Para  contribuir a enfrentar las principales problemáticas de la educación superior, una de ellas evitar los índices de deserción, el equipo académico de la Universidad del Bío Bío sostuvo durante el mes de enero nuevas reuniones de trabajo con diferentes instancias de nuestra institución. Cabe señalar que la Umag se adjudicó más de 2 mil millones de pesos, los que fueron otorgados de manera directa por el Mineduc.

La Universidad del Bío-Bío será la encargada de respaldar técnicamente el proyecto, entidad que según un estudio reafirma la multicausalidad de los factores que gatillan la deserción, como los son los factores académicos, económicos, motivacionales y culturales, así lo indicó Manuel Albarrán, Director del Convenio de Desempeño de la Universidad del Bío-Bío, quien señaló que en la sede penquista lograron disminuir los índices de deserción a un 8.73%.

Según datos del Consejo Superior de Educación, la tasa de deserción global supera el 50%. Las áreas con menor porcentaje de abandono corresponderían a educación y salud con un 37% y un 27%, respectivamente. En el caso de la Umag, la tasa de deserción alcanza el 25%, con una proyeccción de disminuir estos índices a un 10%.

Junto con esto, el Director del Convenio de Desempeño de la Universidad del Bío-Bío, expresó que la Universidad de Magallanes es muy importante, enfatizando además, que es necesario que los jóvenes de la región continúen con estudios superiores para que así exista un mayor desarrollo y exista un aumento de la masa crítica.

Por su parte la Directora de Docencia de la Umag, Virginia Alvarado, es enfática en señalar que la prioridad del proyecto, es que los estudiantes que ingresan a la universidad terminen en el tiempo proyectado sus respectivas carreras, por lo que se incentivará a los alumnos a continuar con los estudios superiores, quienes serán apoyados de manera constante por un equipo completo de profesionales.
Debido a altos índices de deserción es que es que el proyecto de la Universidad de Magallanes adquiere mayor importancia, en el que se optimizará los programas de apoyo estudiantil y los sistemas de información, gestión y evaluación institucional, fortaleciendo la formación integral de los alumnos, para el desarrollo y certificación de habilidades y actitudes definidas en el actual Modelo Educativo.
De acuerdo a estudios del Mineduc, este proyecto aborda una de las problemáticas educativas más preocupantes, ya que siete de cada diez jóvenes que ingresan a la educación superior son primera generación y cinco de ellos abandonan sus carreras, lo que provoca un costo económico tanto para el sistema universitario como para sus familias.