Tamara Covacevich Stipicich (16), alumna de tercero medio del The British School de Punta Arenas, fue una de los cuatro estudiantes chilenos seleccionadas en el concurso organizado por la Embajada de los Estados Unidos en Santiago para asistir al Campamento Nacional Juvenil de Ciencias 2011, realizado en el estado de Virginia Occidental, entre el 30 de junio y el 24 de julio.
El Campamento Nacional Juvenil de Ciencias (NYSC) se realiza en el Bosque Nacional Monongahela y es un prestigioso programa educativo que reúne a estudiantes de Estados Unidos y de otros países (129) que se destacan en las disciplinas científicas. LA finalidad de este programa es estimular en los jóvenes su vocación por la investigación y los estudios en las ciencias.
Cabe mencionar que el American Corner UMAG contribuyó en la difusión de este programa en esta región austral.
A continuación te invitamos a leer las entrevistas que la coordinadora del American Corner UMAG les realizó y donde comparten estas inolvidables experiencias.
Entrevista
1. ¿Cuál fue tu mayor aprendizaje?
Más que la formación académica, lo que más aprecio del campamento es el crecimiento que me dio como persona. Aprendí a valorar cada situación que se me presente ya que todo tiene su lado positivo, especialmente en las salidas a acampar donde las cosas más inesperadas ocurrían, y a apreciar cosas que comúnmente se pasan por alto, como la disposición de las persona.
2. ¿Qué actividad fue la que más te gustó?
Es difícil responder porque todas las actividades fueron espectaculares. Entre mis favoritas estuvieron la escalada en roca, ya que jamás pensé que podría hacerlo y cuando estas arriba del enorme bloque vertical la sensación es indescriptible, la posibilidad de cristalizar proteínas junto a un científico de la NASA y el viaje a Washington DC.
3. ¿Qué fue lo más difícil para ti?
Definitivamente la despedida. Fue impresionante cómo en un mes formas lazos de amistad tan fuerte con un grupo tan amplio de personas, más de 120 incluyendo a los staph, y el último día en el aeropuerto fue atroz porque lógicamente nadie quería irse.
4. Del 1 al 7, ¿qué nota le pondrías al programa en el que participaste? ¿Por qué?
¡Le pondría un 8! La organización del programa fue impresionante, cada detalle y actividad estaba planificada a la perfección. Además, la amplia gama de posibilidades entretenidas – deportes, viajes, outdoor, charlas, entre otros – y tradiciones a las que fuimos sometidos hacen al NYSC una experiencia única en la vida. También la oportunidad de interactuar día a día con expertos en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología es de gran valor, para mí era impensable poder tirar un frisbee mientras converso con un pHD de Harvard.
5. ¿Cómo fue la experiencia de compartir con jóvenes de tu misma edad de otras nacionalidades?
Muy entretenida. Cuando llegué allá me encontré con un grupo muy diverso. Aprendí sobre distintas religiones, ya que habían chicos nacidos en Pakistán, India y Tailandia. Además, habían delegados de China y Alemania y del resto de Latinoamérica, pero lejos lo que más me llamo la atención fueron los de Trinidad y Tobago, ya que nunca había escuchado nada acerca de su cultura, por lo demás, muy interesante.
6. ¿Qué le dirías a los jóvenes que desean participar de esta experiencia?
Que no lo piensen. Si consideran que tienen las aptitudes, y principalmente las ganas, definitivamente tienen que postular. Les prometo que cuando estén allá todo lo que digo cobrará sentido. Además, un consejo. No intenten averiguar sobre el campamento… en la entrevista no detallo sobre las actividades porque pienso que el placer de ser sorprendido minuto a minuto es la mejor sensación que te entrega. NYSC es una experiencia que cambia vidas y percepciones sobre el mundo.