María L. Ojeda del CERE: “no es el punto de vista energético desde donde debería tomarse la decisión”
2016/12/01Portada UMAG, noticias-La profesional se refirió a los resultados del estudio sobre huso horario para Magallanes que elaboró la UMAG, tras exponer los antecedentes en la Comisión de Ciencia, Energía y Nuevas Tecnologías del Consejo Regional (CORE).
Basándose en experiencias internacionales y las opiniones de los diversos sectores productivos públicos y privados de la región, la Universidad de Magallanes, entregó, a principios de octubre al intendente Jorge Flies, el estudio “Análisis Huso Horario Diferenciado para la Región de Magallanes y Antártica Chilena”, con el objetivo de aportar con los antecedentes que permitan determinar si corresponde o conviene implementar un horario diferenciado en la región más austral de Chile.
En dicha oportunidad, desde la casa de estudios, se adelantó que las conclusiones del informe sugerían mantener el horario de verano para la zona, debido a que se constató una gran tendencia desde los distintos sectores de la comunidad a adoptar el horario de verano como un horario único durante todo el año, antecedentes que, finalmente, quedaron en manos de las autoridades regionales y el Ministerio de Energía para su análisis y posterior decisión, que, según se anunció, se realizará antes de finalizar el año.
Cumplida esta tarea, la ingeniero de proyectos del Centro de Estudios de los Recursos Energéticos de la Universidad de Magallanes (CERE), María Luisa Ojeda, fue invitada por la Comisión de Ciencia, Energía y Nuevas Tecnologías del Consejo Regional (CORE), junto al vicerrector de Vinculación con el Medio, Humberto Oyarzo y el director del CERE, Humberto Vidal, para referirse más en detalle a los resultados del estudio y analizar, de esta forma, los impactos en los diferentes sectores de la región ante la posibilidad de contar con este huso horario diferente al resto del país.
Tras su presentación, la profesional comentó que, luego de la recopilación de datos y análisis específico del tema de la energía, aparece una conclusión muy clara: “no es el punto de vista energético desde donde se debería tomar la decisión”, aludiendo directamente, así, al principal motivo por el cual se ha venido cambiando la hora en Chile. “Se encontró que los ahorros de energía que se pueden producir al mantener este horario actual u horario invierno-verano, son bajísimos, del orden de un 0,5%, lo cual da un valor bastante marginal como para tomar la determinación sólo desde allí”, enfatizó.
Bajo esta lógica, y pese a que aún se consideran necesarios otros estudios específicos para medir impactos como en el área de la educación, por ejemplo, Ojeda dijo que el consenso se inclina más por el lado de la calidad de vida de las personas. “El hecho de que la mayoría de los magallánicos manifiestan que hay una mejor posición, un mejor bienestar cuando se cuenta con una hora más de día en la tarde, es el argumento que toma más fuerza en el estudio”, afirmó.
En torno a las dificultades que pudieran producirse ante una eventual implementación de la medida, la académica informó que la principal aprensión manifestada por varios entes del sector privado -sobre todo del área de transporte- tiene que ver con la programación y logística de sus sistemas, por lo que se sugiere que cualquier cambio debe ser realizado con al menos 6 a 9 meses de antelación.
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