Claudia Dides es socióloga y está a la cabeza de la Fundación Miles Chile, organización no gubernamental que busca generar conocimientos, políticas públicas, cambios legislativos y la articulación de redes para promover los derechos sexuales y reproductivos en el país.

Hace poco estuvo en Punta Arenas gracias a la gestión de la Dirección de Extensión de la Universidad de Magallanes y la municipalidad de la comuna, compartiendo su experiencia y sus conocimientos sobre el tema con cerca de 200 estudiantes de enseñanza media de distintos establecimientos educacionales y, posteriormente, con un grupo de mujeres en el encuentro denominado “Aquelarre por los derechos de las mujeres”.

El balance de su visita fue positivo, aunque en su análisis hizo hincapié en un alcance importante: el nivel de desinformación que todavía hay en los jóvenes respecto a la sexualidad. “Hay mucha necesidad de conversar sobre el tema- recalcó Dides- y de hecho, surgieron preguntas desde el tema amoroso hasta como se usa un condón, que nadie les enseña. A partir de esto, nos damos cuenta que, lamentablemente, en Chile, no se ha cumplido con las convenciones internacionales donde nos piden que hagamos educación sexual y, en ese sentido, no hay una política pública. El 70% de los colegios municipalizados en el país no tiene educación sexual”.

Frente a esto, la profesional dijo que se vuelve necesario poder aplicar metodologías de conversación en el ámbito educativo, donde se puedan abordar materias como los  métodos anticonceptivos, los test de embarazo, el VIH SIDA, la homosexualidad, la violencia contra la mujer, etc.

En relación a su interacción con las mujeres de Punta Arenas, en tanto, dijo que “se dio algo muy bonito que tiene que ver con los aquelarres, que las mujeres empiezan a contar sus historias de aborto, violación, y eso fue muy duro, pero creo que fue muy bueno también, porque en el fondo lo que sucede ahí es que la gente se empieza a sacar esos secretos que llevas en el alma y que empiezas a darte cuenta que muchas mujeres han pasado por experiencias similares”.

Teniendo en cuenta esta realidad, ¿qué rol les cabe a las universidades en este tema?

“Investigación. Creo que hoy día tenemos un déficit en investigación en general. La manifestación que ha tenido el Conicyt ha sido la demostración que ha habido poco interés por parte del Estado para fomentarla, y no sólo en el campo de las ciencias más duras, sino también en el campo de las ciencias sociales, las ciencias humanas, la filosofía. Por ende se necesita más investigación. La universidad debería hacer diagnósticos locales de la región, de cómo es el comportamiento en distintos temas, el VIH, las infecciones de transmisión sexual, el embarazo adolescente, el aborto, la violencia obstétrica y, así, tener ubicados donde están los problemas en la región del tal manera que puedan intervenir en esas localidades y puedan hacer campañas de prevención y promoción. Nos falta  investigación en el campo de la sexualidad y la reproducción.

En ese contexto, una universidad tiene muchas cosas que hacer, al interior y también al exterior, hacer convenios y grandes campañas, por ejemplo. Ésta nos otorga los argumentos, todo lo que es el dato y con eso podemos tomar decisiones en el ámbito de las políticas públicas”.

¿En ese sentido, qué desafío ves que hay en las regiones?

“Particularmente, creo que es una región que tiene muy buenos desafíos, y tienen que organizarse. Nosotros necesitamos que las regiones se organicen para poder ayudar a la despenalización de aborto, este proyecto de ley de tres causales. Aquí hay que exigirles a las autoridades regionales, así como los representantes políticos del Parlamento porque no es posible que Chile no tenga una ley de aborto y que seamos parte de cuatro países en el planeta que penalizan y criminalizan a las mujeres, un lugar donde las mujeres se pueden ir presas por abortar”.

A tu juicio, ¿va en buen camino esta iniciativa legal?

“Pienso que sí y hay suficientes estudios, encuestas, que nos dicen que alrededor del 70% apoya las 3 causales. Creo que lo se necesita hacer ahora, es decirle a la gente cuáles son los derechos que pueden ejercer. En ese sentido, en el campo de la sexualidad y la reproducción lo que a la gente le parece es que aquí no pueden haber derechos y sí los tenemos; son derechos humanos. Entonces la falencia está en la información, información relacionada con dónde ir, qué se puede hacer, cuáles son los métodos anticonceptivos, por qué no hay educación sexual, cómo me puedo hacer un test de VIH, etc.”