El estudio que coloca al Océano Austral como protagonista del cambio climático
2016/06/09Boletín Normal, noticias-El programa GAIA-Antártica de la Universidad de Magallanes ha incorporado a sus filas al Dr. en Oceanografía, Ricardo De Pol Holz, quién dará relevancia al estudio de los mares australes.
-En una publicación reciente se señala al Océano Austral como responsable directo de los cambios en la concentración de CO2 atmosféricos durante las épocas glaciares; que la mayor cantidad de ese carbono almacenado durante los periodos fríos estuvo en las profundidades del Océano Pacífico y que parte de ese CO2 es de origen volcánico.
Por Guillermo Muñoz y Ángela Molina
En nuestro planeta, cada cien mil años ocurre un fenómeno climático donde una enorme cantidad de hielo se acumula en los continentes para después, rápidamente, iniciar un proceso de derretimiento. Este fenómeno es conocido como ciclos glaciares y la teoría científica que intenta explicarlo relaciona estos cambios a la energía variable que recibe la Tierra en su órbita alrededor del sol.
Sin embargo, si acercamos una lupa al interior de ese hielo, podremos apreciar burbujitas de aire de la atmósfera en el pasado y a su vez, medir la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que tenía. El CO2 es la estrella de lo que conocemos como “gas invernadero” y, por consiguiente, un factor relevante del calentamiento global actual.
Un enigma difícil de explicar en la actualidad por la comunidad científica es por qué esos cambios cíclicos en el CO2 se desarrollan en conjunto con los cambios cíclicos de temperatura que sufre la Tierra. Encontrar la respuesta no es fácil, ya que depende de la variedad de mecanismos de retroalimentación en los componentes del clima tales como el océano, la atmósfera, la biósfera, etc. Por el tiempo en que transcurren los cambios -y que son del orden de los 10.000 años- el único componente del sistema climático que responde a ese período de tiempo y donde puede hallarse la explicación a este enigma, es el océano.
Esto es lo que intentan dilucidar un grupo de científicos que el pasado 9 de mayo publicaron un artículo en la revista científica de alto impacto “Nature Communications”, donde plantean que el océano austral es responsable directo de los cambios en la concentración de CO2 atmosféricos durante las épocas glaciares; que la mayor cantidad de ese carbono almacenado durante los periodos fríos está en las profundidades del Océano Pacífico; y por último que, parte de ese CO2 es de origen volcánico.
El Dr. en Oceanografía, Ricardo De Pol Holz es coautor de ese artículo y, en la actualidad, se ha integrado al equipo del programa GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes para llevar adelante estas investigaciones. A sus 42 años, su trayectoria lo ubica como uno de los científicos connotados de Chile, siendo, recientemente, nominado por la Academia Chilena de Ciencias como uno de los doce miembros -a nivel nacional- del Programa “Ciencia de Frontera 2015-2018”.
Experto en paleoclima, ha indagado el rol del océano en los cambios que ha tenido la Tierra desde el pasado, precisamente. Por esta razón, entre sus especialidades está la datación mediante carbono 14, el que permite por ejemplo, saber qué edad tienen las aguas del océano, y otros datos relevantes para muchas otras disciplinas científicas. De esta forma es que entre sus objetivos se encuentra instalar en Magallanes un laboratorio de estudio del radiocarbono, lo cual ayudaría a colocar a la zona como un polo científico de nivel mundial.
“El clima de la Tierra refleja en cierta forma cómo está el océano. Una de las cosas que me dediqué para ver cómo ha cambiado en el pasado el océano, sus corrientes, la cantidad de vida que tiene, la cantidad de carbono que lleva, fue especializarme en una técnica especial que se llama el carbono 14: por ejemplo, cuando datan una momia o cuando datas un lago y sacas el sedimento y te preguntas qué edad tiene, eso se hace con carbono 14”, señala el investigador.
¿Qué es el carbono 14?
El hilo conductor de esta investigación es el carbono 14, un átomo radioactivo con un núcleo inestable y que va decayendo en el tiempo, pero que es fundamental para conocer el tiempo transcurrido desde que un organismo ha muerto, producto que el cuerpo (o los cuerpos) dejan de obtenerlo activamente.
Gracias al carbono 14 podemos enterarnos de la data de muerte de un cuerpo momificado o restos óseos encontrados, ya que sabemos cuánto carbono tiene y tenía anteriormente por el cálculo de saber cuánto carbono existía en la atmósfera.
La producción de carbono 14 ocurre en la alta atmósfera producto del choque de núcleos de alta energía procedentes de explosiones de estrellas del universo que llegan a la Tierra y que, al chocar con átomos de nitrógeno, forman este átomo radioactivo. Este después se difunde por todos los organismos vivos, como por ejemplo en nuestro proceso de alimentación o en la fotosíntesis de las plantas estamos capturando carbono del ambiente.
La teoría
En el artículo se da a conocer que se pudo identificar mediante el análisis de radiocarbono, cuál sería el mecanismo de lo que acontece. Hace 20 mil años atrás, existió una masa de agua en el Pacífico entre Chile y Nueva Zelandia entre los 2500 y 3500 metros de profundidad, donde hubo una gran cantidad de carbono acumulado por mucho tiempo. Además, el artículo muestra que la cantidad de CO2 acumulado no fue solamente producto de la descomposición de partículas biológicas que se producían en la superficie, sino también de un importante aporte de carbono inorgánico que emanó de los volcanes submarinos.
“Ese volcanismo emitió mucho CO2 de origen tectónico y por eso el artículo es súper bonito, ya que combina ciencias climáticas, ciencias geológicas, el rol del Océano Pacífico y en particular del Océano Austral que actuó como una ventana de intercambio de gases invernadero entre los mares y la atmósfera. Esto es de suma relevancia para entender qué es lo que va a pasar en la Tierra con el exceso de CO2 de origen humano que hoy tenemos metido en la atmósfera, la cual ya supera las 400 partes por millón, un nivel que no se tiene registro que haya ocurrido en la Tierra en varios millones de años atrás” enfatiza, el Dr. Ricardo De Pol-Holz. “Este año 2016 hemos tenido récords globales de temperatura cada uno de los 5 meses transcurridos” advierte.
Lo que se cree que ocurrió es que el océano hace 17 mil años expulsó este CO2 producto de la acumulación que tenía y del cambio climático que estaba ocurriendo al término de la última era glacial. El Océano Austral entonces se muestra como un componente climático que es protagonista en la regulación de los gases invernadero en la Atmósfera y, por lo tanto, del cambio climático global.
A su modo de ver, las ciencias antárticas y del océano van a ser componentes claves en el futuro en cómo se va a comportar la Tierra, por eso esta zona austral se ha convertido en un lugar clave para estudiar. “El Océano Austral es un talón de Aquiles. Si el océano se lleva el exceso de CO2 hacia su interior podemos tener un respiro, pero si está emitiendo CO2 ahí, estamos en problemas porque lo está potenciando”, concluyó.