De izquierda a derecha Diana Retamal, Daniel Maldonado, Pablo Galaz, la entrenadora y docente Sonia Zuvanich, Darío Rivera, Camila Mansilla, Fernanda Molina, Alberto González y Valentina Cárdenas.

Daniel Maldonado, Camila Mansilla, Pablo Galaz y Alberto González fueron los oradores, y junto a sus compañeros Valentina Cárdenas, Diana Retamal, Darío Rivera y Fernanda Molina, también los autores del trabajo que los hizo ganar un noveno lugar en la octava versión de la “Competencia Internacional de Arbitraje”, un certamen de Derecho Comercial Internacional que reúne a estudiantes de leyes de varias partes del mundo y que, en esta ocasión, se realizó en la Pontificia Universidad Católica de Chile desde el 24 al 28 de septiembre.

Los ocho jóvenes sobresalieron entre más de 50 prestigiosas universidades de América, Estados Unidos y Francia, con una mención honrosa por su presentación en el Memorial de Demanda. De hecho, de las cinco instituciones chilenas de educación superior que participaron, la Umag y la Universidad de Chile fueron las únicas dos en obtener un reconocimiento. Las restantes fueron la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Alberto Hurtado y la Universidad de Los Andes.

El equipo de estudiantes de Derecho representantes de la Umag, reunidos en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas en su regreso a la región.

La directora del Departamento de Ciencias Jurídicas, Sonia Zuvanich, fue la entrenadora del grupo, y está feliz con el desempeño de sus estudiantes de quinto año. “A mí me pareció una cosa extraordinaria, porque nosotros vimos todo el esfuerzo que se hizo desde marzo y, obviamente, era un tremendo desafío porque nunca habíamos participado en una competencia como ésta. Hay universidades que llevan compitiendo los 8 años que tiene este certamen, y con un gran staff de apoyo, entonces ahí tú te das cuenta de lo que los chiquillos tienen un enorme potencial”. La docente dice que esta experiencia también sirvió para mostrar lo que es esta universidad extrema, que es capaz de competir con universidades con más prestigio y recursos.

El profesor de la Facultad, Eduardo Picand, participó de este proceso entregando los contenidos a los alumnos en el curso de Arbitraje Internacional. El docente espera “que éste sea el punto de inicio de lo que debiera ser una política constante en la formación de nuestros alumnos, pues, independiente del resultado obtenido y de los reconocimientos logrados, la participación de nuestros ocho alumnos y de todo lo que vivieron en Santiago, se convertirá en una experiencia de vida que, difícilmente, olvidarán, tanto en lo académico como en lo profesional”. El docente informó además que la idea es que los integrantes de este equipo transmitan como ayudantes del entrenador, todo lo que aprendieron al equipo Umag del próximo año, y que la institución apoye otra vez esta iniciativa, que en su novena versión tendrá lugar en Uruguay.

Los estudiantes Daniel Maldonado y Pablo Galaz.

Las claves: buena preparación y trabajo en equipo

Ya de vuelta en las aulas, los jóvenes que componen el equipo Umag declararon estar satisfechos y muy contentos con el resultado de su participación, al ser ésta, la primera experiencia internacional que los puso a prueba como futuros litigantes en casos de derecho comercial.

Pablo Galaz, dijo que lo vivido es una muestra de la buena preparación jurídica que entrega la Universidad de Magallanes a sus estudiantes, lo que los insta a motivar a sus pares de las otras generaciones, a interesarse por este tipo de actividades académicas. A su juicio, “se aprende muchísimo y se disfruta, porque nos medimos ante un panel de árbitros del primer nivel y junto a las mejores universidades en este tema”.

Respecto a la preparación, Daniel Maldonado comentó que fue exhaustiva y que ayudó mucho el trabajo en equipo. “Fue un proceso que nos acompañó durante todo el año, e intenso, totalmente, intenso, porque el área de Derecho Comercial Internacional y de Arbitraje Comercial Internacional no existía, mayormente, en la Universidad. Y la competencia es de tal nivel, que realizando una analogía, sería como convertirse en abogado en siete meses e ir a litigar a la Corte de Apelaciones. Es decir, el nivel de preparación fue muy alto y agradecemos a nuestros profesores por ayudarnos en eso, a poner en práctica nuestro esfuerzo”, señaló.