricardo Rozzi expone acerca del Programa de Conservación Biocultural Subantártica

Presidente de CONICYT, José Miguel Aguilera - Directores del IEB, Mary Kalin y Juan Armesto - Director de Investigación y Posgrado de Umag, Andrés Mansilla

En el norte el telescopio; en el sur, la lupa

En la conferencia Cambio Medioambiental Global y la Ecorregión Subantártica de Magallanes, llevada a cabo a fines de marzo en el Centro de Extensión de la Universidad Católica y frente a diversas autoridades ministeriales, se escucharon posturas latinoamericanas que respaldan la necesidad de proyectar a isla Navarino, como un centro de educación, investigación y conservación.

Entre quienes apoyan esta idea está el presidente de la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología, quien participó del cierre del Encuentro Latinoamericano y de un viaje en ferry por la Reserva de Biosfera. José Miguel Aguilera dijo”en el norte tenemos un telescopio con 66 antenas para llegar al conocimiento; en el sur, una lupa. Y en ambos extremos, laboratorios naturales de excelencia, que otros países no tienen”.

Arquitectos de Enneas exponen sus obras y su idea de diseño para el Centro Subantártico Cabo de Hornos

Para todas las instituciones involucradas, proyectar este trabajo pasa por un recinto que lo albergue. Por eso avanzan las gestiones para que el Estado financie el diseño y la construcción del Centro Subantártico Cabo de Hornos, lugar al servicio de investigadores, turistas y estudiantes de todos los niveles, y también de la comunidad para eventos masivos. ”Las acciones pioneras suelen surgir de los márgenes”, dice Rozzi. ”En este caso, es la ética ambiental”, surgida desde una mirada, si se quiere, franciscana, donde el prójimo no es sólo otro humano, sino todo ser vivo con el que cohabitamos. Un prójimo que no sólo tiene un valor porque nos sirve, sino por el solo hecho de existir, y de ser fundamental para el equilibrio.