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Investigación – Docencia – Vinculación con el Medio

04 de junio del 2021

La Antártica era menos fría en la última edad de hielo de lo que se pensaba

La Antártica, que es el lugar más frío actualmente en la Tierra, no fue tan gélida como se pensaba durante la última edad de hielo, esto es, hace unos 20.000 años.

Así lo señala un equipo internacional de científicos pertenecientes a instituciones de Corea del Sur, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia y Suiza, en un estudio publicado este jueves en la revista ‘Science’.

Durante décadas, los científicos sugirieron que las temperaturas de la Antártica en la última edad de hielo eran de media unos 9ºC más frías que las actuales.

Sin embargo, el nuevo estudio indica que partes del continente eran 10ºC más fríos que las actuales, pero la Antártica Oriental tenía entre 4ºC y 5ºC más que ahora, lo que supone aproximadamente la mitad del frío que se creía anteriormente.

“Ésta es la primera respuesta concluyente y consistente que tenemos para toda la Antártida”, apunta el especialista en cambio climático Christo Buizert, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), quien agrega: “El hallazgo sorprendente es que la cantidad de enfriamiento es muy diferente dependiendo de dónde te encuentres en la Antártida. Este patrón de enfriamiento probablemente se deba a los cambios en la elevación de la capa de hielo que ocurrieron entre la edad de hielo y hoy”.

Comprender la temperatura del planeta durante la última edad de hielo es fundamental para entender la transición de un clima frío a uno cálido y para modelar lo que podría ocurrir a medida que el planeta se calienta por el actual cambio climático, según Ed Brook, paleoclimatólogo de la Universidad Estatal de Oregón.

“La Antártida es particularmente importante en el sistema climático”, indica Brook, que agrega: “Usamos modelos climáticos para predecir el futuro y esos modelos climáticos tienen que corregir todo tipo de cosas. Una forma de probar estos modelos es asegurarnos de que tenemos el pasado correcto”.

La última edad de hielo representa un experimento natural para comprender la sensibilidad del planeta a los cambios en los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, según los investigadores. Las muestras de núcleos tomadas del hielo que se ha acumulado durante cientos de miles de años ayudan a contar esa historia.

INVESTIGACIONES PASADAS

Los investigadores en el pasado utilizaron isótopos de agua contenidos en las capas de hielo, que esencialmente actúan como un termómetro, para reconstruir las temperaturas de la última edad de hielo. En Groenlandia, esos cambios de isótopos se pueden calibrar con otros métodos para garantizar su precisión. Pero los investigadores no habían podido calibrar el termómetro de isótopos de agua para la mayor parte de la Antártida.

“Es como si tuviéramos un termómetro, pero no pudiéramos leer la escala”, explica Buizert, que subraya: “Uno de los lugares donde no tuvimos calibración es la Antártida Oriental, donde se han perforado los registros continuos más antiguos de núcleos de hielo, lo que la convierte en un lugar crítico para comprender la historia climática”.

En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron dos métodos para reconstruir las temperaturas antiguas utilizando núcleos de hielo de siete lugares en toda la Antártida: cinco de la Antártida Oriental y dos de la Antártida Occidental.

El método de termometría de perforación mide las temperaturas en todo el espesor de una capa de hielo. La capa de hielo antártica es tan gruesa que guarda un recuerdo de temperaturas anteriores y más frías de la edad de hielo que se pueden medir y reconstruir, según T.J. Fudge, profesor asistente en Ciencias de la Tierra y el Espacio en la Universidad de Washington (Estados Unidos).

El segundo método examina las propiedades de la capa de nieve a medida que se acumula y se transforma en hielo con el tiempo. En la Antártida Oriental, esa capa de nieve puede oscilar entre los 50 y los 120 metros de espesor y se ha compactado a lo largo de miles de años en un proceso muy sensible a los cambios de temperatura.

Los investigadores encontraron que ambos métodos produjeron reconstrucciones de temperatura similares, lo que les dio confianza en los resultados.

También encontraron que la cantidad de enfriamiento de la edad de hielo está relacionada con la forma de la capa de hielo. Durante la última edad de hielo, parte de la capa de hielo antártica se hizo más delgada a medida que la cantidad de nevadas disminuía, según Buizert.

Eso reduce la elevación de la superficie y el enfriamiento en esas áreas fue de 4ºC a 5ºC. En lugares donde la capa de hielo era mucho más gruesa durante la edad de hielo, las temperaturas se enfriaron en más de 10ºC.

Fuente : SIGLO XXI

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