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Parque Etnobotánico Omora – Universidad de Magallanes

26 de Agosto del 2020

Cerca de 30 funcionarios de la Salud beneficiados por apoyo de estación de campo en Puerto Williams

Poco más de 30 funcionarios del Servicio de Salud de Magallanes se beneficiaron al poder alojar en la Estación de Filosofía Ambiental de Campo, de Parque Omora, en Puerto Williams y que fue cedida durante cinco meses para que profesionales de Punta Arenas apoyaran en el trabajo de control de la pandemia del coronavirus en la comuna Cabo de Hornos.

Las instalaciones que son parte del Programa de Conservación Biocultural Subantártica del Instituto de Ecología y Biodiversidad, de la Universidad de Magallanes, de Fundación Omora y apoyo de la Universidad de North Texas (EE.UU.) disponen de habitaciones para alojar a 24 personas, tres oficinas y un laboratorio.

El director del Hospital Comunitario “Cristina Calderón” de Puerto Williams, Fabián Barrientos, agradeció el haber dispuesto de la Estación de Campo que recientemente fue regresada a los investigadores.

“Para nosotros como hospital comunitario la casa Omora y el apoyo de la Umag fue fundamental para dar inicio a toda la estrategia y control de la pandemia Covid-19. Allí pudimos albergar a funcionarios que vinieron de apoyo y refuerzo, desde técnicos en enfermería, enfermeras y médicos que estuvieron desde el inicio de la pandemia porque fuimos de las primeras comunas de la región con brote y con gran cantidad de contagiados”, explicó Barrientos.

Además, calificó de fundamental el apoyo al disponer de las comodidades y considerando que fue cedida gratuitamente en medio de la situación de la emergencia sanitaria que ha involucrado gran gasto de recursos para Salud. “Alojar a nuestros funcionarios que venían a apoyarnos fue fundamental y estamos muy agradecidos de toda la ayuda que nos proporcionó la Umag hacia el hospital comunitario y hacia el Servicio de Salud de Magallanes”, dijo.

16 de Agosto del 2020

Biólogo Javier Rendoll Cárcamo: Educación ambiental adquiere más relevancia en tiempos de pandemia

En su participación en la II Conferencia de Educación en Cambio Climático, promovida por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) y con la participación de una diversidad de organismos, el biólogo de la Universidad de Magallanes  (UMAG) y del Programa de Conservación Biocultural Subantártica (PCBS), Javier Rendoll Cárcamo, realzó en su presentación la necesidad de perfeccionar las opciones de acceso de los estudiantes a los programas virtuales de educación ambiental.

“Hoy es  urgente virtualizar la educación, sobre todo la educación ambiental. Uno de los grandes desafíos que debemos repensar es cómo lograr que cada estudiante tenga  acceso a estos contenidos virtuales. Hoy,  esto no es así, porque una de las cosas que nos demostró la pandemia es que la realidad es otra, es desigual. Hay que repensar esta inequidad ”, recalca el investigador que cursa el Doctorado en Ciencias Antárticas y Subantárticas de la UMAG.

Rendoll, radicado hace seis años en Puerto Williams y que por la pandemia ha debido permanecer este tiempo en Punta Arenas, señala que se interesó participar en esta conferencia porque parte de su trabajo ha sido relacionarse con la educación ambiental en sus últimos 11 años de desarrollo profesional. Y en su intervención abordó la importancia del agua en la educación ambiental en un contexto de cambios climáticos y actualidad.

Admite que la educación ambiental en los tiempos actuales, la emergencia sanitaria por el Covid 19, adquiere mayor relevancia. Sostiene que es cada vez más importante en el sentido qué es lo que se quiere comunicar a través de las instancias de educación ambiental. “Algo que expone el actual contexto planetario de pandemia es que nuestras maneras de cohabitar la naturaleza no han sido ni son responsables. Muchas de estas cosas las causamos nosotros a través de la sobreexplotación de recursos, la destrucción y fragmentación de hábitats, etc, y eso hablándolo en términos como especies”.

Javier Rendoll puntualiza que es fundamental poder transmitirlo en la educación ambiental con diversas técnicas y herramientas pedagógicas. Con estos recursos y aproximaciones es que podemos, desde las ciencias, complementarnos y comunicarnos con las comunidades educativas, identificando conjuntamente las necesidades o acciones, y colaborar. “Es nuestra responsabilidad para con la naturaleza la que tenemos que mejorar. Sino estas cosas, que uno llama problemas emergentes complejos, se harán cada vez más comunes. Tenemos que adaptarnos, salir de la zona de confort y muchas veces adoptar nuevos métodos”.

A través de vía zoom o por el canal de Youtube de la Universidad de Chile los participantes pudieron seguir los detalles de esta conferencia realizada en la segunda quincena de junio.

El biólogo de la UMAG y del PCBS entregó una pincelada general sobre lo importante que es al abordar un tema considerarlo desde sus raíces al momento de abordar la educación ambiental.

Que se puede hacer desde lo educativo. La ciencia siempre va a estar ahí, pero son los procesos educativos y comunicativos los que requieren como poner a trabajar los cerebros y la acción .

A su juicio es de-construir el concepto de recurso hídrico basado en lo socioeconómico, es decir, romper ciertos esquemas y empezar una co-construcción de conocimientos, visiones y experiencias en torno a al agua, como base de la vida.

¿Es más fácil abordar las problemáticas medio ambientales, como el cuidado del agua, con los estudiantes de comunidades que conviven con los ríos cercanos, en comparación a quienes habitan las grandes ciudades? Javier Rendoll coincide en que así es, pero también advierte que hay que pensar qué pasa en otras comunidades donde el acceso al agua es restringido porque hay plantas de celulosa o centrales termoeléctricas, cursos de agua que pueden estar contaminados o que no son necesariamente bebestibles y necesitan tratamiento previo. O incluso en esos lugares donde impera la sequía. “A veces me resulta un poco egoísta pensar que en el sur de Chile somos privilegiados porque tenemos los ríos cerca,  respecto a aquellas comunidades cuyo acceso es limitado, escaso o nulo. En estos casos puede resultar difícil pensar o aterrizar conceptos como las aguas  más puras”, señala el investigador, quien agrega que si se volviera a lo presencial le agradaría meterse más en las prácticas pedagógicas porque los contenidos están ahí,  y el espacio para innovar está en las estrategias sobre cómo comunicamos los contenidos.

Contacto de Javier Rendoll

javier.rendoll@gmail.com, javier.rendoll@umag.cl

Programa de Conservación Biocultural Subantártica

06 de Septiembre del 2020

Ciencia y Carabineros se unen para estación de monitoreo climático en bahía Yendegaia

Gracias a un convenio de cooperación entre el Programa de Conservación Biocultural Subantártica y Carabineros de Chile se desarrollará una estación de monitoreo climático en la zona de Caleta 2 de Mayo, bahía Yendegaia y de cara al Canal Beagle.
La iniciativa contempla instalar los equipos en un sitio próximo a la Tenencia Yendegaia de Carabineros de Chile, presente desde 1962 en la ribera norte del Canal Beagle, a los pies de la cordillera Darwin. En un futuro contempla además integrar los esfuerzos que otras instituciones del Estado realizan en el área como la Dirección General de Aguas. La estación formará parte de la red internacional de sitios de estudios de largo plazo por lo cual es una contribución de Chile al estudio de fenómenos como cambio global que realiza el Programa de Ciencia con base en Puerto Williams.
En la firma del convenio intervienen el Programa de Conservación Biocultural Subantártica en el que participan la Universidad de Magallanes, el Instituto de Ecología y Biodiversidad, Fundación Omora y la Universidad de North Texas.
El jefe de la XII Zona de Carabineros en Magallanes, general Patricio Figueroa, agradeció la oportunidad de impulsar este trabajo conjunto con la ciencia y valoró esta “soberanía ecológica” que se une a la soberanía territorial que ejerce la entidad policial en esa parte de isla Tierra del Fuego.
La relevancia de incorporar este nuevo punto de monitoreo científico fue destacada por el presidente del Instituto de Ecología y Biodiversidad y de la Fundación Omora, además de académico de las universidades de Magallanes y North Texas, Ricardo Rozzi, quien enfatizó la localización estratégica de la estación de monitoreo y su proyección en el tiempo gracias a la mirada institucional de Carabineros al facilitar el apoyo a la ciencia en ese hito geográfico al sur de isla Tierra del Fuego.
La estación de monitoreo queda integrada a la Red de Estudios Ecológicos a Largo Plazo Cabo de Hornos avalado por la protección del territorio de la reserva de la biósfera y ofrecerá información relevante para el monitoreo del área que está próxima a los parques nacionales Yendegaia y Alberto De Agostini que es la puerta de entrada y conectividad al sur de la isla fueguina.
Rozzi también resaltó el justo equilibrio que se debe mantener en el futuro entre el desarrollo de un turismo de intereses especiales y la ciencia en ese punto de la isla para cuando a mediados de esta década, quede concluido el camino a Yendegaia que construye el Cuerpo Militar del Trabajo desde el año 1994 en una extensión de 139 kilómetros desde Vicuña.
El Vicerrector de Vinculación con el Medio de la Universidad de Magallanes, Manuel Manríquez, destacó la iniciativa que da cuenta del compromiso que UMAG tiene con la investigación científica en zonas tan extremas como la comuna de Cabo de Hornos, “valoramos el trabajo realizado por nuestros investigadores en Puerto Williams y la disposición de Carabineros para colaborar con la ciencia a través de vínculos de largo plazo”.
Asimismo, se valoró la importancia que proyectará el trabajo conjunto entre los investigadores y Carabineros para mantener la estación en el futuro consolidando una zona donde no solo se ejerce la soberanía, sino que también se consolida la cooperación a la ciencia para las futuras generaciones en una zona casi inexplorada y que se suma al gran laboratorio natural de la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos y Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake.

29 de Agosto del 2019

Desde el Desierto de Atacama hasta Cabo de Hornos: miembros de la Red Chilena de estudios de largo plazo se reunieron en Fray Jorge

Los representantes de nueve instituciones, ubicadas a lo largo del territorio nacional, se congregaron en el Parque Nacional Fray Jorge para trazar la ruta de esta iniciativa, en miras de las necesidades y desafíos del siglo XXI.

La celebración de los 30 años del legado del Parque Nacional Bosque Fray Jorge, como un lugar pionero para la investigación de largo plazo en Chile, fue la ocasión ideal para congregar a instituciones provenientes de distintas regiones del país, que han apostado por construir un registro continuo y de alta calidad sobre las variables biológicas, físicas y sociales de los ecosistemas del sur de Sudamérica.

Por ello, el 21 y 22 de agosto se desarrolló la reunión ampliada de los miembros de la Red Chilena de Sitios de Estudios Socio-Ecológicos de Largo Plazo (LTSER-Chile, por sus siglas en inglés), instancia que se enfocó en la planificación y definición de los principales temas de investigación del grupo, así como en el intercambio de experiencias obtenidas a lo largo del gradiente latitudinal que abarcan estos lugares, que van desde las regiones de Tarapacá hasta Magallanes.

Ricardo Rozzi (director del IEB), Luis Corcuera (vicepresidente de LTSER-Chile) y Cristián Frene (director ejecutivo de LTSER-Chile)

La jornada se desarrolló en la Estación del Instituto de Ecología y Biodiversidad, emplazada en el Parque Nacional Bosque Fray Jorge (Región de Coquimbo), donde asistieron los portavoces de los nueve sitios que conforman actualmente la red LTSER: la Estación Atacama UC, el Sitio Experimental Fray Jorge, la Estación Costera de Investigaciones Marinas – ECIM, la Estación Experimental Bosque San Martín, el Parque Katalapi, la Estación Biológica Senda Darwin, el Centro Científico Huinay, la Estación Patagonia de Investigación Interdisciplinaria – UC y el Parque Etnobotánico Omora.
De esta manera, esta amplia red de sitios se comprometió a continuar y diversificar su labor en materias de crítica relevancia en la actualidad, como son la recopilación de datos climáticos, la identificación de fuentes y sumideros de CO2, las especies exóticas invasoras, los monitoreos de flora y fauna nativa, la acidificación de los océanos, entre otros.
El equipo visitó algunas de las parcelas de experimentos del Parque Nacional Bosque Fray Jorge

Además, considerando los complejos escenarios socioambientales que enfrenta Chile y el resto del mundo, uno de los focos del equipo del LTSER se pondrá en la relación entre la ciencia y las comunidades locales. Para tal objetivo, actividades enfocadas en áreas como la educación ambiental se convertirán en una prioridad para la red.
A partir de su inicio oficial en la década de los 80, los proyectos de investigación ecológica a largo plazo han otorgado un exitoso marco organizacional para crear agendas de investigación y mecanismos de financiamiento que permitan a los científicos abordar importantes fenómenos, de acuerdo a las grandes escalas en las que ocurren.
En su rol como filial chilena de la Red ILTER (International Long-Term Ecological Research Network), la Red LTSER busca consolidar una mirada representativa del país, que integre las dimensiones ecológicas y humanas presentes en este rincón del hemisferio sur del planeta.

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23 de Agosto del 2019

El LTSER-CHILE realizó reunión ampliada de sus miembros en el Parque Nacional Fray Jorge

La Red Chilena de Sitios de Estudios Socio-Ecológicos de Largo Plazo (LTSER-CHILE) realizó entre el 21-22 de agosto de 2019 una reunión ampliada  con los sitios miembros de la red en el marco de la celebración de los 30 años de la iniciación del pionero estudio de monitoreo de largo plazo de roedores y otros animales en el Parque Nacional Fray Jorge. Este estudio ha sido dirigido desde su inicio por el Profesor Julio Gutiérrez de la Universidad de La Serena.

Drs Ricardo Rozzi (Director IEB), Luis Corcuera (Vicepresidente de LTSER-Chile) y Cristién Frene (Director Ejecutivo de LTSER-Chile)

Durante la Reunión se definieron los principales temas de investigación de la red, en los cuales diferentes sitios podrán cooperar y aportar su experiencia en el largo gradiente latitudinal que abarcan los sitios (desde Tarapacá hasta el cabo de Hornos). Los sitios son los siguientes: Estación Atacama UC, Sitio Experimental Fray Jorge, Estación Costera de Investigaciones Marinas – ECIM, Bosque San Martín, Parque Katalapi, Estación Biológica Senda Darwin, Centro Científico Huinay, Estación Patagonia de Investigación Interdisciplinaria – UC (EPII-UC) y Parque Etnobotánico Omora. Esta amplia red de sitios permitirá recopilar datos climáticos, hacer estudios sobre especies exóticas invasoras, monitoreos de flora y fauna, identificación de fuentes y sumideros de CO2, acidificación de aguas marinas, etc. Además se dará un especial énfasis en las relaciones con la comunidad, en las cuales la educación ambiental tendrá una prioridad especial.

Representantes de los sitios del LTSER-Chile y otros participantes en la reunión ampliada

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23 de Agosto del 2019

El legado científico del Parque Nacional Fray Jorge: cumple 30 años como centinela del cambio ambiental

Si bien este hito para la ciencia chilena comenzó a gestarse en 1973, fue hace tres décadas cuando esta área protegida se convirtió en uno de los experimentos científicos de mayor duración en las tierras áridas del mundo.

Fue en medio de la convulsión política cuando Peter Meserve llegó a Chile, junto a su esposa, en enero de 1973. Con muy poco dominio del español, el investigador estadounidense arribó para dar clases en la Universidad Católica. En agosto de ese año, un voluntario del Cuerpo de Paz, George Fulk, lo invitó a conocer un lugar que estudiaba en el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, en la Región de Coquimbo. Así pisó por primera vez estos parajes semiáridos con un bosque relicto en su interior.
Fulk retornaría a Estados Unidos, por lo que propuso a Meserve que continuara con su labor. Después de algunos ires y venires en plena dictadura, Meserve se presentó en 1988 en la casa de Julio Gutiérrez, quien hacía clases en la Universidad de La Serena, para contarle sobre su plan de realizar un experimento en Fray Jorge que abordara la interacción entre los roedores y sus depredadores. En 1989 esta área protegida se convirtió oficialmente en un “Sitio de Investigación Socio-ecológica a Largo Plazo” (LTSER, por sus siglas en inglés), cobrando vida uno de los estudios de largo plazo más antiguos e importantes de Sudamérica y del mundo.
Por ello, este 20 de agosto se celebraron los 30 años desde que Fray Jorge se convirtiera en un centinelapara monitorear fenómenos como El Niño y el cambio climático, y su impacto en la biodiversidad, ya sea en plantas, pequeños mamíferos, aves, depredadores y artrópodos. El evento, realizado en el mismo parque, congregó a los fundadores de esta iniciativa, así como a representantes de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), instituciones científicas, comunidades locales, entre otros actores claves que han participado en el proyecto.

Fue en medio de la convulsión política cuando Peter Meserve llegó a Chile, junto a su esposa, en enero de 1973. Con muy poco dominio del español, el investigador estadounidense arribó para dar clases en la Universidad Católica. En agosto de ese año, un voluntario del Cuerpo de Paz, George Fulk, lo invitó a conocer un lugar que estudiaba en el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, en la Región de Coquimbo. Así pisó por primera vez estos parajes semiáridos con un bosque relicto en su interior. Fulk retornaría a Estados Unidos, por lo que propuso a Meserve que continuara con su labor. Después de algunos ires y venires en plena dictadura, Meserve se presentó en 1988 en la casa de Julio Gutiérrez, quien hacía clases en la Universidad de La Serena, para contarle sobre su plan de realizar un experimento en Fray Jorge que abordara la interacción entre los roedores y sus depredadores. En 1989 esta área protegida se convirtió oficialmente en un “Sitio de Investigación Socio-ecológica a Largo Plazo” (LTSER, por sus siglas en inglés), cobrando vida uno de los estudios de largo plazo más antiguos e importantes de Sudamérica y del mundo.
Por ello, este 20 de agosto se celebraron los 30 años desde que Fray Jorge se convirtiera en un centinelapara monitorear fenómenos como El Niño y el cambio climático, y su impacto en la biodiversidad, ya sea en plantas, pequeños mamíferos, aves, depredadores y artrópodos. El evento, realizado en el mismo parque, congregó a los fundadores de esta iniciativa, así como a representantes de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), instituciones científicas, comunidades locales, entre otros actores claves que han participado en el proyecto.

Luis Contreras, Ken Cramer y Julio Gutiérrez en 1989

“Este tipo de estudios de largo plazo son notoriamente escasos en Sudamérica, y el nuestro es uno de los más extensos en este tipo de ecosistema. Este monitoreo ha permitido documentar fenómenos que ocurren después de muchos años, y nuestra mayor contribución es haber documentado numerosos años con El Niño lluviosos y períodos de extrema aridez” indica Julio Gutiérrez, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de La Serena.

Gutiérrez detalla que “los fenómenos poco frecuentes de variabilidad climática extrema moldean los ecosistemas de manera que sus efectos pueden detectarse por muchos años después de que ocurrieron”.

Peter Meserve y Julio Gutiérrez en la celebración de los 30 años

Peter Meserve, quien actualmente es profesor de la Universidad de Idaho (Estados Unidos), coincide: “Para hacer este tipo de trabajo debes ser persistente, perseguir tus objetivos y no solo hacerlo, como decimos en inglés, como una ‘ciencia rápida y sucia’. Si no tuviéramos 30 años de datos, no sabríamos cosas que están sucediendo aquí en términos del clima. Para esto no hubiera bastado con tres o diez años de investigación. Necesitamos 20 años o más para notar un gran cambio.”

Para dimensionar en cifras la labor desplegada, si sumamos solamente las horas de terreno de las diversas generaciones de científicos y técnicos que han pasado por Fray Jorge, el tiempo invertido en el monitoreo ecológico de 30 años suma más de 87 mil horas, equivalente a 10 años de trabajo ininterrumpido dedicados a la colección de información.

Por otro lado, el proyecto acumula más de 2 millones de registros de fauna (aves, mamíferos y artrópodos), constituyendo una de las bases de datos más extensas del país y de Latinoamérica. Si consideramos solo a los mamíferos, se han logrado más de 600 mil registros de más de 90 mil individuos pertenecientes, al menos, a 10 especies distintas.

A esto que suma que la iniciativa ha contribuido con más de 100 publicaciones científicas a nivel nacional e internacional, gracias al trabajo colaborativo entre instituciones y al financiamiento de la National Science Foundation y del Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).

El levantamiento de esta información es esencial para entender y enfrentar el contexto nacional y planetario actual, marcado por la pérdida de biodiversidad y el impacto de fenómenos como el cambio climático y global.

Meserve advierte que “estamos trabajando en un sistema semiárido, donde se supone que sus especies están adaptadas a ciertas condiciones. Sí, pero hasta cierto punto. Lo que no sabemos es cuánto pueden aguantar. Esa es la parte atemorizante”.

Un oasis y el reinado del degú

La Región de Coquimbo forma parte de una de las 34 áreas de mayor biodiversidad a nivel mundial (conocido como hot spot). Pese a ello, solo el 0,37% de su superficie corresponde a áreas protegidas del Estado. A esto se suma que ha experimentado un fuerte desarrollo de industrias como la minera, agrícola e inmobiliaria.

Frente a este escenario, el parque nacional, que también fue declarado por la UNESCO en 1974 como Reserva de Biosfera, “se convierte en una ‘isla de biodiversidad’, porque está inmerso en una matriz de uso agrícola, de producción de energía, y también de minería, entonces los únicos hábitats disponibles, donde las especies pueden albergarse y reproducirse con relativa tranquilidad, están en Fray Jorge”, asegura Alejandra Troncoso, académica de la Universidad de La Serena.

Para hacerse una idea, en el parque se han reportado 440 especies de flora nativa, de las cuales 266 son endémicas de Chile, es decir, solo existen en nuestro país.

También posee al menos 227 especies de fauna, agrupándose en más de 123 especies de aves, 74 de artrópodos, 23 de mamíferos, cinco de reptiles y dos de anfibios, aunque los científicos no descartan que quede mayor diversidad por descubrir.

Si bien Fray Jorge es famoso por su bosque de niebla relicto, gran parte de la investigación de largo plazo se ha concentrado en el ecosistema semiárido (como el matorral), el cual es ornamentado por cactáceas y dominado por arbustos como el guayacán (Porlieria chilensis), la varilla (Adesmia bedwellii) y el huañil (Proustia cuneifolia).

En ese sentido, los diminutos habitantes del matorral fueron quienes inspiraron desde un inicio esta iniciativa científica: los roedores nativos. “Los mamíferos pequeños estuvieron en el centro de este estudio desde un principio”, relata Douglas Kelt, profesor de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos), y otro de los investigadores históricos del proyecto.

Degú (Octodon degus)

El objetivo inicial era determinar los efectos de la depredación y la competencia entre especies sobre el crecimiento poblacional de roedores, así como la influencia de estos animales herbívoros sobre la vegetación.

Para evaluar las interacciones ecológicas, se instalaron 16 parcelas experimentales, de media hectárea cada una. Por ejemplo, una parcela está cubierta con mallas para evitar el ingreso de depredadores como aves rapaces y zorros, mientras que otra está diseñada para impedir la entrada de roedores.

Parcelas de experimentos vistas desde la parte alta del parque

Para tal fin se incluyen acciones como la captura, marcaje y posterior liberación de los pequeños mamíferos, además de la medición de la cobertura de la vegetación arbustiva y herbácea.

De esa forma, se ha realizado durante tres décadas el mismo monitoreo riguroso y constante de la vegetación, roedores, carnívoros, insectos e, incluso, de especies exóticas invasoras (como el conejo).

Con el paso de los años se observó que los efectos de la depredación y competencia por recursos entre especies son mínimos en comparación con el impacto que la lluvia y El Niño ejercen sobre el ecosistema.

Alejandra Troncoso explica: “El proyecto ha demostrado que los periodos de lluvia y de El Niño combinados ‘resetean’ el sistema, es decir, todo vuelve a cero, porque hay muchos recursos, nadie está compitiendo entre sí y a todos les va bien. Todos se disparan en sus tasas poblacionales, pero cuando hay sequía y aridez, la presión es tal que empieza la competencia y algunas poblaciones tienden a disminuir”.

Este hallazgo confirma la extrema fragilidad del matorral semiárido, en especial su alta sensibilidad ante la variabilidad de las precipitaciones.

Además, se ha constatado que cuando hay más lluvia, los roedores nativos aumentan en número debido a la mayor disponibilidad de flora, aunque con los años ha cambiado la dominancia de algunas especies.

Por ejemplo, el ratón oliváceo y el ratón orejudo de Darwin predominaban en el matorral hasta que, entre los años 2002 y 2003, se desencadenó El Niño acompañado de muchas precipitaciones. Fue en ese entonces cuando la población del degú se disparó, convirtiéndolo en el micromamífero más abundante del lugar hasta hoy.

Juan Monárdez en una de las parcelas experimentales

La gran incógnita es lo que podría suceder con la biodiversidad en el contexto actual de grandes presiones humanas y ambientales, como el cambio climático.

Gutiérrez detalla que “según los modelos predictivos del cambio climático global, la frecuencia del fenómeno de El Niño va a verse seriamente afectada. A lo largo de nuestros 30 años de trabajo, hemos sido testigos de un aumento en la frecuencia de ocurrencia de El Niño, así como de una progresiva disminución de las precipitaciones anuales en el ecosistema”.

Esto podría desencadenar diversos problemas más allá de la biodiversidad. Las comunidades aledañas al parque no solo podrían verse afectadas por la merma de los diversos beneficios que entrega la naturaleza, sino también porque, en los periodos de extrema aridez, los conflictos entre la fauna con los agricultores o ganaderos aumentan debido a los pocos recursos disponibles.

Los depredadores se ven forzados a salir del área protegida en búsqueda de alimento, atacando al ganado vecino. También se ha visto que en periodos de sequía modifican su dieta, por ejemplo, consumiendo frutos ante la escasez de presas.

En cuanto a los mamíferos de la zona, Kelt señala: “Si el cambio climático lleva a sequías más prolongadas en el centro-norte de Chile, los degús dominarán la comunidad de pequeños mamíferos”. Esto se debería, en parte, a su expectativa de vida más larga en comparación con otras especies, así como a su capacidad de almacenar más agua en su organismo.

“Ciertamente, las fluctuaciones pueden ser muy dramáticas y de no retorno, y eso es lo que queda por monitorear. Este estudio de largo plazo significa una gran responsabilidad, no solo en lo humano y en infraestructura, sino también en el rol social que uno asume como científico”, sentencia Troncoso.

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14 de Agosto del 2019

Académico de U. de Magallanes recibe importante premio en EE.UU.

Ricardo Rozzi se había adjudicado en abril el premio Eugene P. Odum por la Excelencia en Educación en Ecología 2019. El galardón es otorgado por la prestigiosa Sociedad Ecológica de América (ESA) de Estados Unidos, que reconoció su labor como docente e investigador.

Académico de la Universidad de Magallanes recibió este lunes un prestigioso galardón otorgado en Estados Unidos.

Ricardo Rozzi se había adjudicado en abril el premio Eugene P. Odum por la Excelencia en Educación en Ecología 2019. El galardón es otorgado por la prestigiosa Sociedad Ecológica de América (ESA) de Estados Unidos, que reconoció su labor como docente e investigador.

“Este premio es un estímulo significativo que reconoce el valor del trabajo que estamos haciendo en Magallanes”, expresó Rozzi. “Creo que tenemos que enfatizar soluciones y vías alternativas de solidaridad y sustentabilidad”.

“Un gigante”

El premio Odum es para aquellos que demuestran su capacidad para vincular principios ecológicos básicos con asuntos humanos mediante la enseñanza y actividades externas.

Rozzi, que además es profesor de la universidad de North Texas, “es un gigante en el campo de la conservación biocultural y ha liderado innovadores métodos de enseñanza de la integración de filosofía y ecología”.

“Enseña a estudiantes de todos los niveles, desde enseñanza preescolar hasta graduados, así como la educación de adultos informal. Rozzi tiene el enfoque de hacer llegar el mayor conocimiento sobre ecología al mayor número de personas, para lograr un impacto a gran escala. Es profesor, investigador y director de múltiples instituciones tanto en Chile como en Estados Unidos. Su trabajo en educación se enfoca en la inclusión de diversas audiencias”, destacó la ESA.

Además de líder en conservación ecológica, tanto en teoría como práctica, es autor de más de 25 libros, más de 150 artículos y 50 capítulos de libros, tanto en inglés como español.

“Más allá de crear programas de educación reconocidos a nivel global, Rozzi se compromete con políticas gubernamentales y los medios para construir puentes para enfoques internacionales en educación ecológica”, destacó la entidad.

Fotografías: Ecological Society of America

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31 de Julio del 2019

La UMAG sigue liderando la diversificación temática en torno al turismo de intereses especiales

24 de Junio 2019. En la Sala Terra Australis de la UMAG en Punta Arenas, se realizó el lanzamiento oficial del libro “La Ruta de Darwin en Cabo de Hornos” de Ricardo Rozzi, Kurt Heidinger & Francisca Massardo, junto a un variado panel de invitados.

En el panel de lanzamiento del libro, el vicerrector de Investigación y Postgrados de la Umag Andrés Mansilla, el presidente de la Fundación Ciencia Evolución Alvaro Fischer, el comandante en jefe de la Tercera Zona Naval contralmirante Ronald Baasch, el autor e investigador Ricardo Rozzi, el historiador Mateo Martinic, la artista magallánica Paola Vezzani, la seremi de Bienes Nacionales Francisca Rojas y el gerente general de la empresa Comunicación y Telefonía Rural (CTR) Patricio Morales dialogaron sobre sus visiones del paso de Darwin por el extremo austral de Chile

No sólo la conservación del territorio está en la preocupación de los investigadores del Centro Subantártico de la Universidad de Magallanes. El desarrollo económico de las comunidades que lo habitan desde una perspectiva ética, económica y ecológica está dentro sus prioridades.

Con esta premisa se busca el desarrollo del turismo de intereses especiales basado en sustento científico, que sea de atracción para diversos públicos que no representan un consumidor de turismo masivo. Así nace la idea de recrear en una publicación sustancial el viaje de Charles Darwin entre 1831 y 1836, al sur de Sudamérica.

La publicación “La Ruta de Darwin en cabo de Hornos”, fue realizada por los investigadores de la Universidad de Magallanes, los doctores Ricardo Rozzi y Francisca Massardo, junto al director de la Escuela Biociudadana de Filosofía Ambiental de Campo de Estados Unidos, doctor Kurt Heidinger, y narra la experiencia del naturalista inglés en la región del cabo de Hornos que parece haber desencadenado sus primeras ideas sobre la evolución humana.

Bilingüe, complementada con mapas y fotografías a color, es una guía de los sitios visitados por Darwin y una brújula para los visitantes que pueden seguir su camino, parajes que hoy están protegidos por la Unesco como Reserva de la Biósfera. El libro se editó conjuntamente por Ediciones de la Universidad de Magallanes y University of North Texas Press (EE.UU.).

Para abordar sus alcances, el libro fue presentado en un panel de conversación que reunió a actores del turismo, la ciencia, la academia y el Estado generándose un comentario conjunto acerca de la relevancia actual de las experiencias de Darwin en el extremo austral de Chile.

La introducción, estuvo a cargo del Premio Nacional de Historia y fundador del Instituto de la Patagonia, Mateo Martinic. “Esta obra impresiona por su información, por su contenido y sobre todo por su proyección. Es magnífico, porque es un fruto más del trabajo de tantos investigadores de nuestra universidad e instituciones colaboradoras del país y del extranjero en este esfuerzo común por aumentar el conocimiento de esta parte del planeta, del sur del sur del mundo”, comentó Martinic.

Este libro ilumina la historia natural del cabo de Hornos, que hoy adquieren relevancia para la sostenibilidad planetaria y la ética ambiental. El doctor Ricardo Rozzi afirmó que “la Universidad de Magallanes sigue liderando la diversificación temática en torno al turismo de intereses especiales. El cabo de Hornos es tanto o más importante que Galápagos en la ruta de Darwin, lo que pasa es que eso estaba invisible. Hoy, Darwin se instala en cabo de Hornos y la apuesta es que vamos a tener un turismo de intereses especiales que tenga un sentido económico, cultural, ético y ecológico”.

Fuente: La Prensa Austral

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31 de Julio del 2019

La UNESCO amplía dos parques chilenos pertenecientes a la Red Mundial de Reservas de Biosfera

Foca Leopardo sobre un tempano en Laguna San Rafael19 de junio – El Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO ha ampliado y cambiado las denominaciones de dos reservas chilenas que pertenecen a la Red Mundial de Reservas de Biosfera: Archipiélago Juan Fernández y la Laguna San Rafael y El Guayaneco

El Consejo, reunido en París del 17 al 21 de junio, aprobó en total nueve ampliaciones. En la mayoría de los casos, dichas extensiones implican cambios en los nombres oficiales de las reservas ampliadas.

La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, declaró: “Es urgente actuar en favor de la biodiversidad, de nuestro medio ambiente común. Después del momento del diagnóstico, que una vez más nos recordó el reciente informe de la plataforma IPBES, la vitalidad de la red de reservas de biosfera es una fuente de esperanza para el futuro. Cada reserva de biosfera de la UNESCO es un laboratorio al aire libre para el desarrollo sostenible, para construir respuestas concretas y duraderas, para innovar y compartir buenas prácticas. Es una nueva alianza entre el mundo científico y la juventud, entre los seres humanos y su entorno”.

Las reservas de biosfera de la UNESCO son sitios destinados a conciliar la conservación de la biodiversidad y la actividad humana mediante el uso sostenible de los recursos naturales. Reflejan el objetivo fundamental de la UNESCO de fomentar prácticas innovadoras de desarrollo sostenible y luchar contra la pérdida de biodiversidad, acompañando a las comunidades y a los Estados Miembros en su labor de comprender, apreciar y salvaguardar el medio ambiente vivo de nuestro planeta.

Cada año, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa, órgano en el que se elige por rotación a 34 Estados Miembros de la UNESCO, designa nuevas reservas. Creado por la UNESCO a principios de los años setenta, el Programa sobre el Hombre y la Biosfera es un programa científico intergubernamental cuyo objetivo es mejorar las relaciones entre las personas y su entorno natural. Es una iniciativa pionera en el origen de la noción misma de desarrollo sostenible.

Las extensiones y cambios en la denominación de las reservas en Chile son:

Reserva de biosfera del Archipiélago Juan Fernández (Chile) – Denominada anteriormente “Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández”, esta reserva de biosfera se halla a 670 km del litoral continental del país. Alberga un 33% de las aves endémicas de Chile, un porcentaje muy próximo al del endemismo de sus recursos marinos que se cifra en un 25% aproximadamente. Los planes de desarrollo del archipiélago, poblado por 926 habitantes, se centran en el turismo sostenible. La superficie total del sitio pasa ahora de 9.967 a 1.219.558 hectáreas, de las cuales 1.209.182 corresponden a zonas marinas.

Atardecer en Laguna San Rafael

Reserva de biosfera de la Laguna San Rafael y El Guayaneco (Chile) – Denominada anteriormente Laguna San Rafael, esta reserva se halla en la región biogeográfica de la selva valdiviana y los bosques de ñire. Se caracteriza por la extremada variedad de su topografía y la gran belleza de sus paisajes. Con la extensión quedan englobadas en la reserva la Cordillera Patagónica Continental con sus ríos y lagos, la Cordillera Patagónica Insular, la Llanura Central y los Glaciares Patagónicos. La superficie de la reserva aumenta así muy considerablemente, pasando de 1.742.000 a 5.130.462 hectáreas.

FUENTE: UNESCO

Ver Noticia original aquí.

13 de Diciembre del 2017

Informe de PM Diego Ramírez – Paso Drake de la Subsecretaría de Pesca cita informe de la UMAG

Recientemente, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura publicó un Informe Técnico del Área Marina Protegida Diego Ramírez – Paso Drake. Para la  elaboración del informe, destinado a servir de base al Comité de Ministros para la creación del AMP, la subsecretaría utilizó el informe científico-técnico elaborado por el Programa de Conservación Biocultural Subantártica (Universidad de Magallanes, Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile) como principal insumo.

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……Vea aquí el informe…….Vea aquí el informe

…. .técnico de Subpesca……..científico-técnico

…. …………………………………….de la UMAG.

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………………………………..Ver nota del Portal de la UMAG

13 de Octubre del 2017

Programa de Conservación Biocultural Subantártica de la UMAG presentes en en la Fiesta de la Cienca de Explora CONICYT

El Programa de Conservación Biocultural Subantártica de la Universidad de Magallanes y del Instituto de Ecología y Biodiversidad, a través de investigadores del Labortorio de Macroalgas Antárticas y Subantárticas y del Parque Omora, de la Universidad de Magallanes estuvo presente en la Fiesta de la Ciencia, evento científico y tecnológico que fue organizado por el Proyecto Asociativo Regional (PAR) Explora de CONICYT Magallanes y de la Antártica Chilena de la Universidad de Magallanes como hito cúlmine  de la XXIII Semana de la Ciencia y la Tecnología del Programa Explora de CONICYT. Al rededor de 100 preescolares y escolares junto a sus educadores se sumergieron en el bosque submarino, apreciando los huiros (Macrocystis pyriphera) y conociendo qué otros organismos viven en estos peculiares bosques.

Puerto Williams

En tanto, la Semana de la Ciencia y su finalización con la fiesta de la Ciencia no estuvieron ausente de Puerto Williams, donde se realizó talleres de Bosques en Miniatura a párvulos del Jardín Étnico Ukika. En los talleres los estudiantes observaron los bosques en miniatura con lupas y los dibujaron, realizaron un experimento para descubrir los “superpoderes absorbentes” de los musgos que mantienen el bosque húmedo y finalmente aprendieron la canción, “Los musgos son mis amigos”.

“Al finalizar la celebración, organizamos una fiesta de la ciencia en Liceo Donald McIntyre Griffiths, en la cual los tres grupos de estudiantes instalaron stands donde presentaron las investigaciones realizadas en el taller ambiental a sus compañeros durante los dos recreos”, relató Nancyrose Houston, encargada del Taller Omora del Liceo Donald McIntyre Griffiths. Los proyectos tratan de las aves del borde costero en relación con la marea, los efectos de los castores invasores en los macroinvertebrados dulceacuícolas y la chaqueta amarilla y sus interacciones ecológicas con flora y fauna nativa. “Después de la hora de clase, nos movimos al frente del liceo para mostrar los stands a estudiantes saliendo de clases y apoderados llegando a buscarlos”, acotó.

10 de Octubre del 2017

Reserva Mundial de la Biosfera Cabo de Hornos ganó por segundo año la competencia de turismo sustentable mundial, galardonada como uno de los 100 destinos verdes del mundo en 2017

-El territorio chileno integra el listado de los “2017 Sustainable Destination Top 100” que serán presentados entre el 28 y el 30 de septiembre en Portugal, Europa.

El pasado 17 de Julio, se cerró la convocatoria liderada por la institución internacional Green Destinations, para postular como uno de los 100 destinos verdes del planeta 2017. En esta edición, los organizadores usaron 15 criterios básicos del estándar reconocido de Green Destinations. Para evaluar los destinos valoraron su autenticidad, su biodiversidad y naturaleza, sus valores culturales, y el trabajo con la comunidad y operadores locales, para generar buenas condiciones de desarrollo con miras a las futuras generaciones de ciudadanos y viajeros.

La Universidad de Magallanes, a través del equipo del Programa de Conservación Biocultural Subantártica (PCBS) de la Universidad de Magallanes y del Instituto de Ecología y Biodiversidad, en colaboración con la Universidad de North Texas, viene trabajando con el modelo de gestión de Reserva de Biosfera, ubicada al sur del canal Beagle desde 2005, y lograron la postulación a Top 100 Green Destinations por primera vez en 2016. Este año, el PCBS postuló colaborando junto con la Ilustre Municipalidad de Cabo de Hornos, resaltando las cualidades del Parque Etnobotánico Omora y las iniciativas de la municipalidad para promover un turismo sustentable y una comuna verde a los Sustainable Destination Top 100, concurso que, en su tercera versión, considera la opinión de más de 60 expertos en turismo sustentable de todo el mundo, como centros de investigación, universidades o especialistas en ecoturismo y conservación, entre otros, para llegar al listado final.

El 28 – 30 de septiembre en Cascais, Portugal, se presentarán los 100 destinos ante la comunidad internacional, entre los cuales figura el destino magallánico. Además de esta instancia, se publicará el Green Travel Map, una herramienta de marketing para difundir a los ganadores, quienes a su vez, conformarán una red solidaria para compartir experiencias de gestión sustentable, y así cooperar con otras regiones y planificar acciones para 2018, Año Internacional de Turismo Sostenible para el Desarrollo.

Con este reconocimiento, la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos (RBCH), ubicada en el extremo sur de América del Sur, fortalece su imagen mundial como zona de turismo sustentable, tal como en 2014 lo hicieron el lago Llanquihue y e Isla de Pascua a nivel nacional, o la Muralla China, la ciudad canadiense de Vancouver y el monte Sagrado Athos de Grecia a escala planetaria. También abre otra oportunidad de crecimiento para la comunidad que la habita, al poner en valor su patrimonio natural protegido y administrado por los lineamientos de la UNESCO hace una década. (Ver presentación de la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos)

Por qué la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos es uno de los 100 destinos verdes del planeta

El PCBS ha administrado, estudiado y difundido el Parque Omora desde el año 2000, y la investigación científica allí desarrollada permitió establecer que la provincia Antártica es un “hotspot” de diversidad de briofitas, con al menos 450 especies de musgos y 368 de hepáticas, las que representan el 5% de las especies existentes, concentradas en, apenas, el 0,01% de la superficie de la tierra. Los científicos comenzaron a referirse a los “Bosques en Miniatura del Cabo de Hornos”, una metáfora utilizada para describir el ecosistema formado por las diversas especies de musgos, hepáticas, líquenes, hongos e invertebrados presentes en la ecorregión. Además, es una de las 24 áreas prístinas, con las aguas más limpias del mundo. Estas constataciones fueron fundamentales para que la UNESCO declarara a la zona Reserva Mundial de Biosfera Cabo de Hornos.

Para apreciar este biodiversidad del RBCH, la actividad turística, Ecoturismo con Lupa, llamó la atención del jurado de 2017 Sustainable Destination Top 100, pues permite visitar este laboratorio natural, y no sólo realizar diversas investigaciones, sino también realizar clases con alumnos que van desde la educación parvularia hasta la superior, y recibir visitantes quienes, lupa en mano, aprecian y vivencian la valoración de las pequeñas formas de vida presentes en el lugar.

El Ecoturismo con Lupa permite a los visitantes conectarse con otros seres vivos, apreciar su belleza, la diversidad y la importancia ecológica de la flora no vascular en el extremo austral del continente americano. A su vez, otorga la oportunidad a los operadores turísticos locales de desarrollar un turismo ambiental que es económicamente sostenible para la comunidad residente en la RBCH, así como para la región, el país y el mundo entero.

Un Centro Subantártico para una Reserva top

El trabajo de investigación y educación realizado en el Parque Omora, junto al ecoturismo con lupa y otras variantes, son parte del resultado del primer decenio (2005-2015) de la RBCH. Para la segunda década de gestión, la Universidad de Magallanes, a través del PCBS busca potenciar el trabajo científico, educativo y de turismo sustentable. Con este objetivo, en conjunto con las autoridades locales y regionales, se aprobó el diseño del Centro Subantártico Cabo de Hornos, edificio que dotará a Puerto Williams de instalaciones de primer nivel para la ciencia, la recepción de turistas y que será sede del Centro de Formación Técnica más austral del planeta, que estará orientado en temáticas de turismo sustentable.

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Centro Universitario Cabo de Hornos

Universidad de Magallanes • O'Higgins 310 • Puerto Williams • Chile
Email: secretaria.williams@umag.cl