- Calificación fue otorgada por el Consejo para la Transparencia, tras realizar una evaluación de transparencia activa a los sitios web de las 18 instituciones.
- Umag también superó el 92% en transparencia pasiva.
- Presidente del organismo llama a los jóvenes a considerar esta variable a la hora de escoger dónde estudiar.
Orgulloso se siente el rector de la Universidad de Magallanes, pues el plantel que dirige, culminó 2016 en el primer lugar de uno de los rankings que más influyen en la confianza que genera una institución estatal: el ranking de transparencia activa. “Como institución pública, nosotros ejercemos la transparencia, toda vez que tenemos control de la Contraloría General de la República, pero este primer lugar llegó justo para alegrarnos la Navidad, para instarnos a seguir siendo transparentes como corresponde a nuestra identidad estatal”, dijo Oyarzo.
El Consejo para la Transparencia (CPLT) realizó esta fiscalización por séptimo año consecutivo, entre el 17 de noviembre y el 20 de diciembre, y en ella analizó el desempeño de las, actualmente, 18 universidades estatales, en relación a toda aquella información que, por ley, deben hacer pública a través de sus sitios web. El puntaje promedio de cumplimiento fue de 80,09%, mientras que el de la Universidad de Magallanes alcanzó el 98,69, superando a las más grandes y prestigiosas instituciones de educación superior nacional. Le siguen la Universidad de Playa Ancha con 96,51 y la de Los Lagos con 94,20. Las tres casas de estudio lograron subir sus puntajes durante el último año, en un contexto de estancamiento y baja de rendimiento general desde 2013. En tanto, los puntajes más bajos fueron la U. de Talca, la U. de Antofagasta y la recién creada U. de O’Higgins.
“Es fundamental que los jóvenes tomen una decisión informada a la hora de elegir una universidad”, dijo el presidente del CPLT, José Luis Santa María. “Un buen nivel de transparencia es uno de los factores que también evidencia la fortaleza institucional de un plantel”, agregó, enfatizando en que, al recibir aportes del Estado, la información relativa a la gestión de una institución académica debe estar disponible para todos los ciudadanos.
Del último al primer lugar
Néstor Hernández está a cargo de la dirección de Análisis Institucional, que tiene a su cargo todos los procesos de transparencia de la Universidad de Magallanes. Desde esa posición recuerda cuando el año 2012, el cumplimiento fue de un 52%, lo que dejó a la casa de estudios, prácticamente, en el último lugar nacional. La tendencia comenzó a revertirse en 2015, cuando se llegó al cuarto lugar con un porcentaje de aprobación de 89,38%, superior al promedio de 80,28.
Para Hernández, hubo dos importantes razones para pasar del último al primer lugar en 4 años. La primera dice relación con el sistema digital donde se sube la información. “Inicialmente, la universidad creó una plataforma que daba respuesta, en parte, a lo que la ley exige. Entonces, lo que hicimos fue optar por una plataforma que tiene el Consejo de Transparencia, disponible para todas las instituciones estatales, (…) y eso en el fondo nos ayudó mucho, porque tiene todas las cosas que el Consejo exige”, afirmó.
La segunda tiene que ver con el control y seguimiento interno que el mismo sistema ofrece, y que permite estar chequeando en forma constante el proceso. “Es tal que, antes de llegar a este 98%, hicimos una auditoría interna, y habíamos llegado a 92%. Trabajamos con todos los grupos, y el resultado ahora es éste”, explica orgulloso el director. En otras palabras, la constante coordinación con las 25 personas de distintas unidades que suben los datos, ha sido fundamental.
¿Qué falta para llegar al 100%? Un trabajo retroactivo de escaneo y subida de documentos desde el año 1999 hasta 2015.
Buenos resultados en transparencia pasiva
A diferencia de la transparencia activa, que consiste en información disponible en línea en forma constante, la transparencia pasiva “tiene que ver con las consultas que nos hacen los ciudadanos externos”, dice el abogado Rodrigo Gatica, asesor jurídico de la Universidad de Magallanes y, como tal, encargado de la transparencia pasiva. “Pueden preguntarnos cualquier cosa que sea de acceso público, que sea financiado con fondos públicos, (porque) la universidad está obligada a dar respuesta”.
En esta categoría, el plantel obtuvo un 92,4%, puntaje que supera el de satisfacción general de 87,50. “De todas las consultas que nos han llegado y derivado desde que comenzamos este año, se ha tratado de responder a todas en tiempo y forma, de acuerdo a los procedimientos que el propio Consejo para la Transparencia establece”, afirma Gatica. Agrega que durante 2016 fueron 33, acerca de un sinnúmero de materias, desde contratación de personal, algunos antecedentes de mallas curriculares, hasta listados de proyectos que se ha adjudicado la universidad.
El alza de los puntajes se registró en todos los parámetros, gracias a que “detectamos algunas falencias, mejoramos, (…) subimos información que no habíamos subido, actualizamos, sacamos otra, y ese fue el trabajo que se hizo”, argumentó Gatica.
Evaluación nacional del Consejo
Según el CPLT, las 18 universidades fiscalizadas lograron un puntaje promedio de 82,16% por la facilidad para localizar y utilizar la información en sus sitios. Asimismo, dentro de los incumplimientos más observados dentro de la fiscalización se descubrió, por ejemplo, la existencia de datos desactualizados en torno al personal de la universidad y sus remuneraciones; falta de información en torno a los llamados “actos sobre terceros” y el detalle sobre los subsidios y beneficios a los que pueden acceder los estudiantes.
Ver nota del CPLT aquí.